11 de noviembre de 2009

El ABC de la moral cristiana

Serie: Diálogos con Rebel
Cristiana no denominacional
ex-adventista del Séptimo Día

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Jesús y Zaqueo

Mi interés al formular la pregunta fue obtener de ustedes una respuesta moral al planteamiento, cosa que no logré; pero no veo por qué me sorprendo ya que nuestras diferencias doctrinales se remontan al s. XVI y han sido y son, como lo estamos probando tú y yo, causa de división.

El protestantismo está fundamentado en la salvación por la fe (no por las obras) y en la sola scriptura; desde esta postura, tu punto de vista y el mío siempre van a diferir; pero por lo mismo, paso inmediatamente a explicarte los fundamentos de la moral cristiana que estoy segura te echarán luz sobre la pregunta que realicé y espero que a cerrar un poco la brecha que nos separa:

La moral cristiana (católica, en este caso) lo que busca es evaluar el grado de responsabilidad en el actuar; para ello se remite a su concepción de ser humano:

El ser humano tiene capacidad racional de elegir entre dos opuestos: el bien y el mal; posee auto-determinación para elegir la verdad y el bien.

A partir de que un ser humano esta en plena capacidad racional para elegir, simultáneamente, tiene la opción de elegir libremente por Cristo o no.

La máxima expresión de la moral cristiana resulta de la total identificación del ser humano con Cristo. El ser humano identificado con Cristo, es nueva criatura, participa de la vida divina y mantiene una relación amorosa con Dios y con los hombres. El Evangelio supone un mensaje moral que descubrimos en las acciones de nuestro Salvador.

En el mensaje moral predicado por Cristo, importa el ser, no el actuar. El ser lo otorga el Bautismo Ef 4, 24. La Buena Noticia del Evangelio promueve un nuevo ser humano que es el descrito en las Bienaventuranzas, que son las que en último término, nos muestran cómo llegar a ser humanos.

Los imperativos morales propuestos por Cristo exigen una respuesta radical, constante conversión en casos concretos y precisos; es una moral de perfección, de la plena identificación con Cristo 1 Jn 1, 6; es una moral que contiene preceptos absolutos tanto en el orden natural como sobrenatural que son medios que evitan que nos extraviemos. La moral predicada por Cristo supone el premio y el castigo. Existe posibilidad de condenación eterna, no ha de obviarse o negarse.

En el mensaje de Cristo, por tanto, importa el interior, no el exterior; en este sentido, la Ley de Cristo es el acto interior de donde surgen las intenciones, un acto producto de la conciencia y de la psique.

Para que un acto exterior de alguien que se ha adherido a Cristo sea perfecto ha de haber surgido de una conciencia y psique sanas.

Ahora bien, existen “actos humanos” interiores y exteriores y ellos se evalúan independientemente a la hora de un juicio moral.

Para entender los “actos humanos” internos debemos considerar las características del alma humana:

La auto-reflexión: Que es donde se origina la conciencia intelectual y moral
La auto-posesión: Conduce al conocimiento de sí y a descubrir la riqueza de la normalidad de la vida psíquica.
La auto-determinación: En donde se origina la libertad
La auto-comunicación: Que genera salir al encuentro del otro

Para comprender los “actos humanos” externos se han de tener en cuenta los siguientes criterios:

El ser humano posee unidad de cuerpo y alma
El ser humano posee propia historia, el entramado de valores, experiencias, etc.
Posee dimensión social que es esencial e influye todo su ser.
La apertura a la trascendencia es común a todo ser humano, es la elevación sobrenatural de la gracia que nos facilita la acción moral y nos lleva adonde no nos lo permitirían nuestras fuerzas naturales.
La estructura psíquica define el comportamiento, conocerse ayuda a comportarse. La psicología ayuda a comprender.

En definitiva, para evaluar moralmente un acto externo o interno el acto ha de ser “humano”. Para que un acto sea humano se requiere pleno conocimiento y libertad (racional y libre), te pongo ejemplos de la Escritura:

Zaqueo: un codicioso y embustero, pero con pleno conocimiento de sus actos, racional y libre.

Los endemoniados: personas con su conciencia deformada y psíquicamente fuera de sí, no son racionales ni libres.

Un acto es moral en la medida en que el sujeto haya procurado la bondad o la malicia del acto realizado, por tanto, quién es moralmente evaluable: Zaqueo o los endemoniados?

Por otro lado, el “acto humano” y el “acto de hombre” se diferencian en el sentido de que en éste último no interviene la razón ni la voluntad: son los actos vitales, reacciones reflejas, sensaciones, acciones conscientes o inconscientes.

Zaqueo sabía lo que estaba haciendo y ponía toda su voluntad en ello.

Los endemoniados reaccionaban por impulsos vitales, reacciones reflejas, sensaciones, mentiras a las que su conciencia deformada y su libertad atrofiada les impelían..

Un “acto humano”, es decir, un acto que se realiza en pleno uso de razón y libremente, puede tener dos efectos: bueno o malo. Cómo resolverlo? Se han de cumplir ciertas condiciones:

Que el acto sea bueno o al menos indiferente
Que el fin a alcanzar sea el bueno
El efecto primario e inmediato sea el bueno
Que exista una causa proporcionalmente grave para actuar

Lo anterior se aplicaría para evaluar los actos de personas comunes y corrientes que no muestren perturbaciones serias de su conciencia ni de su psique.

Como ves, es imposible evaluar moralmente un acto humano si no llega ni siquiera a ser "humano".

De esta forma Rebel, los casos límite, como son los de personas que muestran psicopatologías como sería el caso de Hitler, agresores, violadores, asesinos en serie, etc. no son útiles para ejemplificar; en todo caso, sus actos han de ser evaluados, antes que por la moral cristiana, por la ley, la psicología y la psiquiatría; pero sobre todo se debe hacer así, porque fue a Cristo a quien le importó primero antes el ser que el actuar.



Jesús y la samaritana

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