18 de abril de 2013

¡No seré yo quien deje solo a Céfas!

Por desconcertante y dolorosa que ha sido la renuncia de un erudito y humilde Benedicto XVI y el sorpresivo cambio que ha nos ha traído la elección de un humilde y sencillo Francisco Papa, no seré yo, tal como ha dejado dicho en su muro de facebook Alonso Gracián:
“No seré yo quien deje solo al Papa, mientras el espíritu de este mundo le ataca a él y a la Iglesia como león rugiente. Porque el Señor me dirá: ¿qué hiciste, tú, para ayudar a Cefas?.
No seré yo quien me haga enemigo de Francisco porque no es tan profundo ni tan elevado ni tan perfectamente litúrgico como nuestro querido Benedicto XVI.
Hay que orar y ayudar al Papa, callar lo que no nos guste y no propagarlo públicamente a los cuatro vientos, para regocijo del maligno y mal de la Iglesia”.
No será Maricruz Tasies quien lo deje solo ya que hacerlo sería como dejar solo a mi padre quien, por más que la ciencia avance o me desviva por atenderlo, no volverá a ser quien era hace un mes. 

Me ha quedado claro: ni el Papa es ahora el mismo ni mi padre tampoco. Acaso habría que, por esa razón, renunciar a la fidelidad que les debo?

Ese es el sentido que le he venido buscando al hecho de que, paralelamente a los acontecimientos relacionados al Papa, se han desarrollado los relacionados al declive en la salud de mi padre. 

Ahora comprendo que la realidad me exige una respuesta radical en obediencia a la voluntad de Dios.
Lo que hace que me pregunte acerca de si no será esta misma radicalidad en la que fueron educados los discípulos con la Resurrección tras la cual nada para ellos volvió a ser lo mismo.

La respuesta es obvia, por lo que repito: ¡no seré yo quien deje solo a Cefas!

(Y, por supuesto, ¡tampoco a mi padre!)

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...