31 de octubre de 2013

De nuevo papa Francisco armando lío

Será éste el Papa Francisco? Creen que lo sea?

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Pues, así parece.

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Papa Francisco celebra sorpresivamente misa novus ordo ad orientem ante la tumba de Juan Pablo II en la Basílica de San Pedro.
Vatican news publicó la noticia más no las fotografías.

Se pueden hallar 16 de ellas en la página de Mons. Guido Marini en facebook.
Ahora, si. Digan, a ver, cómo les quedó el ojo?
Papa Francisco como que se toma en serio eso de armar lío, no?

¿Huyendo de la Pasión y de su desenlace en el Gólgota?

Durante este año en que la vida se me vuelto del derecho al revés he aprendido cuestiones fundamentales para vivir las que he ido asimilando diligentemente como quien sabe que no vivirá mucho.
Con esto quiero decir que cada fibra de mi ser ha estado puesta en ello.
Lo que, hasta recientemente, no tenía muy claro era si ha sido esto un acto de mi voluntad o una gracia pero, por lo que también he aprendido sobre la gracia y de lo que ahora estoy segura es que más bien, si mi voluntad ha sido movida a vivir con esperanza y en primera persona meses de sufrimiento y de zozobra financiera, ha sido por gracia.
Así la cosa, de todo, ha sido la gracia el mayor descubrimiento y, con ella, el Señor como presencia real en cada aspecto de mi vida y de mi ser. Tan palpable como la Suya en el Sagrario.
Echando la mirada atrás recuerdo que, durante la agonía de papá, empecé a recibir luces sobre este asunto.
Hubo ocasiones en que, aunados al dolor y el temor, había una paz y un consuelo tan enorme que el alma parecía no caberme en el cuerpo hasta el punto en que me faltaba la respiración; era como si me la succionaran para conducirla a mejor lugar y yo me resistiera.
Tras la muerte de papá, recuerdo que comprendí aún mejor lo que me estaba sucediendo; tal como la vez que –durante el llanto- me sentí movida a rezar la Salve.
La iba diciendo en voz tenue y entrecortada por el llanto y, para la cuando terminé, supe que esa oración fue –probablemente- escrita por alguien mientras pasaba por un grandísimo sufrimiento.

La Salve contiene en sus palabras dichas en voz alta todo lo que una persona que sufre necesita para recibir del cielo su auxilio y quedar reconfortada. Hagan la prueba un día en que estén sufriendo infinitamente.
De una en otra experiencia como la anteriormente descrita se me ha ido educando a tal punto que, cuando han habido episodios de no-sufrimiento, me quedan las ganas de regresar a aquél estado de pequeñez, fragilidad y vulnerabilidad para no perder nunca de vista, por la distracción de lo cotidiano, el hallazgo de haber reconocido al Señor como quien me plenifica.
En ese sentido, pienso ahora que la narración de la Transfiguración tiende a confundirnos como a Pedro quien, en aquél momento pensó que la gloriosa presencia del Altísimo era lo que merecían o necesitaban en esta vida; sin embargo, Pedro se equivocaba, lo que no comprendió sino mucho tiempo después cuando hubo de haber analizado el papel de María y las mujeres durante la Pasión y su desenlace en el Gólgota.
Si, así es, mientras el pobre huía desconcertado de aquél terribilísimo sufrimiento.
Esa cercanía del Señor en la persona de quien sufre, sea nuestro prójimo o nosotros mismos, es lo que nos conducirá a la experiencia de la Transfiguración. Eso y nada más.
De acuerdo?

Por lo mismo les dejo el ejercicio de rezar la Salve bañados en lágrimas la próxima vez que sufran infinitamente pero también, recomendarles darse una pasadita por el blog del padre Javier ya que hoy, de buena mañana y yo, pensando en estas cosas, me lo he encontrado y me ha hecho mucho bien.

Nuestro voto es para el papel higiénico

De las cosas más divertidas que observo en el ser humano es ese afán por rodearse de cosas bellas. 
Una de las que me resultan más graciosas es el gusto por adquirir papel higiénico perfumado, blanco y suavecito para que se deslice perfumada y delicadamente por las partes pudorosas de nuestro cuerpo. Luego seguimos con el tipo de tela para la ropa de cama y las toallas, pasamos a los cubiertos y la vajilla, la pintura que elegimos para las habitaciones, el auto y lo que lo acompaña, el tipo de vacaciones, música, lecturas, la compañía de la que disfrutamos y así, podríamos seguir nombrando la infinidad de cuestiones bellas de las que nos hacemos rodear.
Llegamos a estar tan atiborrados que, para cuando por cosas de la vida no las podemos adquirir o nos son arrebatadas, nos desesperamos. Hay que ver lo que una señora que conozco sufre tan solo al pensar retirar el sistema de calefacción de agua de alto consumo eléctrico que tiene para sustituirlo por uno más económico. Se le turba la mente y ya no sabe ni qué decir o hacer.
Ni por asomo nos planteamos el por qué de esta necesidad de lo bello ni tampoco si podremos vivir sin ello. Así es como nos rodeamos de objetos y situaciones en las que nos hallamos muy a gusto y sobre las que nunca nos planteamos qué sería nuestra vida con su ausencia.
Nos sucede, incluso, con la política y con la elección de nuestros gobernantes.
En mi país, por ejemplo, el bipartidismo nos tiene ahogados pero únicamente porque votamos a quien consideramos nos garantizará el estado de comodidad y la prosperidad a las que aspiramos.
Esto tiene su razón de ser y es porque, en lugar de en Dios, hemos puesto toda nuestra confianza en el dinero y lo que el mismo satisface nuestras necesidades inmediatas.
Hemos dejado completamente de lado, como quien deja abandonadas algunas cosas en la mudanza, nuestra realidad más profunda y auténticos anhelos, los únicos que sirven para olfatear en cada persona, situación y objeto la única Belleza que colma el corazón humano.

De esta forma es que difícilmente nos planteamos votar por partidos pequeños ya que nos ofrecen incertidumbre y así es como entregamos nuestro futuro y el de nuestros hijos, tal como sacrificio a un dios pagano, nuestro voto a candidatos que ni de lejos pintan sabrán gobernarnos.
En el fondo, indefectiblemente, una y otra vez elegimos aquellos que nos aseguren continuar comprando el papel higiénico que ofrezca plena satisfacción a las más profundas aspiraciones de nuestro trasero.
Tengámoslo claro, el drama humano actual surge de no proponerse ir más allá de lo que ofrece satisfacción lo que nos tiene, indiferentemente de nuestras creencias, como a un náufrago en medio de este período de la historia; el cual, providencialmente, nos está obligando a echar mano de la primera tabla que flotando se nos aproxima sobre las olas y que resulta, al fin y al cabo, ser un pieza del madero de la cruz.
Asido a ella muchos se salvarán pero otros preferirán esperar el bote que les depare su papel higiénico predilecto.
Quedarán esperando.

24 de octubre de 2013

Ya di con lo que significa "ir a las periferias existenciales"

Yo digo que una de las grandes diferencias que observo entre lo que es la persona del papa F y el papa emérito es lo que sus respectivas palabras provocan en mi alma.
Benedicto conseguía hacer vibrar las fibras más profundas en relación con el Bien, la Verdad y la Belleza. No podía haber lugar más hermoso sobre la tierra que el lugar donde Benedicto abriera la boca.
Papa F, en cambio, lo que consigue es remover con brusquedad lo que mal acomodado ha estado lo cual consiste en una dosis de pelagianismo, algunas porciones de voluntarismo todo lo cual redunda en un moralismo que no es jugando.
Puedo escucharme diciendo: “Te equivocas actuando de ese modo, fallas en tu razonamiento al no considerar tal cosa, adhiérete a la verdad y verás que cambia tu vida, no sigas por ese camino que redundará en perjuicio para tu alma”
En el fondo lo que estoy diciendo es: “trata de ser tan bueno como yo". ¡Qué ridículo he venido haciendo!
Es el pecado de soberbia, que todo desordena, lo que el papa F está dejándome en evidencia y que ha venido impidiendo que el amor del que mi alma tiene pruebas consiga mostrarse y debe ser porque no permito que la gracia me preceda y sin la cual mis obras son tan solo mías y no las del Señor. Soy yo quien se presenta antes que Él.
El que crea en Dios es una gracia. El que mi alma pueda saber de Su amor, es otra. Que pueda acceder a los sacramentos, una más. Que me sienta movida a recurrir a ellos, otra. Que alguien me ame a pesar de mis espantosos defectos, una nueva. Que tenga un techo es una más y que alguien se apiade de mi ofreciéndome un poco de su amistad, otra; pero todo esto y mucho más, lo que todo es gracia, me lo tomo como pago por estar en el camino correcto hacia la santidad.
Bien, ahora me detendré solo para aclarar que todo lo que he dicho, lejos de moralinas, es diálogo con mi alma, el cual continuaré de seguido preguntándome: qué sucedería si yo, que me paso la vida diciendo a los demás cómo vivir, me tomo mi tiempo para buscar la luz de lo alto que me indique de qué otro modo transmitir lo que he encontrado? No pasa nada si me detengo y reflexiono. A ver, se desmoronó el mundo? No, sigue tal cual.
Durante esa pausa viene a mí la pregunta sobre cómo funcionaría si yo, antes que prestar oídos a lo que me digo acerca de cómo vivir la fe, prestara atención a la realidad?
Es decir, qué pasaría si –por ejemplo- aceptara la invitación que recibí de ser de nuevo ministro de la comunión para llevar al Señor a los enfermos en los hospitales?
Pasaría que “mi apostolado estaría conforme a mi vida espiritual” tal como ha dicho un buen amigo que nunca se equivoca.
Se ordenaría todo porque estaría orientado según la gracia.
Pasaría que el Amor que vive en mi hallaría perfecta forma de expresión no solo porque me exige bajar en mi orgullo ya que el hospital es el lugar al que menos querría regresar por los tristes recuerdos que me trae tanto como por lo que implica circular por ahí con frecuencia pero, perfecto también, ya que sería el lugar en el que conozco por experiencia que hay personas que podrían anhelar un poco de Bien, de Verdad y de Belleza que esta hija de mi padre halló en los hospitales.
En total humillación, haciendo lo que más se me dificulta, donándome completamente. Sin necesidad de hablar solo dejándome llevar por la presencia de Quien más me ama y entregarnos juntos en un gesto breve y sin mayor alharaca.
Causa un poco de alegría y de emoción, no es verdad?
Eso es lo que me parece ha venido diciendo el papa sobre las periferias existenciales y por lo que sus palabras, lejos de inspirarme confianza me inspiran temor debido a que me obligan a mover del recinto de mi alma lo que ha permanecido por años mal acomodado.
A las periferias existenciales se llega prestando atención a la realidad y echándose a andar con la ayuda de la gracia de la humildad.


NOTA: Sería interesante que le echaran una miradita a este artículo sobre el padre Rupnik quien provocó que pensara en estas cuestiones.

Lo denuncian ante el TSE por compartir un chiste

“Cura denunciado ante el Tribunal Supremo de Elecciones por dar muestras de aprobación a un chiste político en su Facebook. No fue posible dar con el responsable en la curia para mayores detalles”.

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En mi país existe un diario de gran circulación que atrae a sus lectores con titulares como este y, como mi intención es llamar la atención, he recurrido a su ardid ya que la cuestión es alarmante y no porque hayan denunciado al cura sino porque, efectivamente, unos “supuestos” católicos cuestionaron a un sacerdote en su Facebook por subir un chiste gráfico acerca de un suceso de la política nacional utilizando una breve expresión jocosa.

Uno de los comentaristas “católicos” incluso presionó buscando que el sacerdote admitiera su inclinación política y así demostrar su tesis de la injerencia de la Iglesia en el proceso electoral.
Artera y burda estrategia, lo tengo claro, sin embargo las avalanchas inician con poco y no puede uno saber hasta adónde, si el sacerdote no se sacude las acusaciones en ese momento para luego retirarse prudentemente de la conversación, pudo haber ido a parar la cosa.
Tanto como el pavor escénico, los ticos tenemos la ingenuidad en los genes. Habrá que ver si nos viene del lado español o del indígena pero, sea como sea, el resultado es que seamos de izquierda, medio o de derecha, ni toda la malicia de la que somos capaces erradica la bendita ingenuidad o saca la verguenza de hablar en público.
Hay que ver, por ejemplo, la de cosas requeté-ridículas por ingenuas que proponen tantos y tantos funcionarios públicos sin importarles el que, por mera dignidad, deben honrar una u otra ideología a la que han dado su adhesión.
El caso es que, como católicos, en lo de ser astutos tampoco estamos muy avisados pero, dado que hasta en el Facebook, católicos malformados pretendan hacer callar a un cura por haber gozado de un chiste merece que nos “pellizquemos”.
Ese breve suceso del que pocos nos enteramos es muestra fehaciente de que lo que está en juego en estas elecciones es el respeto básico al derecho de las personas lo que es “condición necesaria para que los ciudadanos, como individuos o como miembros de asociaciones, puedan participar activamente en la vida y en el gobierno de la cosa pública” (GS n. 73)
Crucial es no callar, queridos ticos, ya que hacerlo implicaría complicidad con el oponente.
Cuestión de sobrevivencia el únicamente no pasarse de ingenuos sino, lo que es de mayores consecuencias, no entrar en componendas con quienes pretenden obligarnos a guardar silencio.
Pues, entonces, si creemos que “la conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral”(GS n.4) tampoco nuestra conciencia bien formada ha de permitir que a ningún cura, antes o después del proceso electoral, se le silencie cuando lo que exprese sea lo que corresponde a la buena formación en su ministerio.
Si hasta aquí no se ha comprendido la cosa, pongámoslo de otra forma: si los laicos asumimos la responsabilidad histórica de hablar no tendrán que callar los curas ya que los laicos somos mayoría y también más bullangueros. 


NOTA: Las citas las he tomado de un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe titulado Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política del cual podrían, sin pereza, echar mano de inmediato.

Que no se nos olvide que para todo hay que buscar antes la voluntad de Dios para que el resto se nos de por añadidura. Cuando deban hablar pidan luces del Espíritu Santo. No se trata tampoco de que digan la primera babosada que se nos venga a la cabeza ya que, de todas formas, para eso estoy yo.

Sacerdotes sin tiempo

He visto sacerdotes que no tienen tiempo para ofrecer sin prisa los sacramentos u ofrecerlos del todo.

Oh, Señor, tú que conoces el corazón de todos 
y la razón por la que tus sacerdotes ya no tienen tiempo, 
te rogamos: auméntanos la fe y danos de tu gracia.
Ten piedad así de sus almas y de las nuestras. Amén.

20 de octubre de 2013

Unos jóvenes de CL de campamento en casa

Muchos han llegado a calificar de extravagancias algunos gestos del papa, como por ejemplo, aquella llamada suya al hombre del puesto de periódicos en Buenos Aires.
Cierto, al principio tampoco supe qué pensar, sin embargo esperé y, por lo visto, los gestos del papa tienen contenido como lo tienen los gestos de un pequeño grupo de jóvenes de CL* que están de campamento en casa por el cumpleaños de uno de ellos.
Gestos singulares y hermosos con los que le celebraron y que algunos podrían juzgar como extravagantes: lo trajeron de sorpresa, al bajarse del auto le vendaron los ojos. Le pidieron esperar mientras el resto colaboraba para ofrecerle un pequeño evento que involucraba música, un video y arte.
Fue algo sencillo y rápido por lo que apenas pude observar pero que, sin embargo, al final los hizo reír a carcajadas y abrazarse.
Mas tarde, mientras les ofrecía algunas indicaciones, un joven primo que está de visita andaba por ahí por lo que se los presenté y de inmediato lo invitaron a quedarse a comer a lo que gustoso accedió. Lo siguiente que vi fue al primo, muy conversador, atizando el fuego de la parrilla.
Desde la cama, de lo último que me enteré fue de sus risas alrededor de la fogata.
Gestos todos que, a simple vista, parecen triviales; sin embargo, a partir de ellos llegué a preguntarme: qué es lo que provoca el que nos identifiquemos con el otro al punto de comprometernos haciéndole parte de nuestra propia vida?
Me explico con el ejemplo de lo que podría ser la actitud contraria: Te encuentras perdido en el desierto junto a un desconocido (la vida es un desierto y todos son desconocidos aunque compartas con ellos el mismo techo). Te vas a poner quisquilloso porque, para sobrevivir en el desierto, no te ha correspondido el desconocido ideal?
Uno, como cristiano, en esta vida que es como un desierto, quisiera controlar todo mucho más allá de lo que corresponde o ni siquiera se es capaz.
Los chicos de CL me han echado luz sobre la cuestión por lo que, a pesar del breve encuentro, se irán habiendo dejado la puerta de mi corazón abierta de par en par.




*CL: Comunión y Liberación, Movimiento fundado bajo el carisma recibido por el padre Luigi Giussani

Vivir al día

nullEste Año de la Fe ha sido grandioso. Espectacular.
No se cómo ha sido para ustedes pero supongo que no muy diferente al mío ya que desde abril a todos se nos ha “movido el piso”.

Para mí, la enfermedad de papá, la cual se desenvolvió paralelamente a la renuncia de Benedicto y el cónclave cerrando con su muerte, no fue otra cosa que la más grande lección de desasimiento que me haya presentado el Señor jamás.
Verme sin papá, de la belleza, del amor gratuito, absoluto e incondicional, de la seguridad que en todo aspecto su persona ofrecía y a la vez desprenderme de mi amado Benedicto ha sido una especie de caída en el vacío de donde surjo solo por gracia de Dios.
Y, para qué? Para caer en una nueva situación de desvalimiento debido a la insolvencia en la que he caído pero a la vez en el desconcierto que me produjo el acomodo al papa Francisco.
Ya nada parece ofrecerme la seguridad a la que estaba acostumbrada. Ya no hay fuente de ingresos. No hay belleza ni amor que me daba papá de gratis. Tampoco papa Francisco, con lo maravilloso que es, me ofrece lo que considero necesitar.
Qué significa esto?
Puede significar solo una cosa. Significa que debo estar necesitando otra cosa. Significa que, para que me entere, el Señor se me está mostrando de una manera novedosa desafiándome para que tome conciencia de mi pobreza.
Me ha arrebatado todo para que mi libertad encuentre en El su único sostén; por lo que, si mi deseo es hacer su voluntad, tendré que aprender a vivir al día, atenta a cada mínima cosa que me la revele.
Así, de manera simple, sin darle mayores vueltas ya que la realidad no espera. Ante ella se actúa viviendo en el “ahora” ya que pasa el tiempo y con ello la oportunidad de prenderme de su mirada para saber qué debo hacer o sentir, decir o pensar.
Un ejemplo bastante claro de lo que estoy tratando de decir lo encuentro en lo que sucede cuando rezo la liturgia de las horas.
Sucede que, si desde la invocación inicial, rezo zambullida en el “ahora” me encuentro con el Señor quien me acompaña en la oración y a quien puedo, a cada segundo y con todo mi ser, amar, alabar, agradecer y dar mayor gloria.
Sucede en cambio que, cuando el “ahora” no es una prioridad sino que la cabeza se me va o viene de otros asuntos, no consigo ver al Señor por ninguna parte por lo que el rezo se me vuelve una tortura.
Llevemos este ejemplo a mayor escala y notemos que sucede lo mismo en lo cotidiano: dejas de vivir el “ahora” cuando trabajas o estudias y la jornada parece inacabable. Ni siquiera el tiempo de ocio parece tener provecho. Terminas el día –incluso- descorazonado.
Pues bien, a eso voy, este Año de la Fe (no en vano justo el Año de la Fe) nos ha presentado desafíos que nos están complicando la vida y es únicamente porque nos está exigiendo vivir al día para que consigamos encontrarnos con el Señor presente a cada instante.

Tiene sentido lo que digo por lo que, podría ser que la ofuscación de María Magdalena por los mil pensamientos y sentimientos que están ocupando su cabeza, es lo que le impide darse cuenta que aquél que le habla en el sepulcro es el Maestro bañado en gloria. No será posible que, por estar más pendientes de las mil reflexiones provocadas por el desconcierto, es lo que evita que los que van para Emaús lo reconozcan?

Hablando del agua bendita

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¡Es que no van a creer lo que me pasó!

Justo el domingo desde muy temprano, tres personas -una tras otra- pelearon conmigo sin motivo. La última, gritaba y gesticulaba con cara de loca. Tan asustada estaba, que empecé a gritarle de vuelta para que no me gritara. ¡Vaya escena! ¿Pueden imaginarla?
Hablando en serio, la verdad me asusté mucho.
Fue por eso que dejé a la persona gritando sola y salí corriendo por mi agua bendita. Me eché un poquito sobre la cabeza, me persigné y luego fui a aspergar los alrededores invocando los méritos de la Preciosísima Sangre de Cristo.
Tras hacerlo sobrevino la calma.

Me tenía desconcertada tanta gente enojada un domingo desde buena mañana, sin embargo, no fue sino hasta después de los gritos de la tercera persona y con el chispazo divino del agua bendita que caí en la cuenta que, para esa hora del día, ya el Papa habría consagrado el mundo al Inmaculado Corazón de María.

Deduje que el demonio andaba retorciéndose de la rabia y aprovechándose de cuánta debilidad hallaba desprevenida.
No recuerdo la fecha exacta, pero -por esos días- el papa había hablado contundentemente sobre el demonio y acerca de los sacerdotes que no dan crédito a sus obras.
Hoy, Juanjo Romero publicó ese artículo tan bonito sobre “Santa Teresa de Jesús y el agua bendita” el que dio pie a que hiciéramos bromas acerca del uso que podríamos darle de poderse aspergar por internet.
Claro, el asunto no es para bromas ya que el demonio es real y nuestra debilidad también.
Lo sé de primera mano ya que conocí a una persona con una obsesión que para todos era inofensiva pero no para “estos poderosos ojos míos que a veces parecen tener visión de rayos equis” para el alma de algunas personas.
A esa persona le hablé sobre su obsesión y del peligro que entrañaba pero rechazaba la idea y dado que era una persona enferma me preocupaba muchísimo su final por lo que, teniendo estos cinco litros de agua bendecida que –sin pedírsela- me quiso preparar el padre Fryar de la FSSP cuando visitó el país, realicé -mientras dormía- algunas sesiones de aspersión de agua bendita acompañada de oraciones.
Lo cierto es que no solo fue perdiendo el interés en el objeto de su obsesión sino que, luego de años de ser una persona de piel muy fría y también friolenta, su piel se volvió tibiecita y nunca más se le escuchó quejarse por el frío.
Le di muchas gracias a Dios y todavía lo hago ya que tiempo después murió con los sacramentos y reconfortada.
El día de hoy, tras el artículo de Juanjo, invité a mis contactos en facebok a pedirle a los sacerdotes que les bendigan agua.
Tuvimos una pequeña conversación y tras eso me vine a escribir esta notita para lo que quise investigar y hallé, adivinen qué?
Hallé un artículo sobre los sacramentales del padre Iraburu donde explica cada aspecto importante e incluye algunas oraciones y recomendaciones pero también comparte con sus lectores lo que ha llamado “una aplicación práctica” que parece la ha dicho tal como si me hubiese leído la mente.
Dice el padre Iraburu:
“Señalo una aplicación práctica de esta doctrina verdadera. Busque usted un bote o botella de cristal limpio y digno, hágase una estampa con la oración ya citada «Dios todopoderoso, fuente y origen de la vida del alma y del cuerpo, bendice + esta agua», etc. La perduración de la estampa será más segura si la plastifica. Y en algún momento oportuno, acérquese con la estampa y el frasco lleno de agua a un sacerdote: «padre, bendígame esta agua, por favor». Si consigue su intento, bendiga al Señor y dé gracias al sacerdote. Y si se ve rechazado, bendiga al Señor y no sienta rabia contra el cura, sino una gran compasión, porque la mala doctrina lo ha deformado, y rece por su conversión a la plena fe de la Iglesia”.
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Recurran al artículo de Juanjo para que conozcan los efectos del agua bendita en santa Teresa y al artículo del padre Iraburupor las oraciones y mayor conocimiento.


Les cuento, por último, que durante esa conversación sobre el agua bendita en facebook, Alvaro y yo, notamos que nuestras respectivas aguas benditas, aún después de muchos meses, no muestran señales de deterioro; por qué debería, pregunto, no es, al fin y al cabo, agua bendecida por la mano de Dios?

"¡Señor, auméntanos la fe!"

Nuestro Señor Jesús tuvo algunas ideas descabelladas. Lo de la morera del Evangelio de ayer es una de ellas.
Tan descabelladas como algunas ideas que han tenido los últimos papas, por dar un ejemplo: Juan Pablo II con su idea loca de regresar a Polonia desafiando al poder político. Igual de descabelladas las de Benedicto cuando liberó la misa según la forma extraordinaria o cuando pensó que sería oportuno dejarnos su trilogía sobre Jesús de Nazareth, llamar a un Año de la Fe del que –hasta el momento- de todo podríamos esperar y, tan descabelladas, que - sencillamente- un día decide que lo conveniente es retirarse para orar. Igualmente descabelladas como, entre otras, la que tuvo Papa Francisco al convocar a la Jornada de Oración y Ayuno por la Paz en Medio Oriente.

A mí, todo esto, de lo que me habla es del tamaño de la fe de estos hombres, por eso, es que cuando el Señor puntualiza sobre el poder de la fe del diminuto grano de mostaza, se me quedan los ojos cuadrados. Me pregunto: Para qué nadie querría plantar en el mar una morera?

Fuera de bromas, “¡Qué daría por tener una fe de ese tamañito!” Hemos de pensar muchos de nosotros. “Qué daría! Lo daría todo!”

Pues bien, el poder del granito quedó en evidencia desde el Antiguo Testamento. La prueba está en que ese pueblo caminó durante miles de años sostenido por su encuentro con el Dios verdadero de quien reconocieron su corazón misericordioso. Nos dejaron constancia de lo que vieron y escucharon; pequeñas grandes huellas las que, generación tras generación, fueron construyendo el camino para el Redentor quien, hecho camino para nosotros, tal como los peregrinos de otrora, caminamos sostenidos por la gracia de Su Misericordia.
Visto así, es claro que la pedagogía divina, posee un patrón inconfundible que produce a lo largo de la historia hombres y mujeres con ideas descabelladas.
Tan descabelladas que tiran abajo los muros de Jericó, separan en dos las aguas del mar, mueven por el desierto a un pueblo numeroso alimentándolo con el maná, etc.

Tan descabelladas que piden perdón ante el muro de los Lamentos, se reúnen con líderes de otras religiones, promueven el diálogo con los descreídos, celebran misa en tierra enemiga, creen en el infinito poder de la fe y de la razón tanto como en el poder de la oración y del ayuno.

Nosotros, que vivimos en la ceguera en la que nos sumerge la era tecnológica, no escuchamos, ni vemos ni tocamos, pero la Creación bien que estuvo alerta el pasado setiembre.
¡Bien que lo estuvo!
Tanto como estuvieron y siguen estando tantísimos hombres y mujeres con una fe del tamaño de un granito de mostaza. Muchos de los cuales deben haber estado en jornada de ayuno y oración hace unos días:

El padre dijo en su homilía:

“En tiempos en que la confusión va diariamente en aumento necesitamos una fe acorde con dicho crecimiento por eso hemos constantemente de pedir: “¡Señor, auméntanos la fe!"”

¿El primer y único telenoticiero católico de Costa Rica?

Ayer me enteré de que el padre Sixto Varela está presentando noticias católicas en el primer y único telenoticiero católico del país.
Me alegró muchísimo ya que siendo el Vicario de Comunicación de la Diócesis de Alajuela, graduado de Comunicación Social Institucional de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, conociéndolo en el aspecto personal y profesional, me pareció que es la persona idónea.
Supe después que TeleFides transmite el noticiero una vez por semana con repetición al día siguiente.
Ahora bien, tras la alegría de la noticia me entró un desconcierto ya que es el colmo que –hasta ahora- exista un telenoticiero católico en el país.
Con lo difícil que está siendo conocer por los medios seculares la verdad sobre tantos temas sobre los que tendríamos que estar al día, que no sea sino hasta el 2013 que en nuestro país podamos conocer por TV de la información de la Iglesia el ángulo que necesitamos y conviene, es algo que a cualquiera dejaría perplejo ya que, por ejemplo, ahora mismo, estamos experimentando la agresiva campaña de los medios de comunicación locales ante el anuncio de la Conferencia Episcopal sobre publicar una Carta Pastoral que sirviera para orientarnos ante las próximas elecciones la cual esperan reducir a polvo con amenazas de millonarias multas por parte del Tribunal Supremo de Elecciones ante lo que se han atrevido llamar campaña de proselitismo de la CECOR.
Bajo tan apremiantes circunstancias pero también, contextualizando el caso del telenoticiero, es fácil comprender las razones para semejante atraso ya que nuestra Iglesia local no se ha caracterizado por llevar la voz cantante en diversidad de temas vitales que han venido afectándonos de diferentes formas.
Definitivamente no la ha llevado. Decir lo contrario sería engañarnos.
De ahí que algunos obispos se han arriesgado por su cuenta.
Tal es el caso de Monseñor Ulloa cuando hace un tiempo desde el púlpito trató de orientarnos acerca de los candidatos presidenciales y el caso del Monseñor Gerardi al presentar a los gobernantes de los tres poderes de la República el pasado 1 de mayo la lectura de una consagración a Nuestra Señora cuyo contenido e implicaciones desconocían tanto el resto de los obispos como los implicados.
Para Monseñor Ulloa su acción significó una acusación injusta y el debido proceso ante el Tribunal Supremo de Elecciones del cual, dichosamente, salió airoso y, para Monseñor Gerardi, significó una polémica nacional de lo más grosera y vergonzosa.
Cuál es la causa de que los Obispos actúen de esta forma? La causa es la falta de liderazgo que hemos venido experimentando por largo tiempo y que, con la ayuda de la Gracia, con el nuevo Arzobispo, esperamos obtener ya que no están los tiempos para el “palanganeo”.
Los tiempos están para que un Arzobispo se haga rodear no solo de aquellos en quien confía o con quienes tiene afinidad sino de aquellos que también oran, disciernen los signos de los tiempos pero que tienen además las agallas, el conocimiento, la razonabilidad que da la fe para dar la cara ante los desafíos que nos presenta el mundo a cada instante.

Está muy bien que el Arzobispo continúe en la línea de las visitas pastorales de su predecesor ya que es de lo más importante que de Monseñor Hugo puede destacarse, sin embargo, urge ver a nuestro querido pastor reunido con todo tipo de asesores laicos y consagrados, dando la cara ante la prensa a diario –de ser necesario- tal como hace el Papa, tal como el padre Sixto, finalmente, está haciendo –al menos- una vez por semana y con repetición al día siguiente.

1 de octubre de 2013

Hermanos sobre una motocicleta

Ayer estuve con mis vecinos en el centro del pueblo compartiendo un rato ya que estamos de festejos patronales.
Mientras charlaba con ellos observé a dos jóvenes que llegaron en una motocicleta. Parecían amigos o hermanos.
Uno de ellos entraba y salía de la panadería trayendo al otro ricos bocadillos, helados, dulces y bebidas. Las ingerían juntos.
El más joven regresaba por más, una y otra vez, hasta que el mayor, quien era el piloto y se quedaba sobre la motocicleta, le dijo: - “Y, qué? Va a seguir?” Refiriéndose a que parecía un barril sin fondo.
De inmediato, se puso el casco como gesto de autoridad para indicar que ya se iban. El otro subió en la moto colocándose el casco.
Cuando dieron vuelta se encontraron con otros jóvenes y se pusieron a conversar.
Fue cuando noté que el mayor no tenía una pierna.
Se le veía amputada desde la cadera por lo que su hermano menor, el comilón, le hacía los cambios con su pierna izquierda.

¿Qué de malo tiene ser pobre y desvalido?

Ayer, quise ponerle agua a mis perritos en su palangana y no estaba la manguera que usualmente utilizo por lo que fui hasta el lugar donde las guardo y hallé un cabito de manguera que me serviría mejor que el anterior.
Al conectarlo y abrir el tubo salió una cucaracha la que debí arrojar fuera de la palangana junto con el agua que había vertido.
La pobre cucaracha se quedó sin la casa en la que había vivido quien sabe desde cuándo pero salió muy oronda por sobre la tierra y entre el zacate para hallar, de seguro, un buen lugar donde re-emprender su existencia y, todo, como si tal cosa.
Me doy cuenta que es un ejemplo asqueroso pero no menos real de lo que podría suceder en diversos grados a cada uno de nosotros cuando experimentamos cambios dramáticos.
Lo que me hizo pensar que desde pequeña y por vivir en el campo, siempre he visto desde insectos hasta mamíferos a los que su circunstancia les cambia abruptamente y quienes, después de superar rápidamente el shock, se adaptan a su nueva circunstancia sin mayor drama.
Por qué tendríamos que ser diferentes cuando somos una especie de la creación tan carente y desvalida como ellos?
No dijo el Señor que se ocupa de las bestias y flores del campo pero también y –particularmente- de nosotros?
Creo que hasta que lleguemos a estar conscientes del grado tan dramático de pobreza y desvalimiento en el que –realmente- nos desenvolvemos no empezaremos a ver el milagro que es la existencia puesta en manos de Dios.
No habremos visto su acción en nuestra vida.
No habremos visto que todo es gracia.
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Ahora bien, para qué permitiría nuestro Creador que llegásemos a tan dramáticos niveles de necesidad?

Pues, para eso, para que podamos reconocer que todo es gracia.
Nuestro mayor bien sería darnos cuenta que no tiene nada de malo ser pobre y desvalido.

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