28 de noviembre de 2010

Es mi deseo, nada más...

He observado que, por lo regular, la vida -aún para personas de fe- parece más algo que sucede y no algo que nos acontece, pasamos por sobre personas, actividades o situaciones como si de una autopista se tratara y no, como lo que en verdad son: don de Dios.

Asumo que es porque soy como soy y vivo además en contacto con la naturaleza que no he tenido chance (ni me lo he dado) de alejarme tanto de mi humanidad como para haber perdido las destrezas que me sirven para leer en los acontecimientos la guía del Espíritu que es necesaria para estar en comunión con mis hermanos en Cristo.

Me refiero a que, por ejemplo, diversos sucesos de diferente índole tal como una reunión de amigos, la falta de dinero, la condición de salud de alguna persona o ser querido, la alegría de los chiquillos de la casa, quizá una lectura, frases sueltas que escucha uno por ahí, una noticia o sencillamente nuestro estado de ánimo, etc. nos indican en qué dirección dar el siguiente paso hacia la consecución de una mayor humanidad o lo que es lo mismo, de una nuestra mayor configuración a Cristo.

El Adviento no solo es tiempo de preparación sino de espera y de espera escatológica además, por lo mismo, seamos sabios y con atención leámosle a la vida lo que nos tiene que decir en este período tan hermoso que se me semeja a “una vida dentro de la vida” gracias a que nuestra Santa Madre la Iglesia se ha esmerado en la Liturgia.

Vamos a ver cuántos de nosotros a partir de hoy nos dispondremos a detectar como verdaderos hermanos de Cristo los sucesos que nos irán indicando los pasos a seguir durante esta jornada que antecede a la Navidad.

Y esto nada más para que la Navidad no sea el final de una autopista sino el acontecimiento de gloria que en realidad es.

Ese es mi deseo para ese tiempo, hacerles notar la vida, eso nada más…



25 de noviembre de 2010

Nicaragüa, Nicaragüita

Durante el período en que salía del colegio y entraba a la Universidad me correspondió vivir la liberación de la dictadura de Somoza en Nicaragua.

Había conocido la amargura de su gente durante la dictadura y luego conocí la alegría desbordante de su liberación, por eso me duele tanto que hayan -sencillamente- caído en diferentes garras.


Los nicaragüenses en mi corazón y desde niña han tenido y tendrán siempre un lugar destacado,como estoy segura es el lugar que ocupan en el corazón de muchísimos costarricenses.

24 de noviembre de 2010

¡Ya deseáramos!

Peter Seewald perdió la fe a los 19 años, se lanzó al marxismo e incluso fundó un semanario de extrema izquierda. En 1993, cuando tenía 39 años y trabajaba para el «Süddeutsche Zeitung» recibió el encargo de entrevistar al cardenal Joseph Ratzinger. Comenzó a estudiar el personaje, lo entrevistó en Roma y aquel encuentro cambió su vida.
En 1996, una serie de largas conversaciones tranquilas dio lugar a «La sal de la tierra», un libro de gran éxito al que seguiría en el año 2000 «Dios y el mundo». La tercera aventura común, «Luz del Mundo» es el fruto de seis horas de conversación seis días consecutivos en Castelgandolfo el pasado mes de julio.
En el largo camino desde 1993, Seewald recobró la fe y se ha convertido en «entrevistador» oficial de Joseph Ratzinger. Es un individuo alto, de 55 años, que vive discretamente en la ciudad de Munich a un paso de la Marienplatz y no presume de su amistad con el Santo Padre.
Eso sí, al final de las entrevistas, Seewald le pidió grabar un saludo para sus hijos. El Papa accedió, y sus palabras están ahora en el contestador automático del teléfono de los niños.
Ignoro si conocían estos datos que hallé disponibles en Ecclesia Digital y, aunque de primer vistazo dan la impresión de ser insignificantes los he traido para señalar lo que para muchos será obvio, más me parece que para algunos otros no:

El Papa con Seewald ha estado conversando -al principio- con un hombre que a lo largo de su vida tuvo como único dios una ideología para -al final- haber conversado con un hombre convencido de lo razonable de la fe en Cristo.

Sospecho que, en lo acaecido en el interior del primer y último hombre, algo tuvo que haber incidido el impacto que suscitó en él la inamovible fe y confianza del Santo Padre, cierto?
Por lo mismo digo, ya deseáramos muchos haber recibido del Altísimo una fe y confianza de la calidad y magnitud de las del Santo Padre. 

¡Ya deseáramos!

Ya deseáramos y si no -al menos- deseáramos poseer el deseo de ese deseo, no creen?

Sospecho que, de ser así, a estas alturas habríamos ganado muchas almas para Cristo, muchísimas más de las que hemos de estar ganando con nuestras dudas y desconfianzas.

Notaron como no era trivial el asunto? Ya ven? Solo hacen falta ojos para ver y oídos para escuchar.

Pasen lindo día.

23 de noviembre de 2010

Sinceramente, de qué ha servido?


De qué ha servido que durante el fin de semana nos pasáramos discutiendo sobre lo que dijo el Papa sobre el profiláctico? Sirvió de algo ofrecer oportunidad al desconocimiento en el que estábamos, a la sospecha, a la duda entre nosotros y sobre el Papa, sus asesores, El Observador Romano y todo lo demás?

No ha servido de nada más que para dejarnos exhaustos y como unos reverendos tontos.

Ayer mismo coloqué la entrevista a Julian Carron sobre el reto del cristianismo en España, pocos fueron los que prestaron atención y varios los que se resisten a admitir que esta situación del cristianismo en la actualidad representa un reto; porque, estemos al tanto o no, tenemos un reto por delante que no superaremos con actitudes como la del fin de semana.

En este sentido me ha resultado oportunísimo y fascinante hallar lo que ha dicho Navarro-Valls en el Congreso sobre Católicos y Vida Pública, el mismo al que asistió el padre Carron, literalmente ha dicho [el cristianismo] “ya no debe ser visto como una tradición que salvaguardar, sino como la perspectiva de una vida futura que hay que recrear”.

Salvaguardar es lo que hizo la mayoría durante el fin de semana, pocos realmente confiaron en que no se trataba de otra metedura de pata del Santo Padre y ya ven? Ahí estaban Julian Carron y Navarro-Valls, ambas personas muy cercanas y queridas del Papa que como él nos plantean el desafío que es atrevernos a situarnos ante la realidad de manera diferente.

(Me doy cuenta con esto que, afortunadamente, no soy la única que así lo ha considerado)

Comprendan, el cristianismo ha dejado de tener en el mundo el lugar seguro y acogedor que hasta hace poco ocupaba, esta situación nos descoloca pero a la vez nos obliga a plantearnos preguntas que requieren de nuestra parte respuestas diferentes a las que usualmente hemos venido ofreciendo.

Respuestas diferentes a la que gran parte de nosotros ofrecimos en InfoCatólica durante el fin de semana.

Para terminar, la pregunta hoy no es si conseguiremos sobrevivir sino más bien si estamos en disposición de ser de nuevo impacto en la realidad.

Porque fíjense bien, nuestra generación no tendrá otra oportunidad como la que tiene en nuestros días para vivir nuestro cristianismo como realidad escatólogica, nunca antes necesitamos que Cristo fuese persona real tras quien caminemos hacia las realidades últimas.

Tal como lo veo, para avanzar hacia ellas se nos presentan dos opciones:

1. Atrincherarnos en la seguridad de una normativa moral y nuestras nociones de Dios o,

2. Con todo ello como fundamento ofrecer, como Cristo lo hizo, una respuesta de apertura e impacto a esta realidad tan exigente.

Cada uno sabrá cuál es la opción conveniente y tendrá que plantearse elegirla sobre la que prefiere para que todo lo que hemos pasado juntos sirva para algo.

Es mi humilde opinión.

22 de noviembre de 2010

El reto del catolicismo español

Días atrás ha participado el padre Julián Carrón en España en el XII Congreso “Católicos y vida pública” con un texto al que ha titulado ¿Qué significa ser cristiano hoy? en la misma tónica y ampliando lo que habíamos hablado el otro día sobre la pregunta de Dostoievski: «Un hombre culto, un europeo de nuestros días, ¿puede creer, realmente creer, en la divinidad del Hijo de Dios, Jesucristo?».

Asumo que, aprovechando su visita, Fernando de Haro le ha realizado una entrevista que es la que les traigo hoy.

No está de más decir que el título de la misma no solo me resulta acertado sino que también sugerente para los lectores de este portal.

Espero que lo que allí se ha dicho suscite su interés.



Entrevista a Julián Carrón
El reto del catolicismo español
Fernando de Haro 22/11/2010
Páginas Digital reproduce la entrevista emitida el sábado 20 de noviembre por el programa Entredós de Cope.

Usted ha querido empezar su intervención en el “Congreso de Católicos y Vida Pública” con una pregunta que se hacía Dostoyevski: “Un hombre culto, un europeo de nuestros días, ¿puede creer, realmente creer en la divinidad del Hijo de Dios, Jesucristo". ¿Por qué ha querido empezar con esa pregunta?
Esa frase me parece que pone delante de nuestros objetos el desafío que supone la fe cristiana para cada uno de nosotros. Somos europeos que hemos estudiado, somos cultos, tenemos la razón, tenemos la libertad y nos preguntamos si es razonable hoy creer en Jesucristo. No queremos seguir creyendo simplemente por tradición, por devoción o por costumbre. Sin dar una respuesta adecuada a esta pregunta, la adhesión a la fe no tiene los ingredientes fundamentales para que sea nuestra. No es humana. No está a la altura del desafío del tiempo en el que vivimos. Sin responder a esa pregunta no estaremos en condición de dar razón de esa fe cuando alguien nos la pida.
El cristianismo se encuentra en una sociedad plural -en España es evidente- y algunos reaccionan pensando que es el momento de retirarse a los cuarteles de invierno, otros piensan que es el momento de reaccionar con fuerza para recuperar el terreno perdido. ¿Estas dos soluciones son restrictivas?
Son insuficientes porque no son capaces, en el fondo, de suscitar el interés sobre qué es el cristianismo. Ninguna de las dos tiene fundamento en aquello que será siempre el canon del anuncio cristiano: el evangelio. Jesús se pone ante la sociedad con una capacidad de atraer que fascinó a los hombres de su tiempo. Como dice Pèguy, Él no perdió el tiempo en lamentarse de la maldad de los tiempos, simplemente cortó por lo sano: hizo el cristianismo. ¿Cómo? Puso en la realidad de la historia una Presencia humana tan absolutamente fascinante que todo el que se encontró con Ella, cualquiera que fuera la decisión que tomara al final, tuvo que hacer las cuentas. Para rechazarla o para afirmarla. A ninguno le dejó indiferente. Sin embargo una posición ideológica deja indiferente a todos menos a los de la propia parroquia, a los del propio grupo. No desafía, no plantea un interrogante a la razón y a la libertad del otro. No tiene nada que ver con lo que sucedió en la historia ni con lo que sucede ahora cuando uno se encuentra con un cristiano.
Sufrimos una crisis severa. Si usted tuviera que definirla, ¿cómo la pintaría? Hablamos de crisis económica -en España tenemos más de 4.500.000 parados, de crisis ética. ¿Cuál es el fondo de la crisis?
El fondo de la crisis es mucho más profundo, lo que menciona son consecuencias. La gravedad de la situación -lo vemos en la escuela- no está determinada porque falten recursos para la enseñanza en un momento de crisis en el que todos desearíamos tener más instrumentos. El problema es que los alumnos no tienen ningún interés por estudiar, por aprender. A la crisis no se responde sólo con más medios técnicos o con más medios económicos. Hace falta otra cosa. Por eso hablamos ahora de “emergencia educativa", una expresión que antes nos resultaba extraña cuando la escuchábamos. Lo mismo sucede con el trabajo. Resulta difícil encontrar empleo y ¿con qué recursos cuenta una persona para poder movilizarse, para poder reciclarse y para poder adaptarse a la nueva situación? Podemos ir abordando desde esta perspectiva todas las cuestiones. Cuando el hombre ha sufrido durante años esta pasividad, cuando no ha se ha puesto en juego…
…cuando hay falta de energía…
…cuando faltan energías para ponerse en juego con todos los recursos de lo humano y cuando se está en peores condiciones para afrontar la situación, entonces nos damos cuenta de que estamos delante de un verdadero desafío. Estamos todos ante un desafío. Algunos piensan que es un desafío que se refiere sólo a la Iglesia o al mundo religioso y, en realidad, afecta a todos: a los partidos políticos, a las instituciones, al mundo de la escuela, a los sindicatos. Afecta a todos los ámbitos que tienen que ver con lo humano. Es una desgracia para todos que las personas no se pongan en juego con toda su razón y su libertad. Algunos se frotan las manos pensando que es sólo una desgracia para la Iglesia. En este momento la Iglesia tiene delante de sí la aventura más fascinante, la misma que cuando empezó, la aventura de poder mostrar que ante esta crisis -que no es solamente ideológica o que no depende sólo de que nos dejen un hueco en la sociedad, que tiene toda la hondura del decaimiento de la persona y de la falta de interés- hay algo capaz de despertar y suscitar de nuevo ese interés. Ante esta situación tendrán que retratarse todas las realidades, también aquellas que, a veces, se alegran del deterioro.
A pesar de esa crisis sigue muy presente la gran espera del hombre a la que usted se ha referido citando unos versos de Machado en su poema A un olmo seco: “mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera".
Todos nosotros, sea cual sea la situación en la que nos encontremos, esperamos un milagro de la primavera. Cualquiera que sea la situación, la posición ideológica, el momento de la vida, las circunstancias adversas o favorables en las que estemos, esperamos un milagro de primavera en el que ver cumplida nuestra vida. Como dice Antonio Machado en otro verso, alguno podrá decir que esto es un sueño pero entonces, ¿por qué lo esperamos? ¿Por qué no podemos dejar de esperar ese milagro de primavera? Esto es lo que constituye al ser humano. El hombre puede decaer, lo humano puede ser reducido. En muchas ocasiones muchas realidades de este mundo pretenden socavar este deseo minimizándolo, distrayéndolo o llenándolo de cosas que después lo dejan más insatisfecho o más escéptico, pero nadie puede arrancarlo del corazón. Por eso este deseo se convertiría siempre en el criterio para juzgar las cosas con las que el hombre se encuentra. Le pueden llegar a tomar el pelo por un cierto tiempo, puede sentirse atraído durante un período por algo pero el problema es la duración. El signo de la verdad es que lo que te fascina e ilusiona, lo que te ha despertado el interés, dura.
¿Qué tiene que ver el cristianismo con ese deseo?
El cristianismo es la única respuesta que dura. Todo lo humano, incluidas las cosas más bellas que puedan suceder -lo vemos cuando uno ama a una persona o cuando empieza un trabajo- decaen. La única cuestión es si existe algo que no decae. El cristianismo tiene la pretensión -porque su origen no es humano aunque se puede encontrar en los rostros de los hombres que hoy lo han encontrado- de durar en el tiempo y en la eternidad.
Pero usted sostiene que no cualquier tipo de cristianismo -por ejemplo un cristianismo identificado con la doctrina o con la moral- puede hacer las cuentas con ese gran deseo del hombre.
Efectivamente. Un cristianismo reducido no es capaz de dar respuesta. Nosotros lo sabemos bien. Durante años en la escuela se ha transmitido la religión cristiana, ¿y cuántos salían de esa escuela con el juicio claro de que aquello les interesaba? Lo vemos también en la vida de la Iglesia. En muchas ocasiones, en un grupo de confirmandos, después de hacer tres años de catequesis, no queda ninguno. Nosotros sabemos por experiencia que hay un modo de hablar del cristianismo que no despierta el interés.
¿Se refiere a la experiencia española reciente?
Son datos de mi experiencia pastoral y de la experiencia que veo a mi alrededor. Si no se respeta la naturaleza del cristianismo, tal y como ha surgido en la historia, no prende en el corazón. Y, sin embargo, veo que hay personas que se interesan por el cristianismo cuando es vivido según su naturaleza. Son personas como todas, con el deseo reducido o que no tenían un interés previo por la fe.
Por la tradición española es muy fácil dar por sabido qué es el cristianismo, identificarlo con una cultura, con una tradición, con un patrimonio histórico, con algunos principios.
Es facilísimo. Yo mismo lo he dado por descontado en mi propia experiencia. Por eso entiendo perfectamente lo que le puede pasar a muchos católicos españoles. Hace falta una gran lealtad contigo mismo para confesarte que un cierto modo de cristianismo no es capaz de responder a tus exigencias humanas. Hay que confesárselo a uno mismo y, a veces, no es fácil.
¿Usted lo que dice es que hay que poner el cristianismo a prueba?
El cristianismo siempre está a prueba. No es que haya que ponerlo. El cristianismo está siempre a prueba delante de la exigencia del corazón. No sólo está a prueba el cristianismo. Toda la realidad está siempre a prueba. Están a prueba las propuestas políticas, las propuestas de un profesor que se someten al juicio y al corazón de sus alumnos. El cristianismo no se libra de esta dinámica. No es que no se libre, es que Cristo se ha despojado de todo para someterse a esa prueba. Lo fascinante del cristianismo es que Dios, despojándose de su capacidad y de su poder, se ha hecho hombre para respetar la dignidad y la libertad del hombre. Se ha hecho hombre para decirle: “mira a ver si viviendo en relación Conmigo encuentras algo que te interese para vivir, para hacer tu vida más plena, más grande, más dichosa. Lo que tú no eres capaz de conseguir con tus esfuerzos lo puedes conseguir si Me sigues". Hay una condición y es que yo me implique en una relación, me implique en un seguimiento, en un lugar en el que pueda hacer esa verificación. Pero el cristianismo siempre está a prueba, como todo. El hombre no puede evitar hacer constantemente un parangón entre lo que se encuentra en la vida y las exigencias de su corazón. Es inevitable hacerlo. Si pasamos un minuto con una persona tenemos una impresión de ella, nos provoca rechazo o simpatía. Nada que entre en el horizonte humano se escapa. Hacemos un juico inmediato, contemporáneo. Cristo se sometió a esto haciéndose hombre. Desde el primer momento se sometió a esta comparación. Cuando los dos primeros discípulos le preguntan: “¿dónde vives?", Él responde: “venid y lo veréis". Es desarmante en su sencillez. Dice algo absolutamente único: Dios todopoderoso se pone en manos del juicio de los dos primeros que se encuentran con Él. “Venid y lo veréis. Si hay algo interesante para vuestra vida lo veréis y si no, también".
Algunos pueden decir que se refiere usted a ese tiempo en el que Jesús invitaba a ver determinadas cosas. Entonces se veían milagros, pero éstos no son los tiempos de los milagros.
Esta experiencia sigue sucediendo hoy como el primer día: cuando te encuentras con personas que te despiertan un interés y una atracción que te obligan a hacer las cuentas con lo que te ha pasado. Le pongo dos ejemplos. Hace dos semanas se ha celebrado en El Cairo un encuentro que es el culmen de algo que empezó hace unos años. Un amigo mío fue a estudiar árabe a la capital egipcia. Se encontró allí con un profesor que es musulmán. Podemos imaginar el encuentro: era el encuentro entre un cristiano con todos los estereotipos sobre lo que representa un musulmán y un musulmán con todos los estereotipos de lo que significa un cristiano occidental. Y entonces sucedió un imprevisto, se hicieron amigos. Comenzaron un camino en el que se descubrieron mutuamente. El profesor musulmán le preguntó a mi amigo cristiano por qué vivía su humanidad del modo en el que la vivía. El cristiano invitó al profesor musulmán a Italia, allí conoció el Meeting de Rímini y, fascinado por el tipo de humanidad que vio, quiso hacer algo semejante en El Cairo. El profesor musulmán ha invitado a muchos jóvenes egipcios a participar en ese encuentro. Esos jóvenes se han sentido también fascinados por la belleza de la relación que veían. El martes volví de Moscú, donde he conocido personas que no tenían nada que ver con la fe. La han descubierto encontrándose con personas que les habían fascinado. Algunos estaban bautizados en la Iglesia ortodoxa y se han interesado por el cristianismo como nunca lo habían hecho por unos amigos que lo vivían con intensidad y plenitud. Esto no es algo del pasado, es del presente. Podría estar horas contando historias de personas de todas las tendencias ideológicas, de todas las edades y de todas las latitudes que participan en este fenómeno.
El Papa en su reciente visita a España ha invitado a un diálogo entre la laicidad y la fe. Muchos cristianos están muy enfadados porque los laicos no quieren dialogar. ¿Qué haría posible este diálogo?
El diálogo es, evidentemente, entre dos. El problema no es que el otro no quiera dialogar sino qué pongo delante de él para que le interese y para poder abrir así una brecha en su decisión de no dialogar. Este es el desafío. Muchos de los que se encontraron a Jesús no estaban dispuestos al diálogo.
¿Entonces el problema es de los cristianos?
No sólo de los cristianos porque siempre entra en juego la libertad del otro, pero no puedo decir que sea sólo culpa de los otros. Me pregunto si cuando estoy delante del otro le estoy haciendo presente, contemporánea, la mirada de Cristo, la experiencia que Él introduce en la vida para que pueda interesarse por ella o rechazarla. Recuerdo siempre la frase del poeta Eliot con la que todos los cristianos de todos los tiempos nos tenemos que medir: “¿Es la Iglesia la que ha abandonado a la humanidad o es la humanidad la que ha abandonado a la Iglesia?". Cuando el Papa nos está llamando a la conversión nos está diciendo que para testimoniar a Cristo, para ser transparencia de Él -como ha dicho en su visita a España- tenemos que hacer un camino humano, interior y de fe. No sé si algún católico español puede sentirse excluido de la llamada del Papa. Yo no.
Usted ha definido el cristianismo como una belleza que hiere. ¿Por qué?
Porque la belleza hiere. Puedes estar sufriendo una circunstancia adversa pero no dejas por ello de disfrutar con la belleza de unas montañas o con el gesto lleno de conmoción y de caridad de una persona que te hace un gran favor desinteresadamente. En esos casos te sientes tocado, herido. Es lo que le ha pasado a muchas personas delante de la Sagrada Familia de Gaudí.

21 de noviembre de 2010

¿Adónde se ha metido Juan?

Menuda tribu se fue a buscar el Señor que, para cuando más los necesitó, le dejaron solo.

Lo se, lo se, debe haber sido demasiado para ellos verlo empujado a rastras cual malhechor por los casos de pederastia, demasiado ver que le prendieron en Ratisbona para azotarle, demasiado el que le lanzaran escupitajos camino a la publicación de libro “Luz del Mundo", demasiado duro para ellos el que -no importando lo que dijera o más aún si no decía nada- igual se mofaran de el.

Si para Juan Pablo II la prueba fue en un hombre deportista y saludable pasar por la cruz del deterioro de su salud para Benedicto XVI será en un hombre intelectualmente riguroso ver continuamente tergiversadas por los medios sus palabras.

Pero nada de esto es tan grave como el que a los católicos los medios de comunicación consigan hacernos dudar de las intenciones de nuestro Pontífice, ese sería más grave aún que el daño que hacen tergiversando sus palabras porque -sea como sea- quienes eligen vivir alimentándose de mentiras continuarán haciéndolo, pero el que un solo católico que -habiendo estado firme en su fe- dude porque se averguenza del Santo Padre es una herida muchísimo más profunda y de más graves implicaciones.

En el caso que nos ocupa, el diario L’Osservatore Romano violó el acuerdo que tenía con las editoriales de reservarse -hasta el martes próximo- las citas en italiano que le fueron entregadas fecha en la que saldrá el libro de Peter Seewald publicado.

En torno a esta traición del diario romano me deja perpleja que algunos católicos primero desconfían del Papa que de la intención de los medios; desconfían, se averguenzan de el y le dejan solo.

Ni por asomo se les ocurre considerar que el Papa cuente con la tergiversación a la que se dispondrán los medios, que no cuenta con traiciones y desconfianzas?

No soy tan lista como el Papa, pero yo -en su lugar- y tomando en cuenta que todo lo que digo lo utilizan en mi contra, me aprovecharía del entredicho en que continuamente me ponen para dejar a los medios como unos ridículos mentirosos y aclarar mi punto. Eso haría porque -como el Santo Padre- confío y por tanto no tengo miedo, eso haría -sobre todo- porque así como el Señor abrazó la realidad de su Pasión y Muerte así deseo abrazar la mía junto a la del Santo Padre.

Y no señores, lo lamento, el Papa no ha metido la pata al hablar a título personal en el libro de Peter Seewald porque de ser así de Cristo tendríamos que decir lo mismo.

Bien, la verdad no se por qué me sorprendo, si es conocido de todos que fueron las mujeres quienes nunca Le abandonaron y que únicamente Juan permaneció a su lado en el momento definitivo.

Ahora bien, yo -nada más- quisiera saber adónde se ha metido Juan?

19 de noviembre de 2010

¡Definitivamente es Rey!

Hoy, haciendo algunas consultas en internet para celebrar con ustedes la Solemnidad de Cristo Rey del Universo hallé en Corazones.org una pequeña explicación en la que menciona que Cristo es rey por derecho pero también por conquista.

Sobre que lo es por conquista me llamó la atención ya que a un rey lo entendemos no solo como monarca sino también como conquistador en muchos casos; por eso, el que Cristo sea Rey por conquista no solo me habla del precio que ha pagado para ganar la salvación del género humano sino de su pleno y absoluto poder sobre la creación.

No cae un cabello, no se mueve una hoja… sin que no haya intervenido en ello su voluntad de monarca.

Pues su voluntad se ha venido cumpliendo en mi vida, lo he venido observando en cada contrariedad, dolor, dificultad, pero también en cada satisfacción y alegría.

Me ha sucedido recientemente que, si por un lado carezco de algo en el ámbito de mi humanidad,  por otro se me nutre con algo semejante o aún mejor. Han sido un par de asuntos de este tipo y muy específicos en relación a cuestiones importantes en mi vida que he notado en lo que va de este mes. 

Ahora bien, he debido de tener estos detalles en algún estrato superficial de mi memoria ya que, para cuando hoy en la tarde leí la entrada de mi amigo Miserere en su blog Misterio Cristiano que ha titulado “No desesperes… Dios no nos deja de su lado”, vinieron súbitamente a mi memoria junto a la infinidad de ocasiones en que Miserere y yo a lo largo de los años hemos conversado sobre el tema que trata en su blog, así como las incontables ocasiones en que él, más carente que yo en ese aspecto, me ha servido de consuelo.

Dios es grande, Miserere y ¡no nos deja de su lado! 

He debido “a palos” aprender a confiar y tu a esperar para obtener lo que tanto hemos anhelado. Ya ves? No ha sido en vano y, lo que me tiene brincando en una pata, es que has sido hoy motivo para celebrar jubilosa el que ¡Cristo tiene poder pleno y absoluto sobre la creación!. 


¡Definitamente es Rey!



Hago mía tu oración, querido amigo:
Señor loado y alabado seas.
Nos das más de lo que merecemos
y lo haces con todo tu amor.
Gracias, Señor.
Amén

¡Cuántos gritos!

Tengo más de dos semanas de estar preparando el invernadero para nuestro próximo cultivo de pepinos.

Han sido semanas muy intensas, de levantarme antes de las 4am y caer rendida a las 7:30 de la noche. Días muy intensos tocando agua, sustratos, tierra, plántulas; lidiando con problemas muy concretos como insectos, hojas dañadas, absorción de nutrientes, herramientas, calor y frío, lluvias y humedad, sudores y cansancios…

Los días transcurren entre ajetreos pero en silencio, básicamente en silencio ya que cada tarea requiere de concentración.

Claro que, cuando entro a la web, de primera entrada salgo espantada porque me vuelve loca tanto griterío.

Hoy, que llegué un poco más descansada que en días anteriores, pude observar con objetividad de quien proviene el escándalo. Me doy cuenta que me llega de tantos y tantos que gritan para hacer callar a los que, por estar concentrados en lo suyo, no tienen necesidad de alzar la voz.

Grita Daniel Ortega y grita cada vez más alto para que sus compatriotas no escuchen a los ticos que le indican que ha metido la pata, su pata, en isla Calero, territorio costarricense.

Con el mismo propósito de Ortega, gritan un montón de gobernantes y autoridades alrededor del mundo para que la verdad no pueda ser escuchada.

La verdad de es injusto de que Asia Bibi sea condenada a la muerte por una conversación que tuvo con otras mujeres mientras tomaban agua del pozo.

La verdad de que es injusto que los benedictinos no puedan celebrar misa en el Valle de los Caídos.

La verdad de que es injusto que los Obispos chinos los pongan a elegir entre el Papa y sus gobernates.

Y así continua el griterío que busca amedrentar, silenciar, espantar a gente como yo que básicamente trabaja en silencio.

Que trabajamos en silencio porque hemos descubierto aquello por lo que vale la pena ofrecer la vida; asuntos muy concretos que nos piden sudores y cansancio pero que a cambio nos devuelven la verdadera vida.

Por lo mismo, lo que soy yo (ésta muy concreta yo) no estoy dispuesta a gritar para hacerles la competencia.

Continuaré en silencio, apenas entre susurros diciendo justo lo necesario y en mi tono normal de voz; como siempre -haciendo lo que me corresponde- y, ¡que se frieguen!, porque de mi no escucharán ni un solo grito.

(ni siquiera a la hora de mi muerte. Pueden contar con ello)

14 de noviembre de 2010

Se trata de una invasión y no de un problema de límites

Supongo que estarán enterados por las noticias del conflicto que ha surgido entre Costa Rica y Nicaragua en relación al río San Juan cuyo cauce ocupa buena parte de la línea limítrofe entre nuestros países.

El río San Juan es territorio nicaragüense más su margen sur junto a algunas islas, entre ellas la isla Calero en la provincia de Limón, es parte de nuestro territorio.

Es en esta isla donde desde hace algunas semanas está instalado el ejército de Nicaragua que, apelando -aunque parezca absurdo- a los mapas de Google afirma que ese territorio les pertenece, sin embargo, deseo dejar claro tal y como ha dicho recientemente nuestra presidente Laura Chinchilla que la permanencia allí del ejército del vecino país del norte “se trata de una invasión y no de un problema de límites”. 

Corregir a las autoridades nicaragüenses de su error en la interpretación de los mapas no sería difícil ya que de hecho Google ha admitido haber fallado en el trazo; no sería difícil corregirse si estuvieran dispuestos a escucharse a sí mismos defendiendo lo indefendible y si mostraran al menos por verguenza la más mínima voluntad para enmendar, pero no es así y por tanto no será fácil ya que el presidente Daniel Ortega ni siquiera está dispuesto a acatar la resolución de la OEA que por mayoría el pasado viernes ha dictaminado la retirada inmediata de territorio costarricense del ejército de su país.

Por supuesto, para mantenerse allí han ofrecido decenas de excusas totalmente inaceptables, o bien porque son simples excusas o porque son sendas mentiras. 

Vergonzosos por falsos son sus argumentos, pero no es tanto que nos avergüence el que en pleno siglo XXI existan este tipo de gobiernos sino la tensión que su posición imprime a la relación entre nuestros pueblos.

Dichosamente voces nicaragüenses de la oposición se están dejando escuchar más todos sabemos que es por el dragado del río por lo que están allí ya que por los medios ha circulado la noticia de que Irán y Venezuela están en conversaciones para establecer una vía que comunique ambos oceános aprovechando la longitud y amplitud del magnífico cauce del río San Juan.

Nuestra presidente Laura Chinchilla está conduciendo la situación de manera ejemplar, más como los ticos somos “la gente más feliz del mundo” no faltan los ingenuos que “creen que la guerra es cómo en el cine, la ven se van, ganan los buenos, las balas pasan volando pero jamás tocan a los actores principales, sólo a los extras [ ] no hay heridas psicológicas y las heridas físicas no duelen…” como bien lo ha descrito mi estimado amigo el Ing. Ciro Guerra. 

Y para completar el cúmulo de absurdos, contamos ya con un ataque -dichosamente infructuoso- perpetrado con bomba molotov a la Embajada de Nicaragua por lo que entre algunos expertos ha surgido el interés por analizar el nivel de agresividad manifestado en la web por ticos y nicas en sitios que han abierto con el propósito de protestar y de agredirnos mutuamente. En la calle la cosa debe andar parecido por lo que ni quiero saberlo, aunque me doy cuenta que –tarde o temprano- llegaré a enterarme. 

Lo que me preocupa ahora, es que estas nuevas generaciones de costarricenses han crecido sin conocer el más mínimo nivel de violencia que es capaz de generar un conflicto armado como lo conocimos quienes experimentamos la lucha emprendida por el sandinismo para el derrocamiento del dictador Somoza; esto, junto a nuestra total carencia de memoria histórica con toda probabilidad podría conducirnos a un estado cosas que sin lugar a dudas llegaremos a lamentar si no actuamos como siempre lo hemos hecho.

Roguemos al Señor que en esta ocasión seamos una vez más los costarricenses modelo de país sin ejército que sabe cómo vivir en paz y que por tanto lo reclama como su derecho.


12 de noviembre de 2010

Mis lechugas tienen todo que ver con Dios

Esta entrada es una entrada de fin de semana, es decir, será una entrada ligera y alegre, justo para relajarnos y descansar.

Empezaré por narrarles el embrollo que significa para mi cada viernes que es el día que debemos recolectar, lavar y empacar mil lechugas hidropónicas para una de las más, sino la más importante empresa que compra y distribuye hortalizas y legumbres a nivel nacional.

Para empezar, esta labor de los viernes sería muy sencilla si tuviéramos más experiencia, pero no la tenemos y eso, al lado de que lo hace más difícil también le imprime un grado de tensión lo suficientemente intenso como para que este día sea, además del último día de trabajo de la semana, el más arduo.

Les ofrezco un único detalle: para cumplir con esta labor debemos contar con al menos seis personas y casi nunca llegan las mismas seis personas debido a que los trabajadores de campo son la cosa más inestable de este mundo ya que, por lo regular, trabajan por horas y viven al día; de tal manera, que nunca se puede contar verdaderamente con ellos.

Como esto es así, cada viernes debo entrenar de dos a tres personas lo cual me exige supervisarlas muy de cerca para que el equipo rinda lo necesario, ya que si no lo hace, podríamos terminar con el proceso entrada la noche y nadie quiere eso un viernes.

Junto al entrenamiento, existen decenas de asuntos que deben recibir atención de tal manera que para cuando llega el mediodía me encuentro a punto de caer rendida ya que todos estamos de pie desde las 4 de la mañana.

Sea como sea, por lo regular al terminar el día la tarea se realiza y el sábado a primera hora salen las lechuguitas frescas a su destino.

Sin embargo, surgen irregularidades, como en un par de ocasiones ha sucedido durante los nueve meses que tenemos de haber iniciado nuestro proyecto, que las lechugas por su peso, no cumplen con los estándares de nuestro comprador y debo entonces (como loca) salir corriendo a ofrecerlas a verduleros, restaurantes, sodas, abastecedores o sencillamente disponerme a venderlas a la orilla del camino frente a mi casa el sábado durante algunas horas en las cuales me entretengo horrores con los vecinos y transeúntes que divertidos me ven con delantal bajo una enorme sombrilla de playa ofreciéndolas muy baratas.

Ahora bien, qué tiene todo esto que ver con este blog que se supone trata sobre Dios y temas de religión? Tiene todo que ver.

Nuestro negocio está apenas empezando, todo lo que teníamos lo hemos invertido en él, por eso, verme con 100 lechugas que no me recibe el comprador me sirven de acicate para echarme de zambullida en una circunstancia que hasta hace poco era ajena para mi, una que tiene que ver, por un lado, con el desafío que plantea a la creatividad la necesidad de recuperar de alguna forma al menos parte de la inversión y, por otro lado, la zambullida en aquella confianza tan enorme en la Providencia Divina por la que he venido implorando desde hace más de una década.

Toda la locura y el cansancio del viernes, el susto de verme con 100 lechugas sin cliente y ese último esfuerzo por venderlas se convierte, en razón de esa enorme confianza en la Providencia Divina (y en cuestión de pocas horas) en chorros de alegría, gratitud y satisfacción al verme sin una lechuga en la mano y con algunos billetitos en la bolsa del pantalón.

Por eso es que digo que mis lechugas tienen todo que ver con Dios.

Nota: La primer fotografía es de una parte de la plantación, la segunda de dos de las personas que nos ayudan, la tercera la de una de mis más preciosas lechugas.

Verdad que al verla dan ganas de decir ¡Deo omnis gloria!?

10 de noviembre de 2010

Lo maravilloso de las "sectas católicas"

El otro día una señora católica con la que crucé algunos correos me dijo (supongo que haciendo alarde del mejor de sus insultos) que ella no hablaba con miembros de "sectas católicas", refiriéndose al intercambio que manteníamos y a mi participación en el Movimiento Comunión y Liberación.

Pues bien, sus palabras se quedaron rondando en mi mente y para cuando ayer leí el artículo de Alberto Artero en InfoCatólica caí en la cuenta de cuán maravilloso es que existan lo que esta señora llama "sectas en la Iglesia católica".

Pertenecer a una "secta católica", para esta señora (que además es alguien que se ufana de estudiar teología) es el que san José María haya atendido a la voz del Espíritu Santo, que el carisma de don Giussani esté dando frutos alrededor del mundo o que Kiko Arguello haya hecho lo suyo y que, para verguenza yo no se de quién,  el Camino Neocatecumenal haya sido uno de los movimientos eclesiales que estuvo presente en primera fila durante la visita del Papa en España y que además, así como otros jóvenes pertenecientes a otros movimientos alrededor del mundo, los del Camino estén trabajando duro para hacerse presentes en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid el próximo año.

Esta señora ha sido o bien muy soberbia o muy ignorante pretendiendo atacar lo que no conoce o no comprende. Me parece que no se percata de que a quien cuestiona en primer instancia es al Espíritu de Dios actuando en la Iglesia; por lo mismo, es muy probable que su siguiente paso, si no admite su soberbia o reconoce su ignorancia, será que la veamos fundar su propia iglesia.

Porque, estimados lectores, las sectas no surgen si no de personas que habiendo olvidado el principal objetivo del grupo al que pertenecen se adhieren y defienden objetivos secundarios, como lo sería el que un equipo de futból antes que el trabajo en grupo defendiera el color del uniforme o el diseño de los tacos.

Comportamiento sectario presentaría yo (o cualquier católico) si, por ejemplo, sustituyera la importancia de mi encuentro dominical con el Señor en la Eucaristía con el encuentro con mis amigos de Escuela de Comunidad en Comunión y Liberación.

A la Iglesia, señora, no se la puede defender con argumentos como los que usted utiliza y que expresa con sus comentarios en este portal y que innegablemente coloca por encima de lo que es el Pueblo santo de
Dios en su totalidad, y lo que es en su totalidad (ya que parece que no se ha enterado) es un conjunto de bautizados, hermanos y miembros del Cuerpo de Cristo que -gracias al Santo Espíritu- encuentran  en la Iglesia acogida para vivir su fe según los carismas recibidos.

Ser fruto de haber escuchado y haber sido fieles a la guía del Espíritu es lo maravilloso que tienen las "sectas católicas", estimada señora, que a diferencia de lo que usted hace y dice, crea comunión en la Iglesia en fidelidad a Cristo y a su Vicario, para mayor gloria de Dios y santificación de las almas.
-oOo-

(Comprende ahora por qué razón le he pedido que se disculpe por llamarme, entre otras cosas, "abducida" y por qué razón también le he denegado su espacio entre mis contactos en facebook?)

-oOo-

[Fotografías: Meeting de Rimini de Comunión y Liberación, Don Giussani con Juan Pablo II]

7 de noviembre de 2010

"¡Ulci, ulci!" "¡Ulcititico!"

Los campesinos de mi tierra tienen, como todos los campesinos de todas las tierras, una manera particular de hablar. Los nuestros tienen, además, la costumbre de tomar agua dulce en lugar de café en algunos momentos del día y por diferentes motivos.
El agua dulce se hace con tapa de dulce que es lo que se conoce como panela, raspadura, piloncillo, etc. que es ni más ni menos que el jugo de la caña deshidratado.

La bebida de agua dulce es sencillamente deliciosa, la he recordado hoy que está haciendo tanto frío, frío de diciembre adelantado para ser más descriptivos.

Sienta muy bien esta bebida en días fríos pero también es ideal en velorios, novenas o septenarios que por hacerlos durante la noche cae de perlas, después de rezar por el difunto, acompañada de un pancito casero.

Pues bien, nuestros campesinos, utilizan el “agua dulce” bien “dulce” porque entre más “dulce” más rica.

Del agua dulce muy dulce deriva el uso campesino del término “ulci” para referirse a algo extremadamente apetitoso, como por ejemplo, cuando una persona es muy apetitosa para los zancudos, se dice que tiene sangre “ulci pa´ los zancudos” o que es “ulcititica” en el caso de que los zancudos acostumbren hacer banquete con ella.

Cada uno de nosotros es “ulci” para algún tipo de persona. Yo, por ejemplo, soy “ulci pa´ los obsesivos”, aquél de allá será “ulci pa´ los ateos”, el otro de aquél lado “ulci pa´ los heterodoxos”, cada uno podrá verificar fácilmente que resulta “ulci” para un determinado tipo de persona y si es afortunado, “ulci” para diversos tipos de persona, como le sucede al Santo Padre.

El Santo Padre ha probado en su viaje a España, una vez más y como en tantas otras ocasiones, ser “ulci pa´los groseros”: que el Papa va entrando por una puerta y Zapatero que sale por la otra; que el Papa dice que ya se va y en eso llega Zapatero para decirle adiós.

“Ulci, ulcititico el Santo Padre” y pa´ todos aquellos que de una forma u otra con su actitud terminan dándole la razón.

Para un cristiano ser “ulci” para alguien ha sido siempre señal de haberse encontrado con la mirada de la más dulce criatura sobre la tierra, la única mirada que pudo haber hecho bajar del árbol al jefe de los cobradores de impuestos, que consiguió mover a aquella mujer a admitir que no tenía marido, la mirada que a Pedro, Santiago y Juan movió a dejar todo por deleitarse en ella. Mirada apetitosa, mirada “ulci” a la que respondieron con dulzura aquellos que se reconocieron necesitados de ella.

Más para los que consideran que no la necesitan, pues no, esos se quedarán empalagados en lo suyo mientras pasa frente a ellos el Papamóvil sin enterarse que hubo otros que, por reconocerse necesitados, lograron dar con el mejor bocado.

Así que, enhorabuena, “ulci Cristo en la tierra”; enhorabuena “ulci” tu y aquél, el de más allá y ¡hasta yo!.

4 de noviembre de 2010

Una realidad exigente

La población de mi país está perpleja por los gravísimos daños causados durante una sola noche de lluvia que ha caído sin interrupción este jueves en la que, en lo que va la cuenta de los rescatistas, han fallecido veinte personas.

Nuestra Presidente Laura Chinchilla ha llamado a Duelo Nacional el 5 y 6 de noviembre.

Entre otros, se han suspendido las lecciones para los escolares, las pruebas nacionales de bachillerato así como todas las actividades deportivas del fin de semana.

El país de “la gente más feliz del mundo” ha sufrido el embate de la naturaleza, ahora esta de duelo; más este duelo me está pesando, desde hace ya tiempo y por diversas razones, como si cargara todas las penas del mundo en mi corazón.

Tal parece que la realidad cada día y con mayor fuerza exige de nosotros más de lo que jamás hubiésemos imaginado estar en capacidad de ofrecer; tal es la magnitud de la exigencia que, si los hijos de Dios conseguimos ofrecer algo no es esto si no aquello que por gracia nos es dado.

Sinceramente, confío en que se me de lo necesario.

3 de noviembre de 2010

Fray Martín de Porras

Homenaje al gran santo y taumaturgo peruano fray Martín de Porras por otra gran peruana: Chabuca Granda. El apellido era Porras: su padre fue el capitán español don Juan de Porras; lo que pasa es que posteriormente cambiaron el apellido a Porres por más eufónico, pero en el acta de bautizo del santo figura “Porras".

Rodolfo Vargas Rubio

Fray Tico

Fray Tico es el título de la viñeta del señor Godínez en el Semanario Eco Católico de mi país. No pregunten porque no tengo mayor información sobre esta persona. Su sentido del humor merece ser destacado, aquí se los dejo.

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