2 de noviembre de 2011

Si alguno regresa que sea Monseñor Fellay

Continua la misa antigua suscitando división: por un lado, aquellos que tienen la descabellada idea de que los católicos nos afiliemos a la Fraternidad, por otro lado, los de la Fraternidad que entienden de qué va ser católico y, en posición algo incómoda, aquellos de nosotros que estamos en medio de la refriega. 

Este parece ser el patrón que imprime la misa antigua por causa de los que la defienden a costa de la unidad con Roma.

Estos últimos, además de no advertir su comportamiento sectario, no caen en la cuenta del favor que le están haciendo a quienes desean que desaparezca la tradición litúrgica de la Iglesia.

Tantos que añoran su pronta incorporación a Roma como es el caso de los anglicanos y nuestros hermanos de la FSSPX cada día ponen más y más objeciones a su plena reincorporación. Hemos de admitirlo, la suya es una posición poco razonable. 

Lo que he venido notando es que muchos en la Fraternidad padecen de los mismos errores que critican al “modernismo”: la desobediencia, imprudencia y falta de solidez doctrinal respecto a su cabeza: Monseñor Fellay. 

Si todo el dolor que han padecido durante tantos años les hubiera calado suficientemente hondo cederían ante el Preámbulo Doctrinal, mas están tan encerrados en su mundo que no consiguen ver la gravedad de la herida que con cada una de sus objeciones inflingen a la Iglesia. Lo hemos verificado a escala en las diferencias suscitadas en nuestro pequeño grupo en Costa Rica. Está clarísimo, no tienen la menor idea de lo que provocan.

Lo que es de mi parte, casi estoy llegando al punto en que si quieren quedarse fuera que lo hagan. Lo que lamentaría es que con eso se definirían aún más enfáticamente como secta y la misa antigua sencillamente quedaría, con excepción de las congregaciones y fraternidades que la vienen celebrando, para el ámbito de los católicos rebeldes (entre los que, por cierto, no me cuento)

Que se quedaran como secta es lo que lamentaría. Y se quedarán, si continúan así, para regocijo de los que se les oponen. Será eso, que desean que triunfe el Concilio Vaticano II?.

Teniendo esto en cuenta es que considero que quienes amamos la tradición litúrgica de la Iglesia es necesario que vayamos entendiendo que la misa antigua no debería ser trinchera que nos aisle. Si el Summorum Pontificum nos ha ofrecido lo necesario para abrir la misa antigua al mundo católico es poco razonable utilizarlo para retraerse por falta de destrezas comunicativas con el resto de la Iglesia, por temor a perder la misa o por un malentendido celo doctrinal.

La misa antigua es y deber ser para todos. Por no tener esto en perspectiva se arriesgan a perderla definitivamente quienes se aislan para conservarla.

Con esta actitud no tienen idea del favor que le están haciendo al famoso “modernismo". No tienen idea.
Alguien debería decirle tanto a los miembros de la Fraternidad como a sus afiliados cómo los vemos desde nuestra perspectiva pero también cuán vehemente deseamos la unidad plena.

Y, por último, si es que no cedieran en bloque, que si alguien regresa, que sea Monseñor Fellay, quien parece ser el único hasta el momento da señales de haber comprendido de qué va ser católico. 

¡Ya quisiera verlos sin su Monseñor Fellay!


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