26 de noviembre de 2011

Adviento: nostalgia y soledad

“…dad una nueva dirección a vuestra mente,
disponedla para percibir la presencia de Dios en el mundo,
cambiad vuestro modo de pensar,
considerar que Dios se hará presente en el mundo en vosotros y por vosotros”

Benedicto XVI
El tiempo de Adviento, como la misma existencia, es tiempo de nostalgia y de soledad. Sería mejor que lo admitiéramos para lograr sacarle el mayor provecho pero también para apreciar el don que se nos ofrece. 

A qué me refiero?

Me refiero a que encuentro relación entre el Adviento vivido en clave escatológica con aquella nostalgia y soledad inherentes a la propia existencia.

La primera referencia es la que nos ha entregado Benedicto XVI, cuando explicó que el “Adviento” no significa «espera», como podría suponerse, sino que es la traducción de la palabra griega parusía, que significa «presencia», o mejor dicho, «llegada», es decir, presencia comenzada [ ] pero también tan sólo comenzada [ ] Es decir, que el Adviento significa la presencia comenzada de Dios mismo”.

La segunda referencia es el testimonio de una chica, quien -observándose en acción- decía: “Me estuve observando todo el día, intentando entender qué es lo que me movía, por qué lo hacía todo: la comida con una amiga, el estudio de una cierta manera. En cada acción había un denominador común: una búsqueda constante de algo que colmase mi nostalgia” 

De seguido añade: “Sólo tengo una certeza sobre mí y sobre mi vida: que mi corazón está lleno de nostalgia, está lleno de espera, de tensión, de la promesa de que la vida no está vacía, de que hay algo; si no, dejaría de buscar”

La nostalgia descrita aquí, así como la nostalgia que evidencia el Adviento, es lo que mueve a la búsqueda.

Dice la chica: “Mi corazón busca, por lo tanto, afirma con certeza constante a Otro [éste es el punto]”.

Ese Otro, es de quien habla el Santo Padre y del cual afirma es “presencia comenzada”. 

La chica ha verificado la presencia [del Otro] de quien, además, ha dicho: “ha irrumpido de tal forma que me ha superado, me ha invadido, me ha implicado, me ha abrazado. Estábamos este Tú y yo, y nada más”

Por tal motivo no es de extrañar que, habiéndose visto también arrancada de su soledad, la chica culmine su frase diciendo: “Y volví a respirar” 

Querido hermanos, pregunto: ¿Qué es el tiempo de Adviento sino la búsqueda de una “presencia comenzada de Dios mismo” que colme nuestra nostalgia y nos arranque de la soledad? ¿Qué es el tiempo de Adviento sino la misma existencia?

Tal es el don que se nos ofrece –particularmente- en éste, pero, también en todo tiempo.

24 de noviembre de 2011

Dosis de realidad

Prestar atención a mi persona “en acción” es de lo más difícil para mí ya que soy obsesiva y, como es obvio, ando de continuo adelantándome a los acontecimientos; sin embargo, de vez en cuando, tengo períodos durante los cuales consigo prestarme atención y es, sencillamente, maravilloso. El “mismitico” cielo.

Estoy en uno de eso períodos y caigo en la cuenta de que es en ellos cuando recibo del Señor las mejores dosis de realidad que se puedan recibir. 

Ayer, por ejemplo, fue un día complicado con mi padre anciano. Tenerlo bajo mi cuidado me encanta en cuanto es provocación que pone en juego toda mi persona. A veces consigo atender a la provocación, a veces no. A veces, sencillamente, el ego me consume y me comporto como una niña a quien no le gusta el regalo que le han dado para Navidad. 

Como les digo, ayer fue un día “de esos”; sin embargo, estuve un poco más atenta por lo que recibí uno de esos regalos espectaculares.

Les cuento de qué va la cosa:

Mientras, muy frustrada dejé a mi padre en el médico para que lo atendieran, debí salir a buscar un cajero automático y un lugar donde comprar una tarjeta de recargo para mi teléfono móvil ya que en las prisas de la mañana olvidé recargarlo. Todo esto debí hacerlo no solo revuelta como estaba en mis sentimientos sino debajo de un torrencial aguacero, lo cual detesto, ya que me resulta muy desagradable andar con los pies y ruedos de los pantalones empapados. Pero así fue, esa fue la realidad de la tarde de ayer a la que debí lanzarme con mirada atenta. 

Efectivamente, conseguí el “efectivo” que necesitaba, también mi tarjeta de recargo y hasta un cafecito Britt para llevar, cuando me lancé de nuevo a la calle de regreso al consultorio donde había dejado a mi padre. 

Caminando concentrada por la acera giré a la izquierda para hacerlo y fue cuando noté que estaba justo al frente de la entrada de emergencias del Hospital Nacional de Niños en donde trabaja mi buena amiga y pediatra Judith Abellán. Una mujer quien, además de encantadora, es católica a más no poder y encima médico de emergencias dedicada ocho o más horas al día a los niños y sus padres que ingresan al hospital colmados de dolor y preocupaciones para ponerse confiadamente en sus manos. 

Crucé la calle y me dije: “Cielos!. Judith no me perdonaría, ni yo tampoco, el no pasar a saludarla como le dije que alguna vez lo haría”.

Así que me dispuse a entrar a Emergencias y no más llegué a la puerta saltó sobre mí un oficial femenino ofreciéndome asistencia. En eso, recordé que Judith me había dicho que antes de llegar la llamara para autorizarme a ingresar. Como tenía al oficial ante mí (era alta y aunque con una sonrisa encantadora, era, finalmente un oficial), tomé la decisión de obviar la instrucción de Judith y, simplemente pregunté por ella. La oficial me señaló sin mayor objeción el final del pasillo hacia donde me dirigí.

Me encontré con Judith sentada al lado de la cama de uno de sus pacientes. Cuando me vio sonrió y saltó de la silla para venir a saludarme. Lo cual me hizo sentir muy contenta. 

Nos quedamos hablando tamaño rato con pequeñas interrupciones en las que se dirigía a sus pacientes y a sus padres y fue así como mi inteligencia y mi libertad constataron no solo la intensidad emocional y la exigencia de su vocación sino también la magnitud de humanidad que le exige la realidad que tiene ante sus narices, lo cual me dejó estupefacta, conmovida, agradecida, a punto de verter lágrimas. 

Una buena dosis de realidad me fue ofrecida. Un hermoso y sobrecogedor don del Señor la tarde del día de ayer que permanecerá por largo tiempo en mi memoria y al cual podré recurrir todas aquellas veces que olvide de nuevo prestar atención. 

En las que olvide prestar atención al Señor.


En la fotografía la ven con un religioso quien me dijó visitó el hospital ese día y que resultó ser alguien (disculpa Judith, olvidé su nombre) que vive en el lugar donde se custodia las reliquias del Padre Pío de quien es ella una gran devota. Ese día, fue para ella su visita, un regalo del cielo.

21 de noviembre de 2011

¡No hay necesidad de inventar nada nuevo!

Caray! Viéndose ante tanta complicación y problema que surge promoviendo la misa antigua pero es que, cuando se para uno ante noticias como la de los católicos en China (y si queda algo de sensatez y cordura) no le queda a uno más que admitir que en lugar de sufrir debería de estar riendo, la verdad que si; razón por la cual ahora estoy riendo, dicho sea de paso.

Les traigo un par de pequeñas noticias y la primera de ellas se relaciona con el padre Sixto Varela, un sacerdote costarricense con quien tengo amistad y quien informó ayer en su perfil de facebook lo siguiente: 

“Hoy he celebrado la Misa de 7:00 a.m. en este bello Altar de la Parroquia de Sarchí. TODOS contemplando a Cristo (ad orientem).

Parece mentira, cuánto aprecia nuestro pueblo estos gestos de la liturgia antigua que hoy sin más ni más, algunos “curitas” pisotean y cambian por payasos, títeres, mimos y danzas en la Eucaristía, cuando no hay necesidad de inventar nada, sólo de retomar lo que nunca la Iglesia ha suprimido!

En ese sentido, una vez más, no me queda más que concederle toda la razón. 

Ya se ha hablado mucho sobre el tema más me parece que el pequeño gesto del padre Sixto es a la vez un gran paso en su diócesis pero también a nivel nacional ya que sabemos por las conversaciones que hemos tenido con diferentes sacerdotes, que no todos se sienten cómodos expresando su interés en el tema de la liturgia previa al misal del 62. 

En todo caso, el padre Sixto nos ha sorprendido, alegrado y consolado con su determinación a la vez que nos anima a seguir promoviendo la misa pero además a continuar acompañando a fieles y sacerdotes en este proceso. 

La segunda noticia no tiene aún carácter oficial pero igualmente es alentadora y es que un segundo grupo que promueve la misa antigua en Costa Rica del cual hemos tenido conocimiento recientemente ha sido recibido por el Arzobispo de San José quien les ha dado pasos a seguir con la finalidad de, en enero, ofrecerles atención pastoral. 

Por otro lado, nuestro grupo aún espera la respuesta de Monseñor a nuestra solicitud de una reunión pero estamos seguros que en cualquier momento nos la concederá y podremos, junto a sacerdotes como el padre Sixto y desde otras diócesis, colaborar en la promoción y divulgación de la misa, el arte y música sacros así como el latín, objetivos a los que esperamos dedicarnos plenamente cuando este registrada la asociación Una Voce en fecha próxima. 

Hoy lunes, definitivamente, he de dar gracias a Dios no solo porque España se ha dado un respiro con el cambio de gobernantes con el cual continuarán en la lucha como personas de fe y sobrevivientes de Zapatero, sino también por sacerdotes como el padre Sixto y por laicos determinados a amar incondicionalmente a Cristo y su Santa Iglesia quienes saben, perfectamente, que no hay necesidad de inventar nada nuevo.

19 de noviembre de 2011

Ante las elecciones: confianza y Esperanza

No pasa un día sin que me pregunte qué hago en InfoCatólica tal cual, sospecho, se preguntarán los españoles viviendo bajo el estado de crisis de su país. 

Sobre qué hago aquí una amiga me ha dicho recientemente que estoy aquí “para ser luz", pero qué luz puedo ser si en muchas ocasiones soy pura tiniebla? ¡Vaya usted a saber!

Siendo incluso tiniebla para mi misma y, quizá por lo mismo, en algo se ha caracterizado mi intervención en la web a través de este blog es en lo que a tientas he venido tratando de demostrar lo cual es que la fe tendría que servirnos para algo más que para lo que usualmente la proclamamos. 

Preguntarme acerca de para qué sirve la fe lo he venido haciendo desde niña. Poseía el germen de la respuesta pero no fue hasta que conocí el carisma de don Giussani que confirmé lo que sospechaba: la fe sirve para vivir y para –además- vivir bien siendo feliz. 

La fe, como adhesión a Jesucristo, sirve para hacer juicio sobre la realidad, lo cual es maravilloso porque es ahí en donde entra en juego aquello de que la fe va de la mano de la razón, ahí es donde entra en juego la totalidad de la persona. 

En este sentido, lo que expresa el Manifiesto que ante las elecciones en España ha hecho público el Movimiento Comunión y Liberación (CL), es un ejemplo admirable del juicio que es capaz de hacer la fe apoyada en la razón

Así como CL ha sido para muchos luz ante las elecciones de mañana quisiera pensar que así como transito por mi itinerario de fe ante ustedes en este blog, el Señor se vale de mí para que también sea luz para mis lectores. Esa es la confianza, esa es la Esperanza. 

En cuanto a la confianza y Esperanza, quisiera mencionar que a pesar de las graves crisis personales que se han hecho presentes en mi vida durante este último par de años, ambas permanecen inamovibles lo cual no sería posible si como don no hubiese sido la fe y la razonabilidad que la acompaña, las que me sostienen. Así que, definitivamente, la fe sirve para vivir y además para vivir bien siendo feliz dentro de la crisis.

De ello tengo muchos testigos, particularmente, aquellos de mis lectores españoles que han sobrevivido a la situación moral, económica y política de su país y se ven enfrentados, una vez más, a tomar mañana domingo una decisión ante las urnas.

Sepan de esta forma que con su testimonio han sido luz también para mi ya que, gracias a las decisiones que han debido tomar y con las que han debido aprender a vivir (y lo seguirán haciendo), es que existe una insignificante mujer en un pequeño y perdido pueblito del Tercer Mundo que se sostiene dentro de la crisis en la confianza y en la Esperanza tratando de emularlos desde este blog. 

De tal manera que no se permitan ver con desánimo el futuro de las elecciones, confíen y manténganse en la Esperanza de que, sea la que sea su decisión, pero sobre todo la forma en que la vivan desde la fe, están siendo luz para muchos de nosotros. 

Qué cosas! Venía a platicarles de otro tema completamente diferente y he terminado echándoles ánimo para mañana. Ya ven? También para eso sirven la confianza y la Esperanza.

10 de noviembre de 2011

Cómo podría ser el amor la respuesta a todo?

No te hallarás sin la amistad de tu prójimo
allí donde tendrás a Dios por amigo

San Agustín. Sermón 299D,6

Tengo una amiga que es mujer de mucha oración, de misa diaria, comprometida con diversas causas pro-vida, con la liturgia, los enfermos, hasta conmigo; quien continuamente me dice que solo el amor es la respuesta a todo. Y yo, como ando siempre distraida, la escucho como oírla llover.

Sin embargo, hoy el sonido de la lluvia al amanecer ha evocado su respuesta la cuál generó a la vez una pregunta: Cómo podría ser el amor la respuesta a todo?, es decir, cómo hacer del amor mi respuesta a tantas personas como existen que de alguna forma imprimen a la realidad condiciones inhumanas?Cómo podría ser el amor la respuesta a todo? 

Pues bien, sabido es que mi persona no es el Amor, éste tiene personificación en Otro que no soy yo por lo que si Le he conocido es porque se ha dejado llegar hasta mí. 

Siendo el Amor algo que no me constituye pero que se me entrega gratuitamente y de cuya donación he probado la plenitud de la vida, pues tendría que ser que -habiéndome entregado confiadamente a lo razonable de su propuesta- la Gracia me coloque en posibilidad de ofrecer la respuesta amorosa que la realidad demanda en lo que tiene de tiene de inhumano. 

Pero, y qué hacer con todo aquello que de mi parte y por inhumano también contribuye a la crueldad entre los hombres?

Pues lo mismo. Haciendo memoria de Aquél en cuyos brazos amorosos transcurren mis horas, sobre cuyo hombre he llorado y en cuya sonrisa me deleito cuando va bien las cosas; en Aquél que se ha dejado llegar hasta mí dándome a probar la plenitud de la vida.

- Pero, es posible esto? Tendría que serlo.
- Pero, es que exigiría vivir atentísimo y eso, sencillamente, es agotador.
- Podría serlo. Ya lo has intentado? Recuerda que tu aporte es únicamente voluntad y libertad.
- Pues, viéndolo así… Será posible?
- Será cuestión de que te pongas en ello.
- Es que casi tendría que dejar de ser yo para conseguirlo.
- A tu miseria tendrías que estar agradecida.
- Habrá algo acerca del Amor que no represente un esfuerzo?
- El Amor, en Quien crees, te ha entregado la respuesta con su vida.


Tengo una amiga muy piadosa, comprometida con diversas causas –incluyendo a quien escribe- a quien hasta hoy la escuchaba como oírla llover.
Ambas, ahora que lo noto, tenemos a Dios como amigo.


Nota: Gracias a Néstor Mora por la frase de san Agustín y también por su amistad.
Nota extra: Me van a disculpar las escasas entradas al blog pero es que estoy ayudando en la mudanza de mi hermana. Ya volveremos a vernos.

4 de noviembre de 2011

Los Obispos del Final de los Tiempos

Desde estas tierras y observando lo del caso Germinans se pregunta uno si será que nos ha llegado el día en que nos hemos vuelto hermanos contra hermanos. 

Muy probablemente ya lo estemos viviendo a diferente escala y nivel en diversos países y ámbitos eclesiales, muy probablemente ya está aquí ese día tan temido, quizá -en realidad- nunca se ha ido. 

Desde lejos y también de cerca, uno observa en estos casos puntos en común ya que las condiciones en las que se presenta el fenómeno dan señales de ser sociedades en las cuales las autoridades eclesiales, laicos y consagrados, a todo nivel se han secularizado influenciadas por el relativismo. 

Uno observa tanto en los casos cercanos como en los lejanos pastores que han abandonado a su rebaño a merced del lobo por lo que no se les verá dar la cara por el, quienes –incluso- le han ahorrado al Señor la tarea de separar las “cabras” de las “ovejas” separando a sacerdotes y laicos de sus cargos fundamentados en criterios que solo ellos entienden. Pastores que más que pastores parecen vaqueros ya que se les ve “atajando” su ato de toda forma posible con tal de que no se le salga del corral, el que –por lo regular- está delimitado por una concepción de Iglesia propia y bien calculada, muy afín con intereses políticos y económicos. 

Es un dolor enorme que, aquí y allá, esto esté sucediendo ante nuestras narices pero lo que causa mayor tristeza son las víctimas que se perderán o morirán en el camino. 

Y, por víctimas me refiero, no solo a aquellos que han caído o caerán bajo el peso de acusaciones injustas sino aquellas a quienes, por las consecuencias del escándalo, perderán confianza en la Iglesia o se resignarán a vivir marginados. 

Es cierto, las consecuencias de la secularización y de la flagrante apostasía dentro de la Iglesia nos ha hecho y continuará haciendo muchísimo daño, sin embargo, hay esperanza de la cual hemos obtenido certeza en gestos tan sencillos como el nombramiento en lugares y puestos clave de Obispos firmemente apoyados en su fe.

Y, fijémonos –nada más- qué clase de Obispos son esos: son obispos que han ocupado sus cargos provenientes de parroquias en las que se les veía orando, celebrando los sacramentos y la Eucaristía con dignidad así como realizando obras de misericordia; alejados de componendas políticas y, por lo mismo, muchas veces padeciendo persecución. 

Me parece que si bien, podríamos estar presenciando “hechos apocalípticos” como es este combate fraticida, tenemos en estos Obispos no solo un modelo a seguir sino un apoyo de valor incalculable por lo que tendríamos que velar por ellos a como de lugar. 

Y velar también por nuestros presbíteros católicos porque uno nunca sabe cuál de ellos eventualmente llegará a Obispo, ya que -según pintan las cosas- éstos dan la impresión de ser los Obispos del Final de los Tiempos

¡Qué bien y confiado llegaría uno a ese día conducido por un pastor de ese calibre!. No es cierto? Pero, aunque un Obispo así no nos correspondiera, no estaría de más, orar para se prolongue el Ponfificado de Benedicto XVI hasta el día en que el Señor lo tenga dispuesto y alcance para realizar tantos nombramientos como sabemos es urgente y necesario.

2 de noviembre de 2011

Si alguno regresa que sea Monseñor Fellay

Continua la misa antigua suscitando división: por un lado, aquellos que tienen la descabellada idea de que los católicos nos afiliemos a la Fraternidad, por otro lado, los de la Fraternidad que entienden de qué va ser católico y, en posición algo incómoda, aquellos de nosotros que estamos en medio de la refriega. 

Este parece ser el patrón que imprime la misa antigua por causa de los que la defienden a costa de la unidad con Roma.

Estos últimos, además de no advertir su comportamiento sectario, no caen en la cuenta del favor que le están haciendo a quienes desean que desaparezca la tradición litúrgica de la Iglesia.

Tantos que añoran su pronta incorporación a Roma como es el caso de los anglicanos y nuestros hermanos de la FSSPX cada día ponen más y más objeciones a su plena reincorporación. Hemos de admitirlo, la suya es una posición poco razonable. 

Lo que he venido notando es que muchos en la Fraternidad padecen de los mismos errores que critican al “modernismo”: la desobediencia, imprudencia y falta de solidez doctrinal respecto a su cabeza: Monseñor Fellay. 

Si todo el dolor que han padecido durante tantos años les hubiera calado suficientemente hondo cederían ante el Preámbulo Doctrinal, mas están tan encerrados en su mundo que no consiguen ver la gravedad de la herida que con cada una de sus objeciones inflingen a la Iglesia. Lo hemos verificado a escala en las diferencias suscitadas en nuestro pequeño grupo en Costa Rica. Está clarísimo, no tienen la menor idea de lo que provocan.

Lo que es de mi parte, casi estoy llegando al punto en que si quieren quedarse fuera que lo hagan. Lo que lamentaría es que con eso se definirían aún más enfáticamente como secta y la misa antigua sencillamente quedaría, con excepción de las congregaciones y fraternidades que la vienen celebrando, para el ámbito de los católicos rebeldes (entre los que, por cierto, no me cuento)

Que se quedaran como secta es lo que lamentaría. Y se quedarán, si continúan así, para regocijo de los que se les oponen. Será eso, que desean que triunfe el Concilio Vaticano II?.

Teniendo esto en cuenta es que considero que quienes amamos la tradición litúrgica de la Iglesia es necesario que vayamos entendiendo que la misa antigua no debería ser trinchera que nos aisle. Si el Summorum Pontificum nos ha ofrecido lo necesario para abrir la misa antigua al mundo católico es poco razonable utilizarlo para retraerse por falta de destrezas comunicativas con el resto de la Iglesia, por temor a perder la misa o por un malentendido celo doctrinal.

La misa antigua es y deber ser para todos. Por no tener esto en perspectiva se arriesgan a perderla definitivamente quienes se aislan para conservarla.

Con esta actitud no tienen idea del favor que le están haciendo al famoso “modernismo". No tienen idea.
Alguien debería decirle tanto a los miembros de la Fraternidad como a sus afiliados cómo los vemos desde nuestra perspectiva pero también cuán vehemente deseamos la unidad plena.

Y, por último, si es que no cedieran en bloque, que si alguien regresa, que sea Monseñor Fellay, quien parece ser el único hasta el momento da señales de haber comprendido de qué va ser católico. 

¡Ya quisiera verlos sin su Monseñor Fellay!


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“Parece que a los lefebvristas no les ha gustado el preámbulo doctrinal”
“La FSSPX retira una carta de su superior en Gran Bretaña en la que se anuncia el rechazo del preámbulo”

1 de noviembre de 2011

«Las buenas obras, recuerden chicos, nacen mirando la realidad»

Esta carta la hallé visitando la página de la Revista Huellas y responde perfectamente a la pregunta que me plantearon hace apenas unas horas algunos católicos que cuestionan la ortodoxia de una fe vivida como juicio de la realidad, en otras palabras, de una fe vivida como experiencia de Cristo presente entre los hombres.

Muchos, quizá demasiados que se consideran dueños de la verdad católica en nuestros días, se arrogan el derecho de cuestionar la ortodoxia hasta en el mismo Papa, ni qué digamos en Obispos y presbíteros, por lo que, aquello que digamos católicos de pie sobre estos temas, los tiene completamente sin cuidado; pero los hechos dicen más que las palabras, la fe vivida como método dice mucho más y mejor sobre quien es Cristo para nosotros, cosa sobre la que –según entiendo- trata el testimonio de una vida cristiana.
«Las buenas obras, recuerden chicos, nacen mirando la realidad» Lilliana Ilari

CARTA de Agustina
27/10/2011
Es la 01.03, am. Sé que mañana me espera un largo día y convendría estar durmiendo, pero fue tan grande lo que aconteció hoy que no puedo dejar de escribirlo. No se puede evitar escribir de qué modo la gloria de Cristo se hace manifiesta.
En la materia Introducción a la Administración, en la universidad, como parte de la nota final se nos pide realizar una monografía acerca de un tema referido a una organización. Yo propuse a mi grupo de trabajo que la hiciéramos sobre el Banco de Alimentos de la Plata, ya que conocía la experiencia de Liliana Ilari, su presidenta.
Ayer, martes, Ale, Juampi y yo emprendimos el viaje a La Plata. Tren, colectivo y taxi fueron los medios que en tres horas nos permitieron llegar desde San Isidro hasta allí. Fuimos gratamente recibidos por Liliana, cuya disposición nos impresionó. «Las buenas obras, recuerden chicos, nacen mirando la realidad», fue una de las primeras cosas que nos dijo Liliana, que me quedó grabada. Así comenzó una visita de tres horas cuyo objetivo era indagar en la estrategia de la organización en su entorno. Pudimos cumplir ese objetivo gracias a la charla constante de Liliana. Sin embargo, lo que me impresionó de la visita fue el encuentro con una persona que vivía una experiencia, que vivía a fondo su realidad.
Mientras se desarrollaba la conversación, me fui sintiendo cada vez más conmovida por la sencillez con la que Liliana relataba cosas extraordinarias: su inquietud por la situación social argentina y su activa participación para cambiarla desde su lugar, su trabajo ad honorem en el banco y su jornada de trabajo en el depósito de 9 a 17hs (más su disponibilidad full time al teléfono), su empatía por el otro, su constante preocupación por la educación.
«Las fuerzas que cambian al mundo, son las fuerzas que cambian al corazón del hombre», nos recordó Liliana. Ella quiere que su testimonio sea una fuerza que cambie al mundo, que cambie el corazón de los empresarios con los que trabaja, mientras ella va creciendo a través de la amistad y el trabajo.
Me pregunto ahora «¿Qué mueve a una persona a realizar con sencillez cosas extraordinarias?» Si no es por el profit (podría haber pensado, como buena economista) ni por un reconocimiento social, la respuesta se hace obvia.
La victoria de Cristo se me hizo manifiesta en ese encuentro, en esa persona, en esa circunstancia. Mirar a los voluntarios trabajar contentos; ver la cantidad de donaciones e instituciones beneficiadas y que mis compañeros hayan disfrutado y sacado «lecciones de vida» (tal como definieron ellos al encuentro) es la victoria de Cristo, hoy y aquí.
Ahora puedo irme a dormir tranquila, tras haber escrito cómo Cristo se hace presente en nuestras vidas.
Agustina, Campana / Buenos Aires (Argentina)

«¿Qué mueve a una persona a realizar con sencillez cosas extraordinarias?»

No para todos la respuesta es obvia.

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