30 de marzo de 2011

Y, no es que todos estamos llamados a ser santos?

Desde este lado del charco y tan alejada de la amistad de curas como estoy en este momento de mi vida hallar noticias sobre sacerdotes que pagan abortos y otros que los justifican me resulta muy incómodo casi abrumador, tanto que muchas veces, ni siquiera leo el cuerpo de la noticia, pero no es razonable que lo haga porque hacerlo no hace desaparecer el hecho ni mi incomodidad.

Ustedes en España, como buenos españoles, no tienen pelos en la lengua para denunciar lo que se debe. No sucede igual en nuestros países. En el mío, concretamente, tendemos a hacer las del avestruz para evitar el dolor que nos provocan ciertas situaciones.

De este lado del océano, como yo, se que existen muchos católicos comprometidos que no solo de oídas conocen sino que son testigos de sacerdotes que presentan conductas inapropiadas no solo en el aspecto moral, sino doctrinal y quizá hasta legal ante las cuales nos tapamos los ojos cobardemente para evitar el dolor, la vergüenza, la decepción y, eso, no es razonable.

No es razonable porque no considerar de la realidad todos sus factores nos oculta la verdad y es la verdad la que nos hace libres, por tanto, nos hacemos esclavos de nuestra cobardía, del temor a sentir dolor, vergüenza y decepción.

Nos hacemos sobre todo esclavos del temor a sufrir dentro de la Iglesia la soledad que acarrearía denunciar; porque –si fuera mi caso- es un hecho que laicos y consagrados me dejarían sola, quizá hasta me vería obligada a abandonar mi grupo de CyL para evitar perjudicar su reputación.

En mi país, dejar al descubierto la verdad traería soledad pero también libertad y, entre soledad y libertad, lo razonable es ésta.

Lo siguiente sería, porque las opciones están muy claras y si fuera mi caso, que optara por ser razonable.

Teniendo esto en consideración me parece que la consecuencia más grave de nuestra inclinación al mal es en cuanto a que nos aleja de la opción de lo razonable y, alejados de lo razonable, no somos mejores que cualquier pecador.

Por lo mismo, un buen examen de conciencia lleva implícita la voluntad para desvelar la verdad sobre la realidad y sobre nosotros mismos para, tras el Sacramento de la Reconciliación y con la ayuda de la Gracia, descubrirnos más tarde siendo personas más razonables.

Porque está visto: un santo es siempre una persona razonable.

Y, no es que todos estamos llamados a ser santos?

29 de marzo de 2011

"Un pedacito de todos nosotros"

No he visto su producción anterior y de ésta nada más he visto el trailer, pero con solo eso puedo decir que en Hernán Jiménez se funde “un pedacito de todos nosotros", de nosotros los ticos, a eso me refiero.

Poco podría hablarles de este joven actor, director y productor costarricense, creo que por él mismo es capaz de decir más y mejor de cualquier cosa que yo les podría decir.


Ahora pueden darse cuenta que la ingenuidad, el entusiasmo y la confianza en la fuerza de esos pequeños-grandes sueños que cambian el corazón del hombre de esta blogger y de sus compatriotas en buena medida es cultural.

El Regreso Página oficial
Kick Starter Página para donar a la post-producción de El Regreso

28 de marzo de 2011

Tal y como las abuelitas “del tiempo de antes"

En un país netamente cafetalero, como lo fue el mío durante los últimos siglos, es frecuente hallar simpáticos dichos que describen perfectamente los hechos dentro de determinada actividad como es el que gestaron los cogedores de café para referirse a esos invaluables “granitos de oro” que se rehusaban por una u otra razón a permanecer dentro del canasto.

En el “tiempo de antes” era común escuchar a las abuelitas decir que uno de sus hijos o quizá algún nieto como aquellos granitos de oro “se salía del canasto”. Utilizaban la frase para destacar que la criatura “rompía el patrón” de conducta familiar, el cual –por lo regular- estaba inscrito dentro de los valores cristianos o al menos dentro de las pautas que regían las buenas costumbres que constituían una respuesta realista para la vida en sociedad.

Muchas de las abuelitas del “tiempo de antes” (también muchas de las de ahora) eran mujeres sabias y lo eran porque también eran realistas. 

Llegaban a serlo -entre otras razones- porque, habiendo disfrutado o no de una vida cómoda, por lo regular les “tocaba” un marido poco realista y eso las obligaba a plantarse ante la realidad ya que si no lo hacían corrían el riesgo no solo de pasar hambre sino de ver tarde o temprano desbaratadas a sus familias. El realismo de estas mujeres, de hecho, salvó muchos matrimonios y a muchas familias (todavía los salva).

En nuestros días, hombres y mujeres indiferentemente, carecemos de realismo, es más común ver a las autoridades dictaminar sobre ideologías que sobre los hechos así como es más común observar a grupos que se desvían del objetivo que los convocó que grupos que se cohesionan por mantenerse fieles a la realidad… 

Muchos andamos queriendo que las cosas sean del modo en que las concebimos y pocos, poquísimos, haciendo frente a los hechos tal y como son; en definitiva que, el mundo está hoy plagado de gente que se “sale del canasto” hasta el punto que “estar fuera” ha llegado a ser considerada la norma y no la excepción, es decir, se alaba el que cada uno tenga su propio criterio sobre cualquier cosa. Mal andamos, ya lo sabemos todos.

Y mal andamos no porque se tenga criterio propio, sino porque la historia ha comprobado que “fuera del canasto” es imposible ser realista y por tanto, imposible ofrecer una respuesta razonable a los hechos que acompañan a la vida cotidiana.

Esto me lo hizo ver este análisis que hace Alessandra Stoppa sobre la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre los crucifijos y que la Revista Huellas ha titulado “Una sentencia que da la razón a los hechos”.

Si el Tribunal consiguió arrojar una sentencia razonable fue porque se ajustó a los hechos, punto. El realismo de su juicio es un magnífico ejemplo de lo que cada uno de nosotros tendría que hacer al despertar cada mañana, tal y como hacían las “abuelitas de antes”, al echarle el cuerpo a los sucesos de la vida cotidiana.
“Esta sentencia, por lo demás, es el ejemplo de que cuando Europa “hace presente” su cultura, su rostro, incluso los tribunales dejan de comportarse como oficinas abandonadas en Estrasburgo y empiezan a tomar posiciones sólidas, que se pueden contraponer a iniciativas irracionales y llenas de prejuicios. Ideológicas, en definitiva”. Alessandra Stoppa
Y lo grandioso de todo esto, por ser lo más realista, saben qué es? Que nuestra vida está llamada a ser expresión del encuentro con Aquél que nos mostró de qué manera se planta uno ante la realidad con una posición sólida, racional y carente de prejuicios; del encuentro con Aquél que vino y nos recogió a todos en su canasto, tal y como lo hacían las abuelitas “del tiempo de antes".

25 de marzo de 2011

Que miren las dificultades que provocan...

Durante las últimas semanas se ha reavivado la iniciativa que tuvimos en Costa Rica hace dos años algunos laicos para solicitar la misa de la forma extraordinaria.

Considerando la multitud y variedad de objeciones que surgen cuando se toca el tema con laicos, sacerdotes, amigos y conocidos se da uno cuenta cuánto daño están haciendo los filo-lefebristas en todo este proceso.
Así como lo oyen y a quien no le guste, que lea y considere la magnitud de los obstáculos que nos colocan a los católicos, que sin ser tradicionalistas ni cercanos a la FSS PX ni nada que se le parezca, miramos al Papa y deseamos lo mismo que el.

Observen -nada más- algunas de las objeciones que otros católicos como yo expresan cuando se les menciona el tema:

Respuesta de Marcel, laico comprometido
“Actualmente hay personas con desequilibrios mentales que en vez de acercarse a profesionales para sobrellevar sus situaciones particulares intentan hacer de la Iglesia
un refugio para satisfacer sus caprichos sean estos con buena intención o no y obvian el crecer conjuntamente con los esfuerzos de todas la iglesia en comunión y paz”. 


Que Marcel, quien es un tipo cabal, los señale como “personas con desequilibrios mentales” no es gratuito considerando lo que puede uno leer en algunos blogs filo-lefebristas.

Respuesta que me dió de un sacerdote y especialista en Sagrada Liturgia
“…me parece frustrante que éste sea el pensamiento de una persona a la que yo le di lecciones… [ ] le suplico que, por el bien de la Comunidad Creyente y Celebrante, reconsidere su pensamiento”
Muchas razones podríamos hallar para que este sacerdote se exprese de esta manera pero sin lugar a dudas una será el que se espanta de las personas que se comportan como los filo-lefebristas y con quienes, por el mero hecho de mencionarle la misa, me confunde.

Como Marcel y el sacerdote, me han respondido personas a las cuales –incluso- les he permitido que me sometan a interrogatorios tipo Gestapo con el objetivo de darles a conocer mi forma de pensar; claro, que el desencanto es fatal porque luego - así nada más y aún no convencidos- terminan insistiéndome en que desista.

En esta línea, no quiero ni imaginar, pero debo hacerlo (sobre todo porque he de considerar todos los factores) lo que será para el párroco o capellán al que “se le ocurra la genial idea” de poner su parroquia o capellanía a disposición de los fieles; tampoco quiero, pero debo imaginar, lo que será la cara que pondrá su Obispo cuando el mismo le informe.

Muchas, muchísimas razones se han expuesto para tratar de comprender tanto prejuicio hacia la Misa de la Forma Extraordinaria, entre ellos: que la desobediencia de los Obispos, que las fuerzas del mal, que la secularización del clero, qué se yo, pero nadie, nadie menciona a los filo-lefebristas cuya postura carente de una respuesta adecuada a la realidad nos están haciendo a los católicos todo este proceso aún más difícil.

A ellos es a quienes hoy responsabilizo directamente y en buena medida de las dificultades que estamos debiendo afrontar.

Que miren las dificultades que provocan y rectifiquen para que alguna vez eso anhelamos, que es un deseo genuino y que merece respuesta, sea haga realidad ante nuestros ojos.

21 de marzo de 2011

Cuando se habla de la experiencia real es cuando la Iglesia tiene algo que proponer al mundo

En su obra El Sentido Religioso don Giuss nos propone entrarle con todo a los hechos para que nuestra capacidad de razonar, al abrirse y considerar todos los factores, no solo nos ayude a encontrar al hombre que por lo regular se oculta detrás de una costra de prejuicios (auténticas mentiras) que construye como armadura alrededor de su corazón sino y sobre todo para también llegar a “reconocer, admirar, agradecer y vivir a Cristo”
 
Alfonso Calivia, presidente de la asociación cultural universitaria Atlántida, describe cómo le ha entrado con todo a la realidad y ha extraído un juicio sobre ella como universitario español.

PáginasDigital.es ha publicado la entrevista que le ha hecho en torno a los hechos en el campus de Somosaguas, aquí les traigo una de las preguntas y su respuesta en la cual he destacado los diversos aspectos que Alfonso ha extraido que le permiten reconocer la necesidad de su presencia en la universidad y que es la misma que nos exige la realidad a cada uno de nosotros.

Desde su experiencia, Alfonso confirma una verdad irreductible: no es cuando se discute sobre ideas sino “cuando se habla de la experiencia real [ ](de la experiencia real que hemos tenido ante un hombre que ha entrado en nuestra historia y nos cambia día a día) cuando la Iglesia tiene algo que proponer al mundo”

La entrevista completa se puede leer en este enlace. 

Después del ataque a la capilla os habéis hecho presentes en el campus repartiendo 5.000 ejemplares de vuestro manifiesto en el que decís que queréis dialogar con todos. ¿Qué respuesta habéis encontrado?
Hemos encontrado respuestas de todo tipo. Para concretar un poco más podemos hablar de tres: la primera, la respuesta violenta e impotente que no quiere entrar en diálogo y que rápidamente te tacha de fundamentalista, homófobo y ultraconservador, absolutamente cegado por una ideología asfixiante. Si se mantiene esta postura la conversación es imposible porque se convierte en un choque absurdo de ideas contra ideas y efectivamente, no es posible el diálogo. La segunda es la contraria pero no menos ideológica, gente que por tradición respeta o incluso participa de la Iglesia pero que no se mide con lo que decimos, solamente lo defiende como otra idea más, como si el cristianismo fuera una idea. El resultado es el mismo, sin insultos pero sin ninguna riqueza que nos permita entrar en el campo humano, en el campo de la experiencia. Aquí llega, por fin, la tercera respuesta, por la que merece la pena estar presentes en el ambiente, en la universidad: cuando encuentras personas que puede que defiendan una idea de antemano pero que reconocen la necesidad de un verdadero diálogo, que no tienen miedo a lo que podamos defender sino que lo valoran y lo someten a una sana crítica, personas que intentan entender lo que estás defendiendo y así poder rebatirlo de forma inteligente y no solamente ideológica, personas que no tengan miedo a la libertad. Y el colmo es cuando te das cuenta de que la persona que tienes en frente desea lo mismo que tú, ser feliz, personas que sufren al ver una injusticia, que se alegran cuando se les quiere bien, es aquí donde nuestra propuesta incide como un torrente, porque es una propuesta humana, que potencia y salva los deseos humanos, muchas veces incomprendidos por la comunidad universitaria, incluso a veces utópicos, piensan que la Iglesia tacha de asesinas a las mujeres que han abortado y en cambio nosotros hablamos de lugares reales donde se les acoge, piensan que a la mujer se le desprecia y las chicas que están allí con nosotros les dicen que nunca han sido tan bien tratadas y han experimentado el valor real que tienen. Cuando se habla de la experiencia real es cuando la Iglesia tiene algo que proponer al mundo. Porque en definitiva qué es la Iglesia, cómo nació la Iglesia. La Iglesia nace de un hombre que ha entrado en la Historia y que ha cambiado a personas durante más de 2.000 años, por lo tanto es esto lo que tenemos que testimoniar, no toda una retahíla de normas y valores que si no los cumples eres desechado [1].

Nota del blogger [1] que es lo que muchos piensan que hacemos los cristianos (y, que lo piensan, porque -lamentablemte- muchas veces no están equivocados ya que entre nosotros todavía hay muchos que elegimos discutir sobre ideas más que sobre nuestra experiencia real ya porque no sabemos cómo o porque -sencillamente- no tenemos una experiencia de la cual poder hablar) 

Mucho que aprender tenemos de estos chicos universitarios, la verdad que si.

19 de marzo de 2011

Mirando la evidencia

Mirando la evidencia, una cosa -entre tantas- me ha hecho tener gratitud hacia el Señor al haber encontrado el carisma de don Giuss y es el que -día a día- desmorona “lo ya sabido” por lo que para mi es Gracia que me hace mirarme y mirar la vida con mirada nueva cada día.

Mi avidez por las cosas del Señor la tengo desde niña, únicamente ensombrecida en el período durante el cual empecé a depender del criterio de los demás. Cómo es esto? Si, fue cuando -entrando a la universidad- conocí el feminismo y el socialismo y éstos se convirtieron en criterio que suplantó la evidencia.

Cuál había sido la “evidencia” hasta entonces? Pues, sencillo, que dependía de Alguien que colmaba mis anhelos de Infinito.

Cómo es que termina uno trocando la “evidencia” de la que le habla a uno la “experiencia de la realidad” por un criterio que la reduce? Pues, permitiéndoselo.

O es que acaso, no se han visto angustiados después de haber asistido a una conferencia de algún experto”, después de haber leído todos los periódicos para tratar de comprender un suceso o luego de haber consultado todas las referencias posibles para resolver un problema? Pues si, a todos nos ha pasado. Nos quedamos angustiados, así de simple. 

Y qué hacemos? Por lo regular empezamos a tomar decisiones recurriendo a “lo ya sabido", al criterio de los demás y bajo un estado de angustia que no reconocemos sino hasta tiempo después y que no sirve más que para darnos cuenta que no debimos haberlo hecho; más casi nunca estamos lo suficientemente atentos como para intuir la otra opción que tenemos que es la de mirar la evidencia que ofrece la realidad.

Les expongo un caso: 

Desde hace años vengo con esta idea de que en mi país celebremos la misa según el rito extraordinario. Esta semana se presentaron acontecimientos relacionados que me llenaron de angustia por lo que empecé a pedir el criterio de otras personas; recurrí a “lo ya sabido” sobre Liturgia solo para darme cuenta que era un puñado de papeles que poco me servían para dar cara a la situación, lo único que estaba a mi disposición era mi angustia y mi soledad ante la cruda realidad.

Frágil y desnuda, tal como salí del vientre de mi madre, debí -en Cristo- plantarme ante ella y fue así como mirarla (como quien mira al Señor a los ojos) consiguió aclararme indicándome el paso a seguir.
Conclusión: Habiendo atendido a los hechos he de reconocer que -por lo regular- uno se permite no mirar con detenimiendo la evidencia de la realidad lo cual le obstaculiza ser receptor de la Gracia de reconocerse total y absolutamente dependiente de Cristo.

“¿En qué se ve que Cristo se acuerda de nosotros, que Cristo está presente en medio de nosotros? En el hecho de que nos hace más conscientes de nuestra necesidad [ ]; y esto me lleva al descubrimiento de mi persona [ ] de hasta qué punto soy un mendigo, soy dependiente. Entonces, ¿cuál es el criterio de la verdad y de la claridad? ¡Que suceda el acontecimiento de Cristo, que lleva dentro de sí la evidencia de las razones, que me arranca de mi confusión, que aclara mi persona y la realidad!”
Apuntes de la intervención de Julián Carrón en la Asamblea de responsables de
Comunión y Liberación de Italia, Pacengo (VR), 27 de febrero de 2011

17 de marzo de 2011

¿Quién tiene miedo a la libertad en Somosaguas?

He venido siguiendo noticias relacionadas y la que les traigo tengo la impresión de que les va a gustar.
 
Días atrás anduvo dando vueltas por la web el Manifiesto de la Asociación Cultural Atlántida y que está contenido en este breve artículo respecto al acto de de aquellas jóvenes en la capilla de la universidad.

Para mi sorpresa lo hallé en PáginasDigital.es y así fue como buscando alguna referencia sobre dicha Asociación descubrí que es parte de la Compañía de las Obras de CyL y sus miembros son jóvenes del CLU [1] de Madrid.

Para algunos de ustedes esta relación no será sorpresa más si para mi y, además, una razón más para alegrarme con ustedes al compartirla.

Sin más preámbulo les dejo con esta nueva publicación que nos llena de esperanza.
 
 
¿Quién tiene miedo a la libertad en Somosaguas?
A.C. Atlántida
16/03/2011

Fue el pasado jueves. Cerca de cincuenta personas entraron en la capilla del campus de Somosaguas, rodearon el altar y se desnudaron. Estamos dispuestos a discutir con cualquiera acerca del sentido o sinsentido de las capillas en la universidad, del cristianismo y de todo lo que preocupe e interese a la comunidad universitaria. Sin embargo, irrumpir de un modo ofensivo en un templo sagrado es una cosa bien distinta, un hecho triste y doloroso que nada tiene que ver con la vida universitaria, con el diálogo y la capacidad crítica que desde siempre la han caracterizado.

Hace un año algunos estudiantes comenzamos a escribir un pequeño periódico llamado Samizdat que repartimos mensualmente en la universidad. Como puede leerse en numerosos blogs en internet, el mismo periódico y otros manifiestos que hemos difundido durante los últimos meses han sido ocasión para dialogar con profesores y estudiantes de cualquier signo y opinión: laicistas, no creyentes y cristianos. Muchas personas, a favor o en contra de lo que decíamos, han agradecido nuestras iniciativas y reconocido la necesidad de un verdadero diálogo que no tema la diferencia.

Lamentablemente, como hemos podido ver y experimentar en primera persona, no todo el mundo se alegra de que en nuestra universidad haya disparidad de opiniones, de que haya estudiantes que se expongan y no tengan miedo a ir en contra de la opinión dominante o de la opinión que algunos desearían dominante. Sin ir más lejos, días antes del asalto a la capilla, varios estudiantes de Políticas “decidieron por consenso” que debíamos abandonar la facultad y dejar de repartir el periódico. Esta posición, cargada de impotencia, indica qué tipo de universidad y sociedad quieren construir algunas personas: una sociedad en la que solo se escuche una voz, la suya; en la que desaparezca la presencia pública de los cristianos y de todos aquellos que se muestran libres frente al poder establecido. ¿Es ésta la universidad y sociedad que queremos?
No escribimos este panfleto porque nos guste “guerrear", aunque ¡ojalá encontráramos gente que quisiera “guerrear” con la razón, que quisiera pensar y discutir hasta el agotamiento! Cuando esto último sucede quiere decir que la universidad está viva: amas lo suficiente la vida como para entrar en diálogo con otros sin necesidad de eliminar, censurar o aplastar. Ojalá que la pasión por el estudio y el interés que la realidad nos despierta a diario encuentren en la universidad espacios reales de discusión y libertad, de verdadera aceptación de los otros. Así evitaremos que lo que más queremos se vea dominado por una perezosa ideología.

No hay universidad si no hay libertad de expresión, la libertad real de exponer las propias ideas y discutirlas en el espacio público. Toda opinión y objeción -sea del signo que sea- es siempre una oportunidad de crecer y dar razones de la propia experiencia, una fuente de nuevas preguntas y estímulos en el camino hacia la verdad. Es en el diálogo donde las personas se muestran realmente a pecho descubierto, donde se resquebraja la ideología, donde uno valora y somete a sana crítica sus propias propuestas.


Manifiesto de la Asociación Cultural Atlántida
1. Primero, que irrumpir de un modo ofensivo en un templo sagrado es “un hecho triste y doloroso que nada tiene que ver con la vida universitaria, con el diálogo y la capacidad crítica que desde siempre la han caracterizado”.
2. Segundo, que “no todo el mundo se alegra de que en nuestra universidad haya disparidad de opiniones”, y que algunos quieren construir “una sociedad en la que solo se escuche una voz, la suya; en la que desaparezca la presencia pública de los cristianos y de todos aquellos que se muestran libres frente al poder establecido”.
3. Y tercero, que “toda opinión y objeción -sea del signo que sea- es siempre una oportunidad de crecer y dar razones de la propia experiencia, una fuente de nuevas preguntas y estímulos en el camino hacia la verdad. Es en el diálogo donde las personas se muestran realmente a pecho descubierto, donde se resquebraja la ideología, donde uno valora y somete a sana crítica sus propias propuestas”.


[1] CLU: Universitarios de Comunión y Liberación

15 de marzo de 2011

Perdonen que me meta, pero...

Ante lo que he observado que sienten y piensan sobre las agresiones que sufrimos los cristianos en las universidades españolas tengo una pregunta:

¿Ha servido vuestro cristianismo para que estas personas sientan fascinación por quiénes son y cómo viven?

Pues, pienso yo que, si esta pregunta encuentra eco en su interior y les hace descubrirse en la necesidad de buscar otro tipo de respuesta a esas agresiones, por ahí tendrían que empezar: por hacer un juicio sobre la forma en que viven su cristianismo; juicio que, tomado en serio, haría brotar de seguido algunas otras preguntas: 

Cómo es nuestro cristianismo?
En torno a qué o a quién gira?
Qué es lo que arroja como producto al exterior?

Yo, que les veo de fuera de España tengo claro que no es el moralismo ni el voluntarismo lo que puede llegar a salvar al cristianismo en España, tiene que ser algo más; hallarlo es el trabajo que esta serie de acontecimientos les está exigiendo, que la realidad les presenta, que nuestro Señor ha puesto en sus vidas como provocación.

Échenle el cuerpo ahora y no se aflijan, conseguirán hacerlo, tienen la Gracia, la inteligencia, la capacidad de amar, la voluntad, gozan de libertad y de Su compañía. 

Eso si, pónganse a la tarea, pero ya.


Nota: No es una idea remota pensar que alguno se sentirá ofendido por esta entrada o que pueda considerar que estoy saliéndome de la ortodoxia o invitando a salir de ella; por lo mismo, le ruego a quien así piense que -antes de hablar- considere con prudencia lo que va a decir, porque esta entrada no va en busca de una cosa ni de la otra, ni siquiera se trata de lo que yo pienso sino de lo que piensan los lectores católicos españoles sobre si mismos.

14 de marzo de 2011

La Caridad en Cuaresma (y siempre)

El otro día escuché que la caridad es “antes que estar dispuesto a dar, estar dispuesto recibir” tal como la disposición para recibirlo todo de la Divina Providencia que tuvo la viuda que entregó la única moneda que tenía poniendo de esa forma totalmente en juego su libertad.

Durante la Cuaresma la Iglesia me llama a realizar Obras de Misericordia (aunque más bien sería “a estar aún más atenta a las exigencias de la realidad y a los anhelos de mi corazón”); por lo mismo, cuando tenga ante mí a un sujeto a quien “misericordiar” tendría que preguntarme: - “¿Voy hacia él para dar o para recibir?” 

Si descubro que mi motivo es aproximármele “para dar” estaría actuando desde un voluntarismo o moralismo pero si descubro que mi disposición es “para recibir” podría proceder tranquila ya que mi libertad ha sido puesta en juego y mi acto será de total gratuidad.

Pongo un ejemplo: tienes un vecino insoportable, un comentarista de tu blog o quien sea, que te exige más de lo que estás en disposición de dar; pues la próxima vez que se te aproxime te entregarás a él sin reservas y, a ver cómo te va; probablemente mucho mejor que cuando te resistías a su presencia…

Vista de esta forma -la caridad- deja de ser “deber” para pasar a ser “gratuidad".

Me parece que esa es la verdadera caridad: la que nos aleja de moralismos y voluntarismos y que nos aproxima al mismísimo gesto del Señor quien se nos entrega día a día por un acto libre de su amor.

11 de marzo de 2011

SOS

Yo quisiera que los cristianos pegáramos el grito al cielo ante nuestros templos y con nuestra jerarquía por los cristianos que son perseguidos en el mundo! Por qué no lo hacemos? Por qué? Podríamos ser nosotros... podríamos serlo!


Somos capaces de mover el mundo por facebook, con cadenas de oración y promoviendo marchas por la vida y tantas otras cosas pero incapaces de ir donde nuestros párrocos y obispos y pedirles que convoquen a jornadas de oración en nuestras catedrales por otros que podríamos ser bien nosotros.

9 de marzo de 2011

Charita

Ayer tuvimos una experiencia maravillosa en el ciberespacio que consistió en que, a diferencia del pasado, esta vez aparecimos un chorro (y cuando digo un chorro es “un chorro”) de católicos dando la cara ofreciendo razón de nuestra esperanza con valentía, respeto y honradez en una página de una periodista nacional.

Luego de eso varios de los comentaristas se unieron a nuestro grupo en facebook llamado Voces Católicas Costa Rica/Actuando HOY desde donde nos damos aviso de noticias en donde se nos hace imperativo participar.

A la vez tuvimos la compañía de un sacerdote costarricense muy estimado (y creo que buen amigo) que participó con nosotros explicando y refutando desde la doctrina.

Fue espectacular vernos siendo mayoría y una mayoría valiente, con buenos argumentos, con gran caridad para el prójimo. Una maravilla, la verdad.

El día de hoy, comentábamos algunos de los nuevos conocidos sobre que habíamos ido a misa de miércoles de ceniza y lo bien que nos sentíamos por haberlo hecho.

El sacerdote del que les hablo, por su lado mostró con una fotografía la forma en que el Santo Padre ha elegido que se imponga la ceniza este día y coincidimos en que colocarla sobre la cabeza (y no en la frente como se acostumbra) guarda un simbolismo que nos resulta conmovedor por el hecho de que la ceniza en la frente es como un “sello” más sobre la cabeza implica un necesario gesto de “humildad” de nuestra parte. En fin, uno que se detiene en estos detalles…

Como sea, estábamos todos en la onda de hablar del miércoles de ceniza así como de los gestos y símbolos de esta celebración cuando en eso, recordé la misa a la que había asistido, tan pero tan deslucida… Fue deslucida y vaciada de contenido de principio a fin porque el sacerdote la convirtió para los jóvenes asistentes en una catequesis sobre la Cuaresma en lugar de dejar siendo la misa lo que es.

“Hoy, ni le cuento (le comentaba al padre)a la misa que fui… Charita, porque pudo haber sido una misa muchísimo más edificante; por suerte el Señor se encarga de derramar su gracia aún con nuestras singraciadas” le decía.

Charita que, con la belleza y significado de los ritos todavía necesitemos inventar, como si no fueran ya suficientemente ricos los gestos, palabras, signos y símbolos que apelan al alma y a la razón los que ha dispuesto la Santa Iglesia para las celebraciones litúrgicas. Charita, digo yo.

“Y, ni crea –padre- que fue el párroco el que celebró esta misa, el párroco no celebra misa en la mañana sino en la noche cuando todos los campesinos de por estos lados estamos durmiendo. Charita, también”.

Claro, luego se preguntan por qué los jóvenes se espantan de ir a misa y es que no se dan cuenta que la transforman en nada que represente para ellos un desafío como lo sería una misa celebrada con sus gestos, palabras y rúbricas de siempre, nada fuera de lo común –digo yo- lo normal estaría bien para que estos chicos tuvieran que vérselas con ellos mismos e involucrarse de lleno, comprender y adherirse, ¿quizá?.

La verdad, no se, parece que todavía (aún cuando el Santo Padre y tantos Obispos lo han señalado) continuamos buscando la adhesión a las propias ideas más que a la persona de Cristo.

Pero bien, la cosa es que habemos quienes nos hemos adherido y además cohesionado como somos los que estamos comentando unidos en los periódicos nacionales e internacionales desde el grupo Voces Católicas Costa Rica/Actuando HOY*.

* Para ver este enlace tendría que acceder a facebook
Charita: es un término campesino que significa “lástima” y utilizado principalmente por los niños en sus juegos cuando sufren una decepción.

5 de marzo de 2011

Mirar y esperar

¡Estamos cada día más cerca!

De pasadita, nada más, para contarles un par de detalles y esto únicamente porque -ya que el tema está sobre la mesa en InfoCatólica- viene al caso.

En Costa Rica, hace dos años era imposible hablarle a muchos sacerdotes sobre la Misa de Rito Extraordinario sin meterse en un problema; de hecho, me gané varias situaciones incómodas y nada más que por preguntarles su opinión.

En fin, parece que vamos superando los prejuicios y dos detalles de los que me he enterado en estos días me lo confirman:

Uno: Que un sacerdote que estudia fuera del país me ha dicho que cuando regrese pondrá a disposición su parroquia para la Misa de Rito Extraordinario.

Dos: Que en la Catedral Metropolitana -me han informado- los canónigos han empezado a vestir con los ornamentos propios de la ocasión y a cantar la Liturgia de las Horas utilizando el latín.

Podrá sonarles insignificante pero caigo en la cuenta que, de lo que experimenté hace un par de años a que se den ante mis ojos este par de señales me confirma que -como el Papa- he hecho bien en esperar.

Y, dicho sea de paso, qué bueno que el padre Guillermo Juan Morado ha escrito hoy lo que ha escrito y el padre Iraburu también.

Ya ven? Tal y como lo había dicho: uno va a la segura si tan solo mira al Papa y aprende a esperar como él.

¡Deo omnis gloria!

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