27 de diciembre de 2013

La receta de rompope casero del padre Manuel

Ay! Qué rico! Se me ha hecho la boca agua!
Maricruz

El mundo está tan loco y pasan tantas cosas feas por todas partes que ni parece que se aproxima la Navidad.

Por eso fue que, cuando leí al padre Manuel compartiendo su receta tuve que detenerme para decirme que no debería dejar pasar un minuto más sin que prestar atención al presente y a lo que de gozo, paz y fraternidad se va construyendo en el Adviento como anticipo de la Navidad.
El rompope, en mi país, es bebida para velorios, navidad, rezos del Niño y todo para lo que se nos ocurra. Cada familia tiene su receta que los llena de orgullo.
El padre Manuel Enrique Chavarría, quien está en Italia estudiando, ha compartido la suya en Facebook con tal éxito que sus feligreses han pedido repetición.
Se las traigo como una pincelada muy propia de mi tierra.
A petición, re-publico. 
Receta del Rompope casero “Padre Manuel”

Se ocupa una cuchara de madera grande –ojalá usada- y botella de vidrio para envasarlo y refrigerarlo (si usa las de litro plásticas de gaseosa no hay problema pero se gana mil puntos en el polómetro, antes lávelas bien).
Para 1,5 litros de bebida: 1 litro de leche, una docena de yemas de huevos (de gallina, no sé cómo queda con los de pato o de codorniz o de avestruz menos de tortuga; las claras no se usan o bien solo la mitad o del todo se hace con ellas suspiros, pero no me sé la receta porque solo rompope hago), dos cucharadas y media “copetonas” de maicena, 3 paquetillos de canela en astilla (creo que cada uno es de 40 gr), un paquetillo y medio de clavos de olor, taza y media de guaro (ni se les ocurra güisqui, además recuerden que es para darle un gusto especial no para ligar un trago, de modo que nada de beaterías con que lleva licor, porque es un uso moderado, y nada de “jumas” porque se echa a perder el rompope, un rompope “pasado” es feo) y azúcar al gusto (recuerde al preparar la “crema” o “pope”, “cargarla” con un poquitico de azúcar porque el licor neutraliza lo dulce, digamos que entre 4 y 6 cucharadas copetonas, pero queda a su criterio).

Primero, disuelva en un poco de la leche fría la maicena, y las yemas de huevo (obvio que si va echarle parte de las claras o todas las claras “pa’ que rinda”, las disuelve también), y téngalo a mano.

Segundo, una vez que ha puesto la leche con azúcar al gusto “en el disco” en “medium” y está moviendo la mezcla “pa’ que no se pegue”, ponga a hervir media taza de agua con la canela y los clavos de olor “pa’ que suelten”.

Tercero, cuando ya está hirviendo el agua con la canela y los clavos los echan en la leche y sigue moviendo hasta que empiece a echar “humo” (es decir, “vapor”). Es la seña que la leche está caliente y lista para que le eche la maicena y las yemas disueltas (primer paso, “por si ya se le fue la onda” de qué maicena y yemas hablo).

Cuarto, “póngale bonito” a mover esa “crema” porque “si se le pega se le ahúma” (creo que solo la avena y los atoles saben ricos ahumados), hasta que hierva y haga o empiece a hacer “borbotones”.

Cuando es más cantidad que un litro de leche, tenga más cuidado y use “ollas que no peguen” como las de “la rinaguer –Rena Ware-”.
Separa del fuego la crema y la deja enfriar totalmente, y cuando digo fría no digo tibia ni media tibia, sino fría. O sea, métala en una refri o congelador –sin que se le congele- el tiempo prudencial, o bien déjela al ambiente VARIAS HORAS.
Quinto. Cuando está fría la “crema, toca echarle el guaro”. No se preocupe si ha encontrado la crema cortada o espesa ni que están enteras las astillas de canela y los clavos. Al “bautizar” la crema (o sea, mezclarla con el licor) se pondrá más “líquida”.

Sexto. Licúe el “rompope”, páselo por un colador y embotéllelo.

El secreto está en hacerlo con paciencia y dejar que pasen al menos doce horas embotellado para que “agarre gusto”.
Se sirve conforme llegan las personas al Rosario o bien al final.
Rezar en familia y con los amigos en honor del Señor que se ha encarnado no solo mantiene viva una costumbre sino la gran TRADICIÓN de la fe que une a las personas, como unidos son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. 

Quien no reza ni canta no toma rompope. 

Servirlo debe ser un acto de amistad. ¡Suerte!



Polo: persona con pésimo gusto
Polómetro: artefacto ficticio para medir el mal gusto o “polada” de una persona
Algún otro término que no comprendan, nada más preguntan.

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