Ok, pues bien, parece que entró de lleno el verano así que basta de introspecciones propias del invierno.
De hoy en adelante y por un rato me dedicaré a comentar trivialidades como la de la chichota del tamaño de un aguacate que me salió tras el cocazo de madre que me di contra una tabla del techo de los bancales o como la mala noche que me ha dado un hato que esta noche se introdujo al jardín y que, junto a mis perros que se creen pastores, me han robado la tranquilidad y el sueño.


Más la obligación no lo será todo, también me dedicaré a cosas más divertidas e interesantes como lo es la lectura del libro “Viaje de Jerusalén” del cual Bruno Moreno de Vita Brevis me ha pedido una reseña.

Como ven, un viernes intenso me espera. Viernes de verano.
Tengan un hermoso fin de semana.