26 de diciembre de 2009

Luces, luces y más luces

Ayer, asístí a Misa de Navidad en mi parroquia, la celebró un sacerdote carmelita costarricense radicado en Guatemala y que está de visita en su casa por el cumpleaños de su mamá y a quien le pidieron que la celebrara debido a que el párroco no podía (Qué raro, tampoco celebró la misa de 9:30am, estará enfermo? Espero que no).

Pues bien, llamó mi atención el portal.

Es un portal que ocupa unos 6m cuadrados del presbiterio y con una altura de al menos 2m. El "marco" sobre el que se colocaron las figuras es un muro y un cielo -digámosle así- de hojas de coníferas que abundan por esta zona. Del cielo, colgaban bombitas de colores de las que se usan en el árbol de navidad, muchas, semejando estrellas. Allá, en el vértice del portal, colocaron las figuritas del Angel de Gloria y de la Sagrada Familia, no son grandes, más bien chicas, como de unos 20 cm de alto, de tal manera que en la altura de 2m se veían re-chiquitas, perdidas en aquella inmensidad. Más acá, las ovejitas y los pastores.  También colocaron a los Reyes Magos de camino a Belén. Es un parroquia pobre, así que el portal es igual.

Pero lo que me llamó la atención fue la cantidad de luces con las que forraron este muro de coníferas, luces y luces y luces y más luces, madre mía, qué chorro de luces...

Observándolo recordé la única vez que me pidieron hacer este portal, lo hice muy sencillo. También quise darle un toque de inculturación -digo yo- coloqué el establo y el pesebre en el medio de un bosque de coníferas, como si la Sagrada Familia estuviera en mi pueblo.

Un parroquiano me construyó la versión estilizada de un establo que diseñé para dar énfasis a las tres figuras principales, de tal manera que cuando uno miraba el portal, la forma del establo conducía la mirada directamente al Niño que iluminado por una luz escondida en el techo del establo, recibía toda la atención.

Rodeé el establo de pocos elementos, unos arbolitos chiquitos -a escala con las figuras- que servía de marco en la parte de atrás y traje pasto, mucho pasto con tierra de mi jardín el cual coloqué semejando uno de los potreros donde pastan las vacas en esta localidad.

Luces, aparte de la que recibía el Niño no coloqué ninguna otra, quizá por eso me llamó la atención tanta luz que colocaron en el portal este año.

El sacerdote que celebró la Misa dijo en la Homilía algo que estaba rondando en mis pensamientos, dijo que el portal tendría que contener un mensaje catequético y en cuanto lo dijo, volví mi mirada y me di cuenta del mensaje -no precisamente catequético- del portal en cuestión. Este portal lo que dice es que las luces son el centro de atención, no el Niño, ni la madre ni el padre putativo de la criatura. Este portal deja clarísima la idea de que el ornamento es más importante que el contenido.

Ahora bien, no me sorprendió, ya que todo da la impresión de que el párroco ha tenido poco tiempo para ocuparse de éstas y otras cosas, porque seguidamente empecé a ver elementos en el presbiterio que no estaban bien, por ejemplo, sobre el Altar había un enorme arreglo navideño y sobre el Sagrario otro. Adónde está la Cruz? Qué hace ese adorno tan ostentoso en el Altar? Por qué el Sagrario no es el centro de atención si no ese enorme adorno? Madre mía, se me fue la devoción por unos minutos, tuve que hacer un esfuerzo de concentración para volver a escuchar lo que el sacerdote decía.

Esto ha servido para traer a mi memoria una idea que había estado rondando en mi mente unos meses atrás. No lo he pensado lo suficiente, aunque si consultado con algunos sacerdotes y ex-párrocos, le daré un poco más de cabeza al asunto pero la idea es esta: en vista de que el párroco está concentrado en cumplir con el programa de la Nueva Evangelización, le ayudaré fundando una Asociación Católica que servirá para ofrecer cursos para la profundización en la fe. Lo haré sustentada en el título académico que recibí en Teología para seglares de la Universidad Católica de mi país.

La Asociación Católica intentará ofrecer a los que lo deseen (si son uno o dos, no importa), cursos pequeños y muy actualizados, sobre los grandes temas doctrinales que les sirvan para cimentar su fe, cimentarla en algo más que en luces, luces, luces y más luces.

Maduraré la idea, ya les contaré.


25 de diciembre de 2009

Un villancico que atesoro

Desde niña, papá -que es hombre radio y teatro- coleccionaba discos o Long Play, como se les conocía. Debido al alto aprecio que tenía, y tiene, por la formación musical, nos proveía a sus hijos de instrumentos musicales, tocadiscos, libros y cuanta cosa consideraba útil para la formación de nuestra sensibilidad.

Atesoro esos discos, aún los conservamos, por ejemplo, uno de ellos es de Maurice Chevalier de quien papá me decía que era mi tío, seguramente por conquistar mi atención. A Chevalier lo escuchaba con el cariño que se le escucha a un tío que canta muy bonito.

Papá nos inventaba historias los domingos cuando, mis hermanos y yo echados en su cama, escuchábamos música de los grandes autores de la música clásica. Todas esas piezas musicales son dueñas de un cuento creado por papá y nosotros.

También nos inventaba canciones para que las cantáramos, por ejemplo, nos escribió la letra para una pieza musical de un disco de Mantovani para celebrar el 80º Aniversario del natalicio de mi abuela materna, canción que aprendimos y cantamos todos los nietos el día de la fiesta de su cumpleaños.

En este disco de Mantovani había un villancio, había una canción que a mi me resultaba adorable, la tarareaba sin saber lo que decía, solo sabía que era para el Niño Dios porque decía Mio Bambino, mio divino... de ahí lo deduje, no se cómo.

Pues bien, hoy, cuál no fue mi sorpresa que Juanjo Romero, para desearnos feliz Navidad, colocó el video de esta canción olvidada en mi memoria que resultó ser un villancico y que, precisamente hoy, el día de Navidad me trajo tan buenos recuerdos. Es un poema escrito por san Alfonso María Ligorio. ¡Bellísimo!

Pues bien, sin el permiso de Juanjo Romero, les dejo el enlace a su blog aquí pero también el video del villancico Tu scendi dalle stelle cantado por niños, seleccioné éste y no otro, porque cualquiera de esos niños cantores podría haber sido yo y se me hace muy bonito poder -como aquella niña que fui- unirme a estos chicuelos para adorar y cantar al Niño en este día.



Aquí la letra en castellano:

Bajas desde las estrellas
¡Oh, Rey del Cielo!
y vienes a una gruta, al frío y al hielo.
y vienes a una gruta, al frío y al hielo

Oh, mi Niño divino,
te veo aquí, temblando

Oh, bendito Dios!
¡Cuánto te costó el haberme amado!
¡Cuánto te costó el haberme amado!

A Ti, que eres el Creador del mundo
faltaron pan y fuego, ¡oh mi Señor!
faltaron pan y fuego, ¡oh mi Señor!

Querido elegido, pequeñín,
¡esta tu pobreza cuánto me enamora!
Ya que te hiciste amor aún más pobre
Ya que te hiciste amor aún más pobre

PD. Saben qué? Vengo a caer ahora en la cuenta de que esta formación que nos dio mi padre ha de ser la razón por la que en casi todas mis entradas a este blog coloco música. Para mi la vida y la Belleza, o sea Dios, están íntimamente relacionados.



Por aquello de las serpientes

No existe adoración al Niño Dios que no lleve implícita la adoración del ser humano en El.

Esto lo menciono porque durante toda la preparación a la Navidad, se encuentra uno con otros y consigo mismo, revistiendo el exterior de mil adornos y formas, excluyendo a Dios de nuestras actividades y es cosa muy triste.

Es difícil adorar al hombre que ha sustituido su parte divina con las exigencias que le impone la sociedad y el consumo, para ser sincera, es difícil adorarle en uno mismo cuando uno mismo se deja sujetar por compromisos sociales que no desea, como por ejemplo: todo lo que los demás esperan de ti para Navidad.

Qué caray! Este asunto de ser soltera en una calamidad, no crean que no. Llegar a mi edad, soltera, viviendo en la casa de tus padres al cuidado de tu padre mayor, ausente la madre me convierte “automáticamente” en otra madre y vaya que no me queda bien el traje.

Cuando se acercan estas fechas, me pregunto, qué es lo que hace un cristiano en Navidad? Se bien la respuesta pero las circunstancias me empujan en la dirección opuesta, no importa cuánto esfuerzo ponga por desentenderme de trivialidades, me atrapan al vuelo.

Ahora bien, me pregunto, cómo adorar a los hombres que me empujan en la dirección que no deseo sin perder de vista que ellos también participan de la vida divina? Pues mirándome, digo yo, mirando la parte de mí que también participa de esa vida.

Cuál es esa parte? Qué hace en Navidad esa parte? Qué hago toda yo, mujer llamada a vivir la plenitud de la gracia?

Pues nada, recodarme a mi misma que Dios ocupa el centro de mi vida, y que si para otros no lo ocupa, para mi si y eso implica que también puedo y he de mirarles con los ojos de Dios.

Y cómo miran los ojos de Dios al hombre? Le miran con adoración.

Adorar, sin importar cuán difícil los otros lo pongan o lo difícil que nos lo pongan nuestras propias flaquezas; adorar sus grandezas y sus miserias, sus extravíos tanto como sus aciertos, adorarlos en cuerpo y alma, en la totalidad de su humanidad divinizada.

Comentaba mi querida amiga Susan sobre el video del jardín de mi casa en Navidad, decía que en mi jardín (que es el jardín también de mis dos hermanos que viven en sus casas en este mismo jardín) se siente la presencia de Dios (no es la primer persona que lo menciona) y creo que tiene razón, en este jardín, en esta casa hemos aprendido, estamos aprendiendo (porque es tarea de toda la vida) adorar a Dios y en El al hombre y a la creación. Por eso también le decía que el mérito de tener un hermoso jardín donde se siente la presencia de Dios, no es mérito nuestro, todo es de Dios, suya es la gracia y la belleza de la creación por lo que, de lo único de lo que podrían responsabilizarnos o agradecernos, en todo caso, es por el afán que ponemos en procurar mantener corto el pasto, y que lo hacemos no más, por aquello de las serpientes.

¡Feliz Navidad! Recuerden que ésta se prolonga hasta enero, todavía tenemos muchos días por delante para adorar.



23 de diciembre de 2009

No estaría en deuda con este mundo

"Es la Luz que brilla en las tinieblas que la oscuridad no ha comprendido".

Daba la impresión a la multitud de ser como cualquier hombre.

Aunque concebido por obra del Espíritu Santo, nació de una mujer pobre que fue despreciada cuando los peregrinos fueron numerosos y quien le dio a luz en un pesebre.

¡Oh, misterio maravilloso!, manifestado desde el principio, que incluso en la hora de su nacimiento rechazó ser bien recibido por el mundo!

Creció como el hijo de un carpintero, sin educación, de tal manera que cuando empezó a enseñar, los vecinos se preguntaron cómo alguien sin instrucción y criado en cuna pobre, habría de ser profeta. Fue conocido como el pariente e íntimo de los pobres; el mundo les miraría a ellos cuando se presentara a Sí mismo, de tal manera que su desvalimiento fue el argumento de sus reivindicaciones. Fue criado en un pueblo sin fama, de tal manera que de los mejores pueblos dudaron si algo bueno podría salir de allí.

No, El no estaría en deuda con este mundo de comodidad, crédito o asistencia; porque “el mundo fue hecho por El pero el mundo no Le conoció”.

Vino al mundo como su benefactor, no como invitado; no para pedir prestado, sino para distribuir.

***
Christmas - The Mystery of Godliness (fragmento)
Cardenal John H. Newman
Traducción: Deo Omnis Gloria

22 de diciembre de 2009

Villancico argentino

La Peregrinación
Autores: Félix Luna y Ariel Ramírez
Canta: Mercedes Sosa

A la huella, a la huella
José y Maria
Por las pampas heladas
Cardos y ortigas.

A la huella, a la huella
Cortando campo
No hay cobijo ni fonda
Sigan andando.

Florecita del campo,
Clavel del aire
Si ninguno te aloja
¿adónde naces?

¿dónde naces, florcita
Que estas creciendo,
Palomita asustada,
Grillo sin sueño?

A la huella, a la huella
José y María
Con un Dios escondido
Nadie sabia ...

A la huella, a la huella
Los peregrinos
Prestenme una tapera
Para mi niño.

A la huella, a la huella
Soles y lunas
Los ojitos de almendra
Piel de aceituna.

¡ay burrito del campo!
¡ay buey barcino!
¡que mi niño ya viene,
Háganle sitio!

Un ranchito de quincha
Solo me ampara
Dos alientos amigos
La luna clara

A la huella, a la huella
José y Maria
Con un Dios escondido
Nadie sabía ...





21 de diciembre de 2009

Villancico peruano

Hoy la tierra produce una rosa

Este es un villancico compuesto por el maestro italiano Roque Ceruti, quien llegara a Lima en 1707 como músico principal en el séquito del Virrey Marqués Castell dos Rius; a pocos años de su llegada, el estilo musical italiano se impuso en todos los reinos suramericanos.

Lo interpreta el grupo cubano Exaudi y las pinturas son de la escuela de Cuzco, la escuela Mexicana y del neogranadino Efraín Vasquez de Arce y Ceballos.


Villancico mexicano

Guaracha
Convidando está la noche
JUAN GARCIA DE ZESPEDES
(1619-1678)

Convidando está la noche
aquí de músicas varias
Al recién nacido infante
canten tiernas alabanzas
Alegres cuando festivas
unas hermosas zagales
Con novedad entonaron
juguetes por la guaracha.

Coplas
¡Ay, que me abraso, ay! divino dueño, ay!
en la hermosura, ay! de tus ojuelos, ¡ay!
¡Ay, cómo llueven, ay! ciento luceros, ay!
rayos de gloria, ay! rayos de fuego, ¡ay!
¡Ay, que la gloria, ay! del portaliño, ay!
ya viste rayos, ay! si arroja hielos, ¡ay!
¡Ay, que su madre, ay! como en su espero, ay!
mira en su lucencia, ay! sus crecimientos, ¡ay!
¡En la guaracha, ay! le festinemos, ay!
mientras el niño, ay! se rinde al sueño, ¡ay!

¡Toquen y bailen, ay! porque tenemos, ay!
fuego en la nieve, ay! nieve en el fuego, ¡ay!
¡Pero el chicote, ay! a un mismo tiempo, ay!
llora y se ríe, ay! qué dos extremos, ¡ay!
¡Paz a los hombres, ay! dan de los cielos, ay!
a Dios las gracias, ay! porque callemos, ¡ay!


¡Como el Crucifijo, la Navidad es nuestra!

A veces, en esos momentos cuando, invadida por la frustración, pienso lo injusto que es que retiren los Crucifijos de lugares públicos, pienso también que entonces los cristianos deberíamos exigir a los gobiernos del mundo que retiren la Navidad de todo sitio público!

Porque la Navidad es, NUESTRA, y de nadie más.

¡He dicho!

(Ah, no pero la Navidad les gusta. Les hace sentir mejores de lo que son, cierto? En cambio el Crucifijo no, el Crucifijo les recuerda que el resto del año necesitan de la Navidad. Acaso miento? Disculpen, pero es que me sale la sangre española de mis antepasados con estas cosas.)

No, pero pensándolo mejor, mejor no, mejor que la dejen, total es lo único que durante el año les recuerda que son humanos.

¡Soy un pesebre!

Tengo en mis contactos del facebook al padre Sixto, que es un costarricense que estudia Comunicación en Italia y tiene dos programas de radio en mi país, pero yo no lo conocí por ese medio, lo conocí porque creó un grupo en facebook para sacerdotes costarricenses al que se unió otro sacerdote conocido.

Pues bien, el padre Sixto nos dejó en el facebook esta cita:

"La Navidad no es una fábula para niños,
es la respuesta de Dios al drama de la humanidad"

Benedicto XVI, Ángelus IV Domingo Adviento (20-XII-2009)

Y la dejó justo el día en que publiqué mi anterior entrada cuando me había quedado rondando en la cabeza, (muchas cosas rondan mi cabeza últimamente, ¿se han dado cuenta?) el sentido de esta Navidad para mi.

Ciertamente, la vida es un drama, pero entonces caí en la cuenta: ¡Soy un pesebre! ¡Soy EL pesebre!

Y es cierto, mi vida, la de cualquiera de nosotros, contiene todo el dramatismo de las circunstancias del Nacimiento del Hijo de Dios. Bueno, eso, si somos capaces de admitirlo, porque andamos tan empeñados en revestir la existencia de fábula que se nos olvida.

Jesús, el Hijo de Dios  no vino para hacer felices a los felices, sino para dar sustento a la felicidad de aquellos que están tristes, solos, desamparados, que son débiles, que están enfermos, olvidados, pobres, que se saben poca cosa sin Dios... y esto lo digo hoy con conocimiento de causa, ninguna Navidad como en ésta me he sentido más miserable pero tampoco más gozosa. Ninguna.

Y es que no solo ha sido lo de la enfermedad, han sido además otra serie de situaciones laborales, afectivas, familiares que se le han unido, verme desprovista de seguridad en algunos aspectos, del afecto en otros, de la confianza que había depositado en ciertas personas en otros casos, qué se yo... La pérdida de todo lo que consideraba bueno ha sido total.

Y qué me quedó? Pues nada, pero Todo.

Me quedaron las manos vacías, mis sentimientos arruinados, mi salud chueca, una perfecta indigente... que de Quien únicamente puede y ha de fiarse de ahora en adelante es de Dios.

¿Ya ven? Uno puede tener ojos de cristiana y mirar como cristiana, puede tener ánimo de cristiana y estar animada como cristiana, pero también puede ser un pobre de Dios y ser regalada en Navidad (y esto no es ninguna fábula) con las riquezas extraordinarias del Reino de los Cielos.

¿Para qué más Navidad?

***
"Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor"
Lucas 1, 45


20 de diciembre de 2009

Si no tuviera ojos de cristiana

¡Vaya Navidad!, es lo que diría si no tuviera ojos de cristiana, y no crean, estoy a punto de decirlo, pero los tengo, tengo ojos de cristiana y miro, miro con ojos de cristiana.

Si no tuviera ojos de cristiana, que los tengo –por si no quedó claro o todavía no me lo creo- diría que esta Navidad no lo parece, que nada parece que estoy-estamos celebrando algo… No he puesto mi árbol, no he puesto el pesebre, no hay una sola lucecita en mi casa, no hice tamales ni pastel navideño, no compré regalos...

Pero, qué ha pasado?

Pues nada, que me enfermé, estoy hace dos semanas lidiando, primero con algo que era un simple resfrío, que pasó luego a ser un ataque de asma y que derivó en una inflamación gravísima de la garganta y la laringe. He debido ir dos veces al hospital, una de ellas para descartar que fuera gripe porcina, que por cierto no lo es (no estaría aquí con ustedes) y he debido tomar tantas medicinas que mi estómago ya está que “pega el grito al cielo”, sin mencionar que me han recetado cinco días de esteroides y ¡sorpresa!, me han ¡despertado el apetito! (como si lo necesitara).

Así que nada, no adorné de Navidad como lo hago desde el 16 de diciembre, he debido quedarme el domingo Gaudete y éste domingo en cama sin ir a misa, no puedo salir, ni apoyar a mi hermano en la hidroponía, casi no puedo concentrarme para rezar, ni para leer, difícilmente consigo atender la casa y ni qué se diga de escribir para este blog.

La cosa es esa, que si no fuera cristiana y no tuviera mirada de cristiana, seguiría exponiendo mis quejas (ya me detengo) y no vería lo que hay detrás de todo esto: una confabulación universal para que pase la Navidad de diferente manera. (Eso es, ¡ni qué dudarlo!)

Porque siempre, o al menos durante mi vida adulta, las Navidades han sido perfectas: la casa adornada, dulces y golosinas por todas partes, actividades con los amigos y parientes, la tamaleada, el queque de navidad, la organización con los hermanos, los regalos para todo el mundo, las misas, todo perfecto, en cambio esta vez no, nada de nada, nada, o sea, nada.

Y es que, digo yo, si no tuviera ojos de cristiana estaría quizá triste, porque todo en el exterior dice que no es Navidad ni que llegará a serlo si no me siento mejor para el 24, y todo en el exterior dice que debería estar desanimada porque nada está sucediendo como suele suceder o lo he planeado; pero no, resulta que soy cristiana y miro las cosas diferente: esta es la Navidad aquella que tenía que llegar algún día, la Navidad que ha sido privada de todo lo que la ha adornado siempre y por lo mismo, porque es una Navidad poco común, es que me daré desde hoy hasta el próximo viernes, tiempo para atender con cuidado y ternura esta Navidad, que parece ser la única y verdadera Navidad de mi vida, porque es la de verdad, esa que nunca había sucedido realmente, la que está acaeciendo en mi interior por estar enferma.

Es esta Navidad y de ella nada más, de este pesebre que es mi vida en este momento, de donde veré nacer al pequeño Niño anunciado como Luz para los hombres; Luz debido a Quien mis ojos están en capacidad de mirar con los Suyos esta Navidad tan singular.
Amén

***
¿Ven? ¡Ojos de cristiana tengo! Casi no me lo creyeron, ¿verdad?

Ah, bueno, y dirán que para estar enferma estoy muy animada, y claro, tienen razón, pero es que lo que no saben es que además de "ojos", tengo también, "ánimo" de cristiana.

***
(Oh, Dios! Por favor, solo espero estar mejor para llevar el cariñito de Navidad a algunas criaturas de mi barrio que cuentan con ello!)

17 de diciembre de 2009

Pequeñas victorias cotidianas

Estos gringos, como pocos, tienen esta asombrosa capacidad de convertir lo cotidiano en un fenómeno mediático. Logran transformar en libros y películas o lo que es lo mismo: en grandes sumas de dinero, lo que a una buena mujer, que es como cualquiera de nosotras, le sucede en la cocina de su casa.

Ese es el caso de la película que vi anoche con papá: Julie&Julia
(No es cierto, la vi yo, papá se quedó dormido)

Bueno, y no es que me esté quejando de que estas mujeres hayan obtenido, al lado de la realización personal que deseaban, el dinero para disfrutarla, por supuesto que no, pero lo que estos gringos benditos nos hacen perder de vista es que el éxito de estas mujeres no radica en haber llegado a publicar sus libros y haber recibido mucho dinero por ello, sino por todo lo que detrás, o más bien, dentro, sucedió con ellas.

Qué sucedió? Sucedió que lograron superar sus temores y echaron a volar como pajarillos, eso no más. Lo lograron con el apoyo de sus esposos y amigos, debido a una firme voluntad, al ejercicio de su libertad, gracias al poder de razonar así como el de dar y recibir afecto. En ello es en lo que, verdaderamente radica su éxito, fuera del reconocimiento que recibieron del exterior, la aprobación que necesitaban la encontraron en ellas mismas disfrutando de lo que sabían hacer bien: cocinar.

Sirva esto de consuelo, pero sobre todo de aliento, para todas aquellas mujeres que como éstas, se esfuerzan cada día en proveerse a sí mismas de un lugar en el mundo, porque es bien sabido que a pesar de los "grandes avances de la civilización", si las mujeres no buscamos nuestro rinconcito, nadie nos lo dará (de no ser Dios, por supuesto, pero eso solo las cristianas lo sabemos)

Y sirva también de ejemplo, de que no hace falta ser intelectual o una rebelde redomada para obtener dicha aprobación, basta con tomar conciencia atenta y también tierna y apasionada de uno mismo.

Cuánto gusto me daría que cada una de nosotras jamás perdiera de vista que cada una de nuestras victorias cotidianas, si bien no nos son reconocidas por grandes sumas de dinero y aprobación de las masas, son valiosísimas solo porque son nuestras victoras personales que no por cuánto ninguno crea, sino por lo que creamos en nosotras mismas, jamás habríamos alcanzado.

¡Bendito Dios, por nosotras las mujeres!

16 de diciembre de 2009

¡No lo saben, ni lo imaginan!.


¿Tienen mínima idea de cómo es para M
cuando me encuentro con alguien que me hace reír?


¡No lo saben ni lo imaginan!
***
Bueno, es, es…


 es, como haber estado dentro de una caverna oscura y húmeda
a la cual entra de golpe, estrepitosamente, la luz.


 Es como cuando al final de un largo viaje a la costa
consigues meter tus pies cansados
en la espuma del agua fresca a la hora en que se está poniendo el sol.


 Es como cuando vas nadando y observas la luz del sol
atravesar el agua formando figuras fascinantes
y escuchas tu respiración, rítmica y segura,
y sientes tu cuerpo respondiendo
como lo habías imaginado y lo deseabas.


Es también, como un pastelito delicioso,



como jugar con niños creativos y traviesos,



como una montaña rusa,



como estar abrigadito, cómodo y seguro entre las cobijas…



En fin, que...
me vine solo a dejar constancia de cuánto me gusta
encontrarme con gente que me hace reír,
pero sobre todo, cuando es alguien que ríe y me hace reír
aunque el mundo a veces solo inspire ganas de llorar.

¡Cuánto me gusta y lo agradezco!


Aquí escuchamos únicamente y totalmente de Dios


“… la Liturgia y el templo unen cielo y tierra. Por eso Cristo es la Palabra…”.


Me valdré de este hermosa y acertada idea del buen amigo Miserere mei Domine para introducirme en el tema que me quedó rondando en la cabeza desde que leí al Cardenal Newman el otro día. Éste su texto, me sugirió muchísimas imágenes, aquí, el mejor rastro que de ellas he podido dejar.

El Cardenal decía “Heaven then is not like this world; I will say what it is much more like,—a church”.
“El cielo, entonces, no es como este mundo; diría que es en mucho, más como -una iglesia”.

(Si bien, traducido del inglés, una iglesia es un templo, me he quedado con la traducción literal que me parece representa lo que ha querido expresar el Cardenal Newman)

El Cardenal enseguida añade: “For in a place of public worship no language of this world is heard; there are no schemes brought forward for temporal objects, great or small; no information how to strengthen our worldly interests, extend our influence, or establish our credit. These things indeed may be right in their way, so that we do not set our hearts upon them; still (I repeat), it is certain that we hear nothing of them in a church. Here we hear solely and entirely of God. We praise Him, worship Him, sing to Him, thank Him, confess to Him, give ourselves up to Him, and ask His blessing. And therefore, a church is like heaven; viz. because both in the one and the other, there is one single sovereign subject—religion—brought before us”.

“Para ser un lugar de culto público no es allí escuchada ninguna lengua de este mundo; no existe allí confabulación alguna para traer al presente asuntos de orden temporal, grandes o pequeños; no hay información sobre cómo fortalecer nuestros intereses mundanos, ampliar nuestra influencia o establecer nuestro crédito. Estas cosas, de hecho, pueden ser adecuadas a su manera para que no fijemos nuestros corazones en ellas; aún así, (repito), es cierto que no hemos oído nada de ellas en una iglesia. Aquí escuchamos únicamente y totalmente de Dios. Le oramos, Le alabamos, Le cantamos, Le agradecemos, nos reconocemos ante El, nos entregamos a El, y pedimos Su bendición. Por lo tanto, una Iglesia es como el cielo; y esto es porque, tanto en el uno como en el otro, hay un único tema soberano: religión — ante nosotros”.

Religión, re-ligare, relación… familiaridad entre lo vertical y horizontal, movimiento que es introspección y extroversión, que es elevación y descendimiento, un entreveramiento de ámbitos espectacular… “aquí escuchamos únicamente y totalmente de Dios”, entre el cielo y la tierra, en este lugar donde los límites y coordenadas se desvanecen.

Religión, re-ligare, relación, cuya iniciativa siempre fue, es y será de la Palabra. Palabra “cuya acción es eficaz y realiza lo que pronuncia” –particularmente- aquello que es comunión.

Palabra que enlaza, y que, sobre el sonido de unas vocablos nos hace llegar contenidos de una naturaleza diferente a la nuestra pero con la que, misteriosamente (o no tanto), nos identificamos como si de la nuestra se tratara, vinculándonos a un solo Cuerpo.

Religión, re-ligare, relación, cuyo protagonista es la Palabra, que crea pero también regenera, gestiona, ofrece, se expone, se eleva hasta que parece casi extinguirse y desaparecer, llegando hasta donde solo Ella puede llegar y, de donde descenderá de nuevo, cada vez, cada tanto, hasta nosotros, en cada encuentro, en cada celebración.

La Palabra da forma, moldea a la iglesia; de Ella –como de las manos de un alfarero- toman estatura los muros y las columnas, las cúpulas su doble capacidad de acogida y elevación, traslucidez y belleza sus vitrales, grosor las puertas, magia los colores, contorno y hermosura las imágenes, y ¡los íconos!, la claridad y la penumbra cada una su carácter. De Su acción eficaz, como de un surtidor, nuestras voces, nuestros gestos y espíritu, como-en-Uno existiendo sin perder identidad.

También los espacios que parecen que no dicen nada, que nada poseen, estos espacios también La contienen. Ese espacio aparentemente vacío, por el fenómeno físico del sonido en el aire, es canal, medio o instrumento que La acerca a nuestros sentidos, fecundándolos; es espacio en que las alas de la razón y la fe echan vuelo, espacio que como en un yunque se forja nuestra voluntad y es espacio en cuya vastedad somos total y absolutamente libres.

Todos, física y espiritualmente, somos en la Palabra y por Ella, plenificados. No hay nada ni nadie que en una iglesia escape a Su poder, a menos que así lo desee.

Si, Miserere amigo, “… la Liturgia y el templo unen cielo y tierra. Por eso Cristo es la Palabra…”, así es, Cristo es la Palabra. Palabra con poder para excluir el espacio/tiempo entre los hombres, en este lugar entre el cielo y la tierra: la iglesia o, ¿es el cielo? (Ya no se bien, la verdad).

14 de diciembre de 2009

El cielo y la Liturgia cristiana



"Heaven then is not like this world;
I will say what it is much more like,—a church".

(El cielo, entonces, no es como este mundo;
diría que es en mucho, más como -una iglesia).
Cardenal John Henry Newman

12 de diciembre de 2009

¡Que las nubes lluevan al justo!



Rorate caeli desuper, et nubes pluant iustum.

Ne irascaris Domine, ne ultra memineris iniquitatis: ecce civitas Sancti facta est deserta: Sion deserta facta est: Jerusalem desolata est: domus sanctificationis tuae et gloriae tuae, ubi laudaverunt te patres nostri.

Peccavimus, et facti sumus tamquam immundus nos, et cecidimus quasi folium universi: et iniquitates nostrae quasi ventus abstulerunt nos: abscondisti faciem tuam a nobis, et allisisti nos in manu iniquitatis nostrae.

Vide Domine afflictionem populi tui, et mitte quem missurus es: emitte Agnum dominatorem terrae, de Petra deserti ad montem filiae Sion: ut auferat ipse iugum captivitatis nostrae.

Consolamini, consolamini, popule meus: cito veniet salus tua: quare maerore consumeris, quia innovavit te dolor? Salvabo te, noli timere, ego enim sum Dominus Deus tuus, Sanctus Israel, Redemptor tuus.


10 de diciembre de 2009

Ella se retiraría a orar

El Cardenal John Henry Newman, en sus “Meditaciones sobre las Letanías” decía:

“Tota pulchra es, María!”. Ninguna de las deformidades del pecado pudo encontrarse jamás en ella. Y en eso se diferencia de todos los santos. [ ]... María se parece a su Divino Hijo: es decir, lo mismo que Él, por ser Dios, es distinto por Su Santidad de todas las criaturas, así ella es distinta de todos los santos por ser la llena de gracia".
Quiere esto decir que si Cristo, como Dios, se rebajó a la condición de hombre, entonces Dios elevó la naturaleza humana de María a participar de su condición divina. Quiere esto decir que la Inmaculada fue el primer ser humano que gozó de la Trinidad bajo nuestras dimesiones de tiempo y espacio. Quiere eso decir que gozó de sus dones y frutos de manera plena; de tal forma "llena de gracia" que por eso fue asunta al cielo. Su cuerpo no podía ver la corrupción, pero la gracia si fue capaz de ejecutar la glorificación de su cuerpo. Se podría decir entonces que María, de manera plena pero incompleta, prefigura nuestra resurrección?

En fin, hago estas preguntas porque no soy teólogo y por lo mismo, no poseo las herramientas filosóficas y metodológicas para conducirme por una reflexión intachable, pero bien, en estos temas me hace reflexionar la Inmaculada, sobre todo por algo que me dijo mi querida amiga Susan: "Piensa en cómo lo habría hecho María".
 Vaya, por Dios! Y es que, cómo podría siquiera imaginarlo?! Cómo sería vivir sin mancha alguna, plenamente insertada en la vida divina? Inconcebible, ¡maravilloso!.

Pero bien, intentémoslo. Si María prefiguraba nuestra resurrección quiere decir que poseía la virtud en estado de perfección, que los dones [1] del Espíritu daban incesamente frutos [2] de tal manera que en Ella se generaban constantemente la caridad, el gozo, la paz, la paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad perfectas.

María, por tanto, yacía en la realidad en un estado de absoluta e incondicional confianza en Dios (que era el eco de la absoluta y total confianza de Dios en ella) estado que ordenaba todos los demás aspectos de su humanidad.

Ahora bien, si por más cercano que se pudiera estar de un estado así se está incapacitado de hacerlo por el pecado, cómo es que podría colocarme en la mente y el corazón de la Madre para saber cómo ella procedería?

María insiste tanto en la oración, insiste tanto en la Comunión de los Santos. Será que es de la oración, ese sumergirse dentro de uno mismo para encontrarse con Cristo, que recibimos lo necesario para yacer en ese estado de absoluta e incondicional confianza? Me parece que si, por algo lo dice María y lo han dicho los Santos.

¡Qué gracioso! Ya se cuál sería su primer paso: orar. Así procedería María, Ella se retiraría a orar.

¿No les digo? ¡Si todos los días descubro el agua tibia!
¡Bendito Dios!


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[1] Catecismo 1831 Los siete dones del Espíritu Santo son sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David (cf Is 11, 1-2). Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas
[2]Catecismo 1832 Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: ‘caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad’ (Ga 5,22-23, vg.).

9 de diciembre de 2009

¿Hipócrita, yo?

El encuentra mi mirada entre la multitud y sin retirarla dice: -Dense las manos en el Padrenuestro, háganlo para probar que no son hipócritas.

Por supuesto que no obedecí, faltaba más. -Yo se de quién aprendí teología de la Liturgia, o es que acaso pretende colocarse por sobre el Magisterio?, pensé.

No tienen idea de la mirada que me lanzó -y le sostuve- cuando comprobó que no moví un dedo.

Espeluznante, no?

***
Recuerdo todavía nuestra primera reunión luego de que le fue entregada la parroquia.

Estaba yo con mi portafolio sobre el escritorio narrándole la situación de las diversas tareas que me habían sido encomendadas por el párroco anterior y que obviamente, realizaba concienzuda y alegremente (soy obsesiva así que pueden imaginarse lo escrupulosa que puedo ser) y sin haber abierto antes la boca, sin más, golpeó con su puño el escritorio y dijo:- Yo se cómo es la gente como usted. Se creen que porque estudian teología se las saben todas. Déjeme decirle que usted no me va a venir a decir a mi cómo hacer las cosas.

Más terrorífico? (Se podrá?)

***
Cuánto extraño a mis anteriores párrocos, en verdad los extraño.

***
En una ocasión no pude hallar a mi confesor y como urgía recibir el sacramento de la Reconciliación recurrí a él. Utilizó cerca del 90% del tiempo de mi confesión para recriminarme un asunto sobre el que me habían mal informado un año atrás y acerca del cual ni siquiera se molestó en preguntar mi versión de lo acaecido.

- Padre, se da cuenta que usted pasó un año resentido conmigo y que pudo habérselo evitado si se hubiera tomado la molestia de preguntarme?. Le dije al final.

Más desalentador o así está bien?

***
Cuando recién llegó a la comunidad estaba programada la primera visita pastoral del Arzobispo. De la Curia le hicieron llegar un enorme cuestionario que él debía completar coordinando entrevistas con diversidad de grupos y personas. Adivinen a quién le pidió que lo completara? Pues si, a la estudiante de teología.

No podía negarme, no porque fuera el sacerdote, sino porque quería aprender. Así lo hice, lo completé y al cabo de un mes, yo misma lo entregué, original y dos copias en la oficina del Arzobispo.

***
Luego de haberme ido relevando de mis labores pastorales poco a poco y de otras, retirado por mi propia voluntad hasta quedarme sin ninguna de ellas, en la Vigilia Pascual de este año, tuve la "espectacular" idea de acercármele para –en un gesto de reconciliación- agradecerle su servicio a la parroquia, porque, de verdad, no soy de los que tiran la piedra y esconden la mano, ni tampoco de los que solo ven defectos, nunca ha sido para mi dificultad reconocer en otros sus talentos y cuando lo expreso, soy completamente sincera y además no me reservo nada.

Pues qué dijo?
Dijo: - Gracias. Así, nada más. Más tarde me sorprendería agregando algo más.

Cuando estábamos en la homilía, en la ho-mi-lía de mi amadísima y Solemnísima Vigilia Pascual se refirió a mis palabras de gratitud y las rebatió como si de una ofensa se hubiese tratado.

No se les hace un nudo en el estómago?

Pues a mi si, de tal manera que con nudo en el estómago, decepcionada, utilizada, agredida y traicionada, me dije:- ¡Suficiente!. Obviamente para mi fue suficiente, más no para él.

El domingo 29 de noviembre era el 50º aniversario de mi natalicio, me preparé y fui temprano para “pagar” la misa con tiempo y ofrecerla en acción de gracias por este acontecimiento tan feliz. Cuando llegué, la sacristana me dijo:- Mijita, hágame el favor de escribirlo en la hoja usted misma y además escríbame la presentación de esta niña. Así lo hice y por lo que pude ver, solo había tres intenciones para esa misa: un difunto, un bebé y mi cumpleaños. Adivinen cuál de las intenciones no leyó?

Efectivamente, la mía. No le dio la gana leer mi intención, escrita de mi puño y letra y así se dio el gusto de privarme de que los demás se enteraran de mi cumpleaños. Me privó de que mis hermanos se alegraran en Cristo conmigo y por mí.

Mayores miserias hay en el mundo, lo se, pero algo así, qué necesidad había?

***
Retrocedamos un momento en el tiempo.

Desde Semana Santa me había puesto tras especialistas en Sagrada Liturgia y había hecho personalmente varias consultas a sacerdotes y seminaristas para confirmar con ellos si algunas de las cosas que hace este sacerdote eran o no abusos en la Liturgia y obviamente lo son, como por ejemplo, remover el altar hacia el sagrario, cubrirlos con cortinas y celebrar una obra de teatro en el presbiterio.

No se horroricen, conmigo basta.

Como confirmaron lo que ya sabía, paso seguido y asistida por Catholic.net, redacté una denuncia que a la fecha no he enviado, no solo porque no ha sido fácil para mi admitir que existen sacerdotes así sino porque tampoco ha sido fácil perdonarle, ni fácil anteponer la caridad a mi soberbia.

Pero bien, anoche, en la Misa de la Inmaculada Concepción, y como también celebraba años de ordenación sacerdotal y no pudo evitar decir un par de herejías dentro de la homilía, como por ejemplo que “María realiza la obra de salvación”, y también, como tras la Consagración puso a la Asamblea a cantar un canto donde primero aplauden, luego levantan los brazos, luego se agachan y luego saltan y extienden en cruz los brazos, y como además nos pidió darnos las manos en el Padrenuestro así como cada uno de los usuales abusos que ya todos conocemos, me dije: -Crucita (así me decía mamá). Creo que ya va siendo hora de que mandés esa carta.

Y así será. Original y dos copias con firma de recibido a la oficina del Arzobispo, una de las copias via fax a la Congregación para el Culto Divino y de los Sacramentos y la última para él, para ver si –finalmente- se entera que hipócrita no soy.

***
Las ironías no son más que el último desahogo que me permito antes de emprender el solitario camino de hallarme anatemizada por mi párroco (y hasta por el Arzobispo, quizá)  enjuiciada por mis hermanos como la solterona amargada a la que no le gustan las misas con charanga. Pero bien, no es nada grave, a la soledad entre los míos estoy acostumbrada.

***
¡Madre mía, y solo falta que en ninguna de estas instancias me presten atención!

***
Jaja, mejor me detengo, esto ya parece una película de terror.

Un abrazo y gracias por la atención.



Oficina parroquial

Luego de publicar esta entrada llegué a preguntarme de qué sirve comentar todo esto con ustedes (porque edificante no es, por supuesto que no), pero es que, sinceramente me digo: Cuántos laicos comprometidos habemos hoy día en el mundo que pasan estas y cosas peores y no toman la decisión de enfrentar la realidad? Habemos muchos, lo se, los conozco. Les servirá mi experiencia para tomar iniciativa? Pues espero que si, solo por eso valdría la pena exponerme de esta manera.

8 de diciembre de 2009

Inmaculada Concepción de María



San Pedro Crisólogo: "...la Virgen se ha convertido verdaderamente en madre de los vivientes mediante la gracia, Ella que era madre de quienes por naturaleza estaban destinados a la muerte". (Sermón 140, 4; PL 52, 557B-557B).

El sacerdote Sedulio: "Una sola ha sido la mujer por la que se abrió la puerta a la muerte y una sola es también la mujer a través de la cual vuelve la vida". (Himno 1, 5-8; CSEL 10, 153; PL 19, 753).

San Venancio Fortunato: "Oh excelente belleza, oh mujer que eres la imagen de la salvación, potente por causa del fruto de tu parto y que gustas por tu virginidad, por tu medio la salvación del mundo se ha dignodo nacer y restaurar el género humano que la soberbia Eva ha traído al mundo". (In Laudem Sanctae Mariae; PL 88, 276-284).

San Fulgencio di Ruspe: "...la bondad divina ha realizado este plan para redimir al género humano: por medio de un hombre, nacido de una sola mujer, a los hombres les ha sido restituida la vida". (La fe, al diácono Pedro, 18; CCL 91, 716-752; PL 65, 675-700).

San Cirilo de Jerusalén: "Por medio de la Virgen Eva entró la muerte; era necesario que por medio de una virgen, es decir, de la Virgen, viniera la vida...". (Catequesis, XII, 15; PG 33, 741).

Pseudo-Gregorio Niceno: "...de la Virgen Santa ha florecido el árbol de la vida y de la gracia... De hecho, la Virgen Santa se ha hecho manantial de vida para nosotros... En María solamente, inmaculada y siempre virgen, floreció para nosotros el retono de la vida, ya que sóla ella fue tan pura en el cuerpo y en el alma, que con mente serena respondió al ángel...". (Homilia sobre la Anunciación; La Piana, 548-563).

San Romano, el Melode: "Joaquín y Ana fueron liberados de la verguenza de la esterilidad y Adán y Eva de la corrupción de la muerte, oh Inmaculada, por tu natividad. Esta festeja hoy tu pueblo, rescatado de la esclavitud de los pecados, clamando a ti: 'La estéril da a luz a la Madre de Dios, madre de nuestra vida'". (Himno de la Natividad de Maria; Maas-Trypanis I, 276-280)

San Proclo de Constantinopla: "Ha sido sanada Eva... Por eso le decimos: "Bendita tú entre las mujeres" (Lc 1,42), la sola que has curado el dolor de Eva, la sola que enjugaste las lágrimas de la atribulada...". (Homilía V sobre la Madre de Dios; PG 65, 715-727)

***
Fuente: ACIprensa

***
Y para terminar, el texto del Cardenal Newman que ha subido La Buhardilla de Jerónimo, está magnífico, échenle un vistazo.

7 de diciembre de 2009

Diversas formas del ejercicio del Magisterio

Uno de los asuntos en los que he hallado mayor desconocimiento entre los católicos y más aún entre aquellos cristianos y ateos que nos critican, es lo concerniente a la Infalibilidad papal, por tal motivo, me he dejado llegar hoy hasta aquí para ofrecerles este esquema que nos entregó en el curso de Eclesiología el Pbro. Peytrequin y que para mi fue esclarecedor.

Si llega uno a tomarse el tiempo de analizarlo y comprenderlo le queda clarísimo lo concerniente a las diferentes formas del ejercicio del Magisterio (ordinario y extraordinario) así como lo referente a la Infalibilidad papal, en qué modalidad de Magisterio se aplica y bajo qué condiciones.

Me ha sido sumamente útil para explicar nuestra fe a católicos, ateos y otros cristianos, espero que ustedes obtengan de él lo que me ofreció: claridad.



5 de diciembre de 2009

Nuestra incredulidad

“En gran medida, el afán de presentar excusas
es producto de nuestra incredulidad:
pensamos que Dios no nos acogerá
sin un argumento en favor nuestro;
 pero en esas condiciones no existe perdón”.
C.S. Lewis


Necesidad de aprobación, aprobación, aprobación… o amor absoluto e incondicional, en último caso, es a lo que parece reducirse el conflicto del ser humano consigo mismo. Conflicto que si no se resuelve, redunda en verdaderas catástrofes en las relaciones humanas.

Ayer escuché a una psicóloga decir, refiriéndose a un caso de un paciente que se queja de su jefe autoritario y poco asertivo: “La aprobación que necesitamos hemos de adquirirla de nosotros mismos”, y yo digo: “Si, está bien, pero por sobre nuestra aprobación, el corazón del hombre busca y anhela una aprobación mayor y es ésta, el perdón de Dios”. Perdón que se realiza al cancelar la deuda sobre lo imperdonable, pero también sobre lo inexcusable.

No hace falta excusarnos ante Dios, ante nosotros mismos ni ante los demás, porque no necesitamos ser disculpados, sino perdonados.

Caer en la cuenta de que el perdón de Dios está disponible y que no necesitamos excusas para alcanzarlo, es en lo que radica la condición para obtenerlo.

Dios acoge y perdona absoluta e incondicionalmente tanto lo imperdonable como lo inexcusable, pero, le creemos? Pues deberíamos, ya que en creerle, nos jugamos el conocer de qué forma absoluta e incondicional nos ama.

¡Ahí está toda la aprobación que necesitamos!

***
Oración
Señor, permite que en esta vida,
consiga presentarme ante ti y mirarte de frente
sin la pusilanimidad del incrédulo que duda de tu Misericordia.
Amén


***
Para variar, la Buhardilla de Jerónimo, se presentó en mi camino esta mañana
con el artículo de C.S Lewis que dio origen a esta pequeña reflexión. Lo recomiendo.

4 de diciembre de 2009

Cuando el Papa se cambia de ropa

¡Oh!, cuánto me aflige leer tanta tontería en la web acerca de lo que utiliza o no utiliza el Santo Padre en las celebraciones litúrgicas, quizá, si anduviera de civil por las calles de Roma, estaríamos descubriendo simbolismos ocultos sobre el color, el corte y el estilo del Prada, Gucci o Klein con el cual eligiera vestirse. Vaya, pero si seremos! Y no solo eso, es el pretender revestir de seriedad un análisis mal fundamentado. Mala la hora en que algunas personas tienen acceso a Internet.

Algo de lo que la mayoría no se percata es que el Santo Padre, a su manera de buen pedagogo, continuamente, mediante pequeños detalles, frases aquí y allá, homilías, gestos, mitras, báculos o lo que sea, no solo nos entrega signos de un enorme valor estético, sino además, elocuentes elementos del cristianismo de toda época, por tanto, hemos de aprender a leer entrelíneas que todos estos objetos, palabras y gestos buscan enriquecernos no solo intelectual sino espiritualmente, elevarnos sobre nuestra condición (de ignorantes) y ayudarnos a ser mejores cristianos y seres humanos, tal cual un buen padre lo haría, un buen pastor y según lo haría Cristo.

Esta dimensión del aspecto litúrgico-pedagógico del Santo Padre es para tenerlo en cuenta y no olvidarlo, también es importante darlo a conocer, pero con seriedad y fundamento, como lo hace la Buhardilla de Jerónimo en su magnífica entrega sobre el nuevo báculo papal del cual les adjunto un fragmento:

En la parte delantera del nuevo báculo de Benedicto XVI están representados, al centro, el cordero pascual, y a los costados, los símbolos de los cuatro evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El motivo de la red reproducido en los brazos de la cruz recuerda la de Pedro, el pescador de Galilea. En el reverso, están grabados: al centro, el monograma de Cristo – formado por las primeras dos letras de la palabra Christòs en griego, la X y la P entrelazadas juntas –, y en las cuatro extremidades, los rostros de los padres de la Iglesia de Occidente y de Oriente: Agustín y Ambrosio, Atanasio y Juan Crisóstomo. “El cordero y el monograma de Cristo puestos al centro [ ] reflejan la unidad del misterio pascual: cruz y resurrección”.

A aquellos que se escandalicen de su indumentaria habría que ayudarles a comprender que el Santo Padre, sobre todo éste, nuestro amadísimo Santo Padre, no se cambia la mitra o el báculo como nosotros nos cambiamos la cartera o el traje.

PD. Además, considerar -por lo que más quieran- que el más pequeño de sus "asesores en moda", está infinitamente mejor capacitado que el más grande de los asesores de la moda internacional.

3 de diciembre de 2009

Y, ¡yo solo miro al Papa! porque se que juntos miramos a Cristo

¡Vaya cosas! ¡Lo que es el estrabismo eclesial!

Les ha de haber sucedido como a mi que, si con un ojo miro al Presbítero se vuelve borrosa la imagen del Papa y que si miro al Papa se sale de foco la imagen del Presbítero o la del Obispo, no es cierto? Por eso “¡yo miro solo al Papa!”

Me he prendido de lo que ha dicho recientemente Monseñor Giovanni d´Ecorle [1], Obispo auxiliar de L´Aquila para introducirme en esto que espero sea una especie de declaración acerca de por qué miro solo al Papa.

Las razones son obvias, es decir, al Papa se le ha de mirar siempre, pero -como en nuestros tiempos- si uno lo mira se arriesga a regañinas de Obispos y presbíteros, pues que entonces, vale la pena y es oportuno expresarse al respecto.

Conversaciones que he tenido personalmente, tanto como vía Internet, con varios sacerdotes, seminaristas, así como con asistentes en asuntos litúrgicos de la Curia Metropolitana y de la Conferencia Episcopal me llevaron a tomar la decisión de mirar solo al Papa. Y lo miro por las siguientes razones:

Miro al Papa, porque entiendo que las razones pastorales para dar la comunión de pie y en la mano en lugar de rodillas y en la boca no han de estar sobre razones teológico-doctrinales. Lo teológico-doctrinal, para aquellos que no lo saben, no lo recuerdan o prefieren ignorarlo, son fundamento de lo pastoral.

Lo miro al papa, porque también se que ofrecer la Sagrada Comunión de pie y en la mano fue un indulto a las Conferencias Episcopales que lo solicitaron hace mucho tiempo, las cuales –inaudito- resultaron ser la mayoría.

Conservo la mira fija en él, porque también se que nunca fue abolida la misa en la forma extraordinaria, por lo que, si no escucho al párroco y al Obispo mencionarlo aún cuando el Papa y algunos Obispos llaman nuestra atención sobre el tema, mi conciencia me obliga mirar al Papa.

Miro al Papa porque el Papa ha venido expresando claramente desde hace muchos años que el sentido de Misterio se ha perdido y lo miro, porque se que teólogos -entre los cuales incluyo a Vicarios y Secretarios de Liturgia-, hacen nada o muy poco por llamar la atención de sus Obispos sobre el tema. Y mi mirada continuará fija en él, mientras la mirada del Obispo mire para otro lado.

Lo miro porque entiendo que no existe una Iglesia pre y post conciliar, sino la única Iglesia, santa, católica y apostólica que en el continuum del tiempo y del espacio hace presente a Cristo en el mundo y particularmente en la Liturgia.

Mírole también porque, por cosas de la vida,  no soy teólogo y soy, por gracia de Dios, de la gente sencilla que como María Magdalena, la samaritana, Zaqueo, Pedro o Juan, se han encontrado cara a cara con el Misterio.

Y se que esto ha sido así porque la acción de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo es experiencia de vida cada día y cada instante, porque el Misterio da sustento e ilumina todo lo que pienso y hago, porque se que su vida es mi vida y la mía suya.

Miro al Papa porque Cristo es novedad para mi, porque es mi Dios, mi hermano y compañero de ruta, cuya vida, muerte y resurrección iluminan cada despertar, porque es Dios hecho hombre en cuyo pecho encuentro consuelo, de cuyas manos recibo la gracia de los Sacramentos, de nuestras pláticas una amistad creciente y sobre cuyo regazo descanso del peso de mis debilidades, cada día y a cada instante.

Y lo miro al Papa, porque el cristianismo es la religión de los necios, y soy –a mucha honra- una de ellos; lo miro porque como a Juan, no me importa que me llamen necia, loca, fanática; lo miro porque como Pablo, se que he vivido en la ignorancia; lo miro como María porque se que a los pies de la Cruz, junto a su Hijo y en El, ella y yo, nos donamos a diario por la Redención del mundo.

Lo miro, porque todo esto me conmueve a tal punto que por eso me he puesto a caminar tras el Dios Encarnado como discípulo suyo, fiel y convencido.

Lo hago, porque, a diferencia de los doctos, se que existe, tal y como ha dicho el Papa “otro modo de usar la razón, de ser sabios, que es el del hombre que reconoce quién es; reconoce la propia medida y la grandeza de Dios…” [2]

Y se me va la vida en mirarlo, porque precisamente, no ha sido para mi fácil el camino de la humildad, a la que ¡Bendito Dios! le he venido tomando el gusto; le seguiré mirando, porque he comprobado que, solo “abriéndose en la humildad a la novedad del actuar de Dios…“ [3] nos salvamos de mirar Cristo como mero hombre y a nosotros como tristes y desentendidos burócratas a su servicio.

Miro al Papa, porque se que en él también miro a Cristo, como lo mira arrobado cada sacerdote que pone entornados ojicos de amor durante la consagración; lo miro “de este modo, precisamente [porque se que] aceptando la propia pequeñez, haciéndose pequeño como [se es] realmente, [se] llega a la verdad “ [4].

Mi mirada está fija en él porque “de este modo, también la razón puede expresar todas sus posibilidades, no se apaga, sino que se amplía, se hace más grande” [5] y se hace también más grande el alma y el cuerpo y los sentidos todos.

Lo miro, finalmente, porque se que el Papa mira a Jesús en la Eucaristía como lo miro yo y porque ambos tenemos fija nuestra mirada en Él, así como todos los que con él y sus Obispos celebran, por éstas y muchísimas otras razones, Misas Pontificiales en la forma extraordinaria, en la certeza de que –contrario a lo que muchos piensan- no se está perdiendo nada, y si ganándolo Todo.

***

Lo miro además por una razón muy personal, porque la Misa Extrordinaria (que nunca he presenciado, ni aún solicitado pero a la que espero alguna vez asistir) expresa con su belleza todo lo que en una misa no-extraordinaria sucede en mi interior.


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[1]“Es necesario mirar a la Iglesia con ambos ojos, como he dicho en televisión. Un ojo sobre el Papa; el otro sobre el obispo y el párroco. Si el obispo y el párroco dicen lo mismo que el Papa, existe la unidad. La falta de unidad hace mucho daño a la Iglesia. Si el obispo no dice lo mismo que el Papa, me viene el estrabismo. ¡Y entonces yo miro sólo al Papa!”
[2] Homilía del Papa Benedicto XVI en la Santa Misa con los miembros de la Comisión Teológica Internacional, Capilla Paulina, martes 1º de diciembre de 2009
[3] Ibid
[4] Ibid
[5] Ibid

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