29 de septiembre de 2010

Gratitud

Lo se. Demasiado bien lo se. En demasiadísimas ocasiones últimamente las noticias, los problemas, las “precisas” del trabajo, las pequeñas discusiones, qué se yo, tantas cosas me hacen olvidar dar las gracias.

Les confieso, me gusta que el clima esté como está, nublado, gris, silencioso, misterioso, como dice mi amiga Natalia que por haber nacido y vivido en un lugar muy cercano a la costa esto de la bruma y el frío le resulta “misterioso”.

Me gusta que esté así el clima porque llama a introspección y hoy, un pequeñísimo detalle que pude apreciar en el camino a casa cuando regresaba de la tiendita donde andaba trayendo alguna cosa me metió de lleno dentro de mi misma y me encantó. Buena falta me hacía, me doy cuenta.

Tras el detalle recordé varias cosas y también recordé un pasaje hermosísimo de don Gius que leí, no se si ayer, dice así:

“Lo que caracteriza a una persona que ama el destino de las cosas, es decir, un alma libre que vive la dimensión de las libertad, es una característica humanísima que se encuentra en los sencillos de corazón, que se encuentra muy a menudo en los pobres, y cuando se encuentra en un rico o en un hombre inteligente y culto es realmente un milagro: la gratitud… ¡La gratitud! Un matiz de gratitud, como una orla de gratitud, un relieve de gratitud, un matiz de gratitud en cada acto que se lleva a cabo, en todo lo que hace… Esto es lo más bello que se puede ver en el rostro y en la actitud de una persona. Se me ha quedado grabado lo que un frailecillo cantaba en una obra de teatro un tanto miserable que se representó en el seminario: “Dios ve más la bondad que el rostro”. Al hombre le pasa lo mismo. El hombre ve más la bondad que el rostro, porque es más real, es más consecuente y tangible; la bondad es más imponente que la cuadratura sólida o tenue de la façade, de la fachada”. Luigi Giussani, ¿Se puede vivir así?, Ediciones Encuentro

Pues les decía que de camino de vuelta a casa noté un detalle, la bondad de ese detalle me hizo recordar otros detalles y todos ellos me hicieron sentir agradecida, lo que me llevó a recordar este texto y a despertarme las ganas de venir a compartirlo con ustedes.

Ese pequeño detalle consiste en que, en medio de la bruma y de la llovizna persistente, vi venir hacia mí a Marta y a Melissa que, con su ropa deportiva y una sombrilla, mostraban indicios de que regresaban de su caminata diaria por los alrededores.

Estas dos mujeres son madre e hija, la madre como de cincuenta años y la hija podrá tener unas veintitrés. Verlas tan dedicadas a lo suyo, ejercitándose juntas como grandes amigas, tan valientes para caminar debajo de la lluvia y en medio de la bruma, casi de noche y con el frío, me hizo sentir gratitud, una oleada de gratitud.

Fue entonces cuando recordé que la otra tarde vi a Yamileth con su hijo paseando en bicicleta y luego recordé a Ana con José Miguel que de continuo se los ve juntos. Recordé a Anaís con la catizumba de sobrinos cuando van al río, recordé a Jota D cuando la mamita arma esos fiestones en la casa con la excusa de celebrar cualquier cosa, recordé a José Daniel y a Héctor trabajando junto a su madre en el comedor de las fiestas patronales, me vino a la memoria Jorge con sus hijos trabajando en su pequeño restaurante, recordé a Guillermo que prácticamente adoptó al hijo de Francisco para que no anduviera “destorrentado” vagando por las calles y fue cuando entonces la oleada de gratitud se convirtió tsunami, definitivamente, un tsunami.

En cuántos poblados del mundo con menos de 3.500 habitantes habrá tantos padres de familia que hacen cosas junto a sus hijos adolescentes o adultos? Cuántos? No me parece que deba de haber muchos, no creen? De ahí la gratitud en modalidad tsunami. Lo ven?

Y eso que me detengo aquí con la lista de familias que hacen cosas juntas porque, perfectamente, podría haber nombrado a bastantes más.

Dice don Gius que la gratitud “es lo más bello que se puede ver en el rostro y en la actitud de una persona” y digo yo que si existe un rostro agradecido es porque ese rostro primero tuvo que alegrarse en la gratuidad del don de Dios.

Oh, Señor, ten piedad y misericordia de nosotros y ¡danos un corazón agradecido!

Bendito sea el Señor en su generosidad.

¡Deo omnis gloria!



28 de septiembre de 2010

Como la mayoría

El otro día pasé un muy mal rato dentro de una situación que hasta cierto punto provoqué. El suceso giró en torno a la invitación que hizo una joven prima en facebook a una marcha para pedir una ley para el aborto terapéutico. Estuvimos discutiendo sin salir de tono sin embargo, hizo su aparición mi hermano y éste no tuvo reparo en decir lo que pensaba.

Yo no me habría dado cuenta que mi hermano le había respondido de no ser porque el mismo me llamó por teléfono para que revisara lo que le había dejado dicho a la prima ya que, una vez publicado, recapacitó y le pareció excesivamente fuerte lo que dijo.

Cuando terminé con la lectura del comentario de mi hermano, no supe si gritar o llorar. Estaba devastada, pasé todo el día literalmente enferma, sumamente triste, tristísima.

El grado de violencia en las palabras de mi hermano era espeluznante, verdad lo que dijo, pero de una violencia espeluznante. La prima y una de sus hermanas lo sintieron igual y le llamaron “inhumano”, afirmación que yo no podía negar, si la negaba tendría que haber negado a mi razón. Dicho sea de paso, saben cuánto puede doler escuchar que digan eso de mi hermano, pensarlo yo misma, siquiera?.

Pues bien, así de triste como estaba, me aparté del Internet y guardé silencio. Cuando al fin me repuse, llegué a la conclusión de que yo no he sido mejor que mi hermano y que, si los católicos no convencemos no es por falta de argumentos sino porque, para presentarlos, nos hemos permitido utilizar un lenguaje excesivamente violento.

Yo toqué fondo ese día. Me dije que nunca más quería volverme a sentir igual, nunca. Claro, eso lo he dicho muchas veces y no lo he cumplido, pero esta vez fue diferente.

Fue diferente ya que era tal la angustia por el espanto de la violencia que miraba dentro de mi que no podía ni tenía a nadie más a quien mirar si no a Jesús.

Jesús vivió en una época aún más adversa que la nuestra; tenía por un lado a los paganos y por el otro a los fariseos, unos y otros defendiendo con violencia lo suyo, sin embargo, Jesús no necesitó ser violento, siempre dijo lo que tenía que decir con humildad, claridad y convicción pero sin violencia.

Saben? Cuando el himno dice: “Siendo Dios, se anonadó a si mismo haciéndose uno de nosotros…”, cuando dice esto el himno, pienso en la multitud de veces en que he preferido defender mi orgullo herido antes que anonadarme y fueron muchas, demasiadas veces. Claro, entonces me pregunto: “¿Quién soy? ¿Qué estoy haciendo?”

Soy, se supone, “luz del mundo y sal de la tierra” pero también soy violenta. Soy violenta y prefiero ser esclava de mi orgullo, esclava de cuánto conozco sobre doctrina (que ni siquiera es mucho), esclava de cuánto creo saber interpretar al ser humano; en definitiva, me fio de mi misma antes que de Dios. Está claro, ¡si ni siquiera confío en el ejemplo de Jesús!; pero, ¿no es eso lo que hace todo el mundo?.

El encuentro de Juan y Andrés con el Señor los marcó definitivamente porque en El se encontraron con un ser humano diferente de la mayoría. Se me hace que, como católica, no he llegado a convencer porque sigo siendo como la mayoría.

La santidad a la que nos llama el Papa, digo yo, tendría que pasar por la humillación de reconocernos violentos para que en algún momento alguien en algún lugar, en vez de mirar el nuestro, mire el rostro de un ser humano excepcional, para que consigan mirar a través del mío el rostro de Jesús. Digo yo, y es que -si no-, pa’ qué?


27 de septiembre de 2010

¿Quién sería capaz de re-evangelizar a España?

Cada vez que escucho hablar de re-evangelizar a Europa y particularmente a España, pienso en quiénes y cómo lograron la evangelización de América.

Pienso en las personas, en sacerdotes de órdenes religiosas por ejemplo, en lo que los movió para trasladarse hasta aquí más allá de un mandato real, en los obstáculos físicos, espirituales, intelectuales, linguísticos, etc. que hallaron, pienso en qué habrán dicho y hecho para que aquellos que, sin coersión de ningún tipo, se convirtieran al cristianismo. Porque de haberlos los hubo.

Y aunque no pensara en aquella circunstancia y en esas personas… lo mismo me pongo a pensar que cuando hoy en día el Papa habla de re-evangelizar a Europa y los mismos españoles expresan la necesidad de ser re-evangelizados, me pregunto, quién sería capaz de evangelizar a España y cómo lo lograría; es más, a quién escucharían los españoles y por qué?

Me gustaría escuchar sus ideas puntuales.

Gracias y feliz semana.

Nota: Si consigo algunas respuestas de mis lectores españoles podría ser que más tarde enumere las dificultades que yo, como probable evangelizadora, preveo encontraría.


24 de septiembre de 2010

¡Ha salido el Sol!

Jesús mío, querido Jesús, mi amado.

Te quiero mucho, lo sabes? Ahorita mismo, que es de madrugada y que, aunque dormí suficiente, no he dormido bien y me he levantado cansada, me pongo a pensar en ti y, no se si es el corazón o es el alma, pero algo en mi pecho se hace un colocho y me estruja el corazón. Mira nada más, estoy llorando.

Te quiero mucho y te necesito. ¡Te necesito tanto!.

Te necesito porque tengo miedo.

Me dan miedo tantas cosas que a veces no puedo ocultarlo. Seña de que tengo miedo es que se me saltan las tuercas, bien me conozco. El miedo es en mi un detonante y lo más desagradable y doloroso, es que cuando me percato, por puro miedo voy dejando tras de mi un chorro de cadáveres ensangrentados. Pobres hermanos míos, hijos tuyos Padre, a los que he dejado tirados y malheridos con mis palabras, mis impulsos, mi temor. Aquellos, aquellos mismos que tienen tu apariencia, en quienes no consigo ver tu rostro. Esos mismos. ¡Ay, Señor!.

Por eso se que te necesito.

Te necesito porque así como amo la belleza de este amor que me regalas en la creación, en tantos detalles de esta hermosa vida que me has dado, en la belleza que encuentro incluso en la adversidad, así quisiera amar a mis hermanos y no tener miedo del miedo que me provocan.

Me dan miedo tus hijos Padre, miedo mis hermanos, querido Jesús. Me da miedo estar expuesta a tantas formas en como pueden hacerme daño, hacer daño a otros o a sí mismos. Tanto, como el daño que con mi propio temor les provoco en innumerables ocasiones.

¡Cuánto necesitamos de Ti, Señor!. ¡Cuánto!. Lo nuestro es un abismo de necesidad infinita que solo Tú, únicamente Tú, puedes llenar. ¡Solo Tú!.

Tú, con tus hilitos de piola, cariñosa y consistentemente, has ido apoyándome en la tarea de poner orden en mi vida y en mis pensamientos; por eso es que, aunque llena de chuequeces -como mis plantitas de chile- puedo mantenerme erguida con la mirada fija en lo alto. Aspirando siempre a lo alto. A lo más alto. ¡Siempre!. Se que estoy bien ceñida por los hilitos de piola de tu amor, pero aún así, tengo miedo.

Un momento, pero, qué es lo que he dicho?. He dicho: “estoy ceñida por tu amor…”.

¡Estoy ceñida!.

Oye, Jesús mío, a lo largo de esta plática ha concluido la noche y la claridad se ha dejado ver tras la ventana, el jardín está lleno de bruma que no deja pasar la claridad, sin embargo, miro hacia adentro y allí, Señor, allí parece que ha salido el sol.

¡Ha salido el Sol!.


22 de septiembre de 2010

Yorleni Fabiana del Carmen

Me van a disculpar, los he hecho venir hasta aquí con el nombre que recién inventé y que utilicé como título para esta entrada; pero no se aflijan, a pesar de que fue truco barato para llamar su atención estoy segura que para cuando terminen de leer me habrán perdonado.

Esta entrada lleva ese nombre raro pero que sin embargo no está lejos de la realidad. Sabían ustedes que en mi país y por lo regular en Latinoamérica, a las niñas sus padres las nombran con nombres parecidos a ese?

Así es, nombres de telenovela, precisamente. Y ojalá fueran solo nombres de telenovela, también las nombran con nombres de marcas como Egerly que es una marca de shampoo o les ponen nombres de medicamentos, como por ejemplo, Dorixina.

No se rían, no estoy bromeando, como no estaré bromeando con la historia que les quiero contar, es sobre Yorleni, pero Yorleni a secas, sin ese chorro de nombres que le añadí después.

Pues bien, recordé a Yorleni hoy por un anuncio en el periódico sobre un concurso que convoca a madres adolescentes a hablar sobre sus embarazos. Al principio me emocioné porque Yorleni y su historia es muy especial, sin embargo, leyendo la intención de los promotores me desencanté, la razón por la cual lo hice -en este momento- no viene al caso.

Ok, me dije. Es muy probable que, conociendo a Yorleni y enterada de lo ocupada que está, no deseará ni podrá participar, eso -sin mencionar- que se bien que no considera la suya una historia maravillosa (aunque si lo es, ya lo verán).

Los padres de Yorleni: él es peón agrícola y la madre empleada doméstica, no son jóvenes y todavía trabajan para sacar adelante a los dos hermanos menores de Yorleni que aún están en la escuela y en el colegio.

A Yorleni la conozco desde niña ya que su papá fue jardinero en mi casa y la traía junto a Magali, Margarita y Lourdes, sus hermanas mayores, a jugar en el patio mientras él trabajaba. Así fue como la conocí y la vi crecer.

Cuando llegó a la adolescencia, entró a estudiar al Centro Juvenil Luis Amigó de los Terciarios Capuchinos que están a 100 metros de mi casa. Ellos reciben como alumnos externos e internos a jovencitos y jovencitas con diferentes grados de problemas de conducta y Yorleni era una de ellos. Ella entró a terminar el colegio y a aprender un oficio.

Cuando estaba en eso, a sus 17 años, quedó embarazada.

Fray Oscar y yo le ayudamos a que la recibieran en la Posada de Belén patrocinado por la Iglesia y al que ingresan madres adolescentes. Allí las cuidan durante su embarazo, parto y post-parto, además de que viven ahí y asisten a la escuela o al colegio. No abandonan el lugar hasta que cumplen con sus estudios y quedan preparadas para ser madres y adultos responsables.

Pues bien, Yorleni ingresó a este lugar magnífico y una semana después se fugó con su novio.

Vivió con el muchacho y su hija Kendra en un cuartito de 3x2 metros cuadrados durante aproximadamente cuatro años, hasta que se cansó.

Un buen día me dijo: -Ya dejé al papá de Kendra, con él no tengo futuro. Lástima, Totús (así me llaman en casa) que no me quedé en la Posada de Belén, ahora tendría mis estudios y Kendra hubiera vivido bajo mejores condiciones sus primeros años. Pero no importa, lo hecho, hecho está, voy a seguir estudiando y buscaré trabajo. Ya verás.

Trabajando en la Fábrica Nacional de Trofeos como asistente de contabilidad y estudiando por las noches, pagaba sus estudios y su otro cuartito al que se fue a vivir, su comida, los gastos de Kendra y a la señora que se la cuidaba.

Así pasaron los años que la perdí de vista, no han de haber sido muchos, tal vez dos o tres.

Otro buen día, me llamó por teléfono para contarme que su patrón la había inscrito en las Olimpidas de Contabilidad y que había ganado. En seguida le pregunté: -Y qué fue lo que ganaste? Ella respondió: -Una beca para estudiar Contaduría Pública en una universidad privada.

-¡Wow, y más que wow, en realidad, wow re-wow! Yorleni, cielo santo, pero en qué momento ha llegado usted tan lejos, mijita? Es una maravilla, melocotón!

Ella no habló mucho en realidad, solo agradeció en lo que nuestra familia participó para que hubiese podido avanzar en sus estudios y se despidió.

Por sus hermanas se que sigue estudiando y trabajando, que alquiló una casa y que además le paga a una de sus hermanas que está sin trabajo para que cuide de Kendra. Estoy esperando su próxima llamada que, lo más seguro, será para participarme de su graduación.

En mi país existen muchísimas madres adolescentes, mucho más de las que es razonable que existan, es claro que no estamos conduciendo bien a nuestra juventud, pero de ahí a llamar a estos embarazos un “problema de salud” existen, como un abismo infranqueable, kilómetros y kilómetros de argumentos.

Cuando escucho a tanta gente referirse de esa manera sobre los casos de estas niñas-mamá y cuando tengo a tantas de ellas ante mis narices y de las cuales constato que se conducen por la vida a la altura de las circunstancias, solo me pregunto: será que acaso consideran que es tan malo ser como Yorleni?

Que no me vengan con esas cosas, por favor. Desconfiar de esa forma del ser humano es, verdaderamente, un auténtico argumento de telenovela.

Nota: El título de la entrada lo edité ya que, considerándolo, no era -precisamente- un nombre de telenovela, éste si.

21 de septiembre de 2010

Los hilitos de piola con que a uno lo ciñe Dios

Saben? Desde que mantengo contacto con mis plantas de chile y mis lechugas como que ando algo sensible a los pequeños detalles gráciles de la vida pero también sensible a aquellos que prometen incertidumbre.

Y es que si, de la agricultura derivan grandes recompensas pero también muchísimos sobresaltos; por dar un ejemplo: un día hacemos una aplicación de un insecticida natural y –como ya sucedió- un par de semanas después las plantas pierden todas las hojas. Otro caso: si la conductividad del agua de riego no está dentro del rango 6 y 6.5 las plantas no absorben la nutrición adecuadamente, se enferman y hasta podrían morir.

Con esto deseo dar la idea que la agricultura es casi como un mundo paralelo en el incursiono a diario como a tientas, nunca un día es igual al otro y, sobre todo, nunca el trabajo es aburrido.

Hablando de trabajos aburridos, muchos considerarían que entutorar es uno de ellos, pero en absoluto lo es. Ayer lunes estuve entutorando todo el día.

Para aquellos que no saben lo que entutorar significa les adelanto que en el diccionario se encontrarán “tutorar” definido como la acción de poner tutores o rodrigones a la plantas; sin embargo, los tutores de mi chilar no los puse yo, los colocó don Víctor y son de “caña brava” enterrados a 40cm, a unos 3mts de distancia uno del otro y unidos entre si por una línea de cuerda en sentido horizontal.

Para hablar con claridad, lo que –específicamente- llamamos en mi tierra “entutorar” es tomar cada “hijo” (rama) ceñirla con hilo de piola mediante un nudo especial y colgarla de la línea horizontal.

Uno, entutorando, entra en un ritmo vital muy interesante, uno se siente útil ayudando a las plantas, además, el silencio en el invernadero es realmente reconfortante; bajo estas condiciones, el tiempo pasa volando.

Sucede que, entutorando en silencio, me da por pensar en Dios así como en lo interesante y hermosa que es esta vida.

Pienso a veces cosas un poco descabelladas, como lo que pensé ayer; claro, salvando todas las distancias: pensé que si mis plantitas de chile fueran seres racionales (jeje) para ellas yo sería como Dios. Por qué? Porque aunque no me ven estoy allí, me reconocen por mis manifestaciones y, sin atentar contra su libertad, les ofrezco sustento y dirección a sus ramas de tal manera que pueden crecer erguidas, fuertes, robustas, mirando a lo alto, siempre a lo más alto porque, entre a mayor altitud se extiendan, más y frutos de mayor tamaño estarán en capacidad de producir.

La actividad de entutorado exige sensibilidad; por ejemplo, uno debe observar tanto la posición del tallo y ayudarle a ponerse derecho como ayudar a las ramas a colocarse de tal forma que pueda cada una crecer en libertad.

A veces una rama crece gruesa, muy fuerte y rígida, no obstante, el peso de dos o tres chiles la doblega y cae. Otras veces, una ramita delgada, aparentemente débil pero flexible, cargando la misma cantidad de chiles consigue sostener todo el peso sin quebrarse.

Es hermosísimo hallar una planta cuyas ramas crecieron muy rápido y se enredaron unas entre las otras y entonces, con mucho cuidado, empezar a ordenarlas según la dirección natural a la que tienden. Una vez se consigue ordenar las cuatro o seis ramas de una plantita y unir cada una a la línea da gusto ver lo cómoda y segura que se ve.

Es tarea gratificante tomar con delicadeza las ramas tiernas que vienen con muchas flores y sujetarlas a la línea que le asegurará un seguro desenvolvimiento.

Total arrebato de alegría es comprobar que una planta que hace una semana más parecía un plato de espaguetti crece ahora apuntando hacia lo alto; que no solo supera la altura esperada si no que promete llegar más allá cargada de flores y frutos.

Uno, como agricultor, observa la vida y el crecimiento de las plantas, después de un tiempo casi podría llamarlas por su nombre. Uno las observa y observa la propia vida y además piensa en Dios y puede darse cuenta, si tiene la fortuna de contar con algunas “ramas” flexibles, lo bien que –como a la plantita- le sientan los hilitos de piola con que a uno lo ciñe Dios.

18 de septiembre de 2010

Minucias en las que repara una mujer

Como era de suponer, he tratado -dentro de las circunstancias- de no perder detalle de la visita del Santo Padre al Reino Unido.

Como solo soy una mujer católica mi inclinación ante estos eventos es más hacia aquellos detalles en los que la Bondad, la Verdad y la Belleza me hacen vibrar, llenándome de gratitud así como renovando mi fe y me esperanza.

Algunos de estos detalles los he conservado en imágenes que he capturado desde mi ordenador, otros únicamente los conservo en la memoria.

Una de las primeras imágenes que me llamaron fuertemente mi atención fue durante la Misa en BellaHouston Park durante la procesión de entrada.

Ahí estaban, por pasaje abierto dentro de la multitud y en larguísima doble fila, los sacerdotes encaminándose al presbiterio cuando una de las cámaras hizo una toma cercana de algunos de sus rostros; sinceramente, no esperaba lo que vi: rostros de sacerdotes estupefactos unos, conmovidos otros y casi todos con cara de “¡pero, qué es esta maravilla!” o de “¡yo, la verdad no me lo creo!".


No supe, por un momento, si reír o llorar, fue fascinante ver sus rostros por lo que transparentaban sus emociones y pensamientos. No me cabe la menor duda de que el clero que participó de esa celebración quedó especialmente “tocado” por la gracia. ¡Si se les veía en el rostro!

Detalles hermosos y delicados observé del Secretario personal del Papa, como por ejemplo, preocupado de que al saludar a los dignatarios en el aeropuerto al Papa no se le volara la capita con el viento. Se la estuvo sosteniendo decidamente a sus espaldas durante todo tiempo que duró la presentación. Más tarde también lo vi discretamente colocársela derecho en el evento junto a los escolares.

Algo parecido observé en Monseñor Guido Marini durante los minutos previos a la celebración en la Catedral de Westminster cuando conversaba con uno de sus colaboradores sobre la posición del crucifijo que se hallaba detrás del altar. Aparentemente el crucifijo estaba excesivamente alto ya que dos acólitos se dispusieron a colocarlo tal cual Mons. Marini lo solicitó. Subieron y bajaron el crucifijó hasta que quedó en el lugar correcto.


Como muchos sabrán, Mons. Marini es el encargado de las celebraciones litúrgicas del Santo Padre, por lo que con el detalle de la posición del crucifijo me quedó clara la cantidad de detalles que atiende en cada una de las celebraciones y el esmero que pone en ello. Esto de seguro es motivo para que el Santo Padre, que ama la Liturgia, coloque toda su confianza y gratitud en él.


Hablando de Westminster, un detalle que ni para el camarógrafo ni para mi pasó inadvertido durante las oraciones y cantos previos a la Santa Misa, fue el de la presencia de una señora entre los asistentes que mientras rezaba y cantaba se retiraba con frecuencia lágrimitas de sus ojos. ¡Y eso que ni siquiera el Santo Padre había llegado a la Catedral!

Esta es la señora de las lágrimas, conseguí capturarla en mi ordenador:


Les confieso algo, nunca he estado en una catedral gótica o románica de la magnificencia de las de la Abadía o Catedral de Westminster, pero les digo nada más, que ese día tendré que ir muy bien preparada psíquica y espiritualmente porque no serán solo lágrimas lo que se que -conociéndome- podría esperar. Me imagino que quedo en estado de shock por lo menos durante veinticuatro horas, y no es cuento, ya me ha pasado visitando lugares menos destacados y significativos para mi. En fin, que ya les contaré lo que suceda ese día…

Siguiendo con lo de los detalles, deseo destacar el de la sonrisa de uno de los últimos clérigos anglicanos que le fueron presentados por el ceremoniero al Santo Padre después de su visita a la Abadía de Westminster. El asunto fue así: al Papa le fue presentado un anciano clérigo, luego un par de monjas y de último este joven con quien el ceremoniero se detuvo más tiempo que con los anteriores, probablemente para explicarle al Santo Padre alguna información que podría interesarle sobre él. Durante la explicación del ceremoniero, el Santo Padre escuchaba y el joven asentía y para el instante en que el Papa se alejó de él el camarógrafo no tuvo reparos en prolongar un poco más la toma de tal forma que conseguí arrebatar su sonrisa con mi ordenador.


A esta imagen le llamé: Anglicano felíz tras saludar al Papa. Creo no haber fallado en la descripción.

Saben? Creo que alguna ventaja tiene ser solo una mujer católica latinoamericana presenciando desde su ordenador esta memorable visita del Papa al Reino Unido, alguna ventaja tiene no ser periodista, ni teólogo, ni intelectual, la ventaja de tener una mirada desentendida de asuntos “importantes” para poder fijarla en detalles “intrascendentes” como los que hoy les he traído.

¿Han visto ustedes las minucias en las que repara una mujer?

Esperen algunas más en los próximos días.

Feliz fin de semana.







15 de septiembre de 2010

¡Cielo santo, llega el Papa!

Ha sido tan emocionante, existen tantas expectativas como pocas veces he podido ver de otras visitas como sobre la visita del Papa al Reino Unido.

Una de las más sinceras expresiones que hallé en Twitter fue:

“hello lovely catholic friends so happy dont think i will be able to sleep xx”

Los comprendo, si fuera británica católica, me sentiría igual.

Estaba hoy tarde buscando información y meditaba en lo valioso que sería contar con variedad de enlaces relacionados para no perder detalle, cuando en eso hallé el blog The Hermeneutic of Continuity que los ofrecía.

El listado que hacen es el siguiente y si les resulta interesante diríjanse a su sitio por más detalles.

Diocese of Westminster diocese papal visit blog
The Pope deserves better from Britain
Catholic priests on joining the priesthood
James MacMillan on Faith and Music
Tatchell’s rant
Video of Prime Minister David Cameron offers Pope Benedict a very warm welcome to Britain
Por otra parte, en facebook, hallé el enlace a The Papal Visit

Y por Twitter estoy siguiendo entre otros a UKCatholics y a The Catholic Herald

Otro sitio que fue abierto hace meses y del cual ya hemos informado es Protect the Pope

Sin olvidar que ahí están los de Catholic Voices listos para dar la cara por Cristo y por la Iglesia en el Reino Unido.

Para terminar, no está de más iniciar este día orando por el Santo Padre en esta histórica visita.

Oremos pro Pontifice nostro Benedicto XVI

Dominus conservet eum, et vivificet eum,
et beatum faciat eum in terra,
et non tradat eum in animam inimicorum eius.
Amen

El Señor lo conserve y le de larga vida,
lo haga dicho en la tierra
y no lo entregue en manos de sus enemigos.
Amén


La más reciente adquisición es el enlace al sitio Pope Benedict XVI in the United Kingdom donde ofrecen webcast de las intervenciones y actividades del Santo Padre.

Corazones reventados

Yo no se, pero alguien que tenga corazón humano, cuando la realidad le presenta un joven dependiente de banco muy decente y con maneras de señorita, no puede menos que recibir ese impacto a manera de gracia y ternura; máxime si el dependiente le recibe con una enorme sonrisa, le atiende magníficamente como si fuera el único cliente del mundo y además lo despide con un “Dios la acompañe”.

Esa es la reacción de cualquier corazón humano, esa tendría que ser para que tenga derecho a alardear de tener corazón humano.

Más sin embargo, existen otras circunstancias –como en Europa- que los corazones humanos de gran parte de los católicos no liberales ha venido resintiendo desde hace años y que es el impacto de la realidad que recibe de, por ejemplo, usuarios del transporte público con pelucas color de arco-iris que entran al metro gritando, riéndose y desordenando sin que nadie ni nada les pueda decir ni pío a riesgo de recibir de ellos algunos improperios y si no se cuidan, hasta una demanda.

Cualquier corazón humano que reaccionó con gracia y ternura al primer caso, luego de tener que enfrentar durante años decenas y decenas y aún más gravísimos casos como el segundo, tiene que reventar, porque se trata –sencillamente- de un corazón humano.

Este caso de corazones reventados es el caso de muchos de los comentaristas y quizá de muchos otros que guardan silencio, según me dicen algunos en privado y según confirmo a diario en mis blogs. La realidad que para mi es apenas un asomo, para ellos y sus hijos es el panorama diario, un panorama rudo y desesperanzador.

Por lo mismo y porque tengo la “ligera” impresión que mi posición ante las personas homosexuales no ha quedado clara es que deseo aclararla ahora.

En primer lugar, estoy totalmente del lado del Evangelio, de la Tradición y del Magisterio.

Luego, cuando hablo acerca del tema de la homosexualidad lo hago como Latinoamericana dirigiéndose a sus coterráneos dentro de un contexto muy diferente al europeo que ha evitado que mi corazón, refiriéndome a él como el lugar donde la fe y la razón elaboran un juicio, esté tan reventado como reventado está el de quienes desde hace años viven bajo toda clase de imposiciones del activismo LGBT.

Por otro lado, estoy transcurriendo por un itinerario de fe al haber empezado a participar de la Escuela de Comunidad de la Fraternidad Comunión y Liberación fundada por el sacerdote italiano Luigi Giussani en el cual muchos de los prejuicios que me ofrecían sustento están siendo “enjuiciados”.

Hacer un juicio sobre uno mismo es muchísimo más difícil que lo que uno acostumbra hacer cuando trata de descolar a sus semejantes haciéndoles ver -con toda buena intención- su pecado; muchísimo más difícil y aún más descolocador, por esta razón es posible que con mis intervenciones alrededor del tema de la homosexualidad parezca que estoy dejando cuestiones abiertas, indefinidas. No es así.

El fundamento del Evangelio sigue ahí, la ortodoxia permanece incólume. Lo que observan cuando escribo es –sencillamente- mi Yo enfrentado al Tu de Dios.

Esto es lo que en CyL llamamos “trabajo” y que consiste en atender internamente a las provocaciones de la realidad para elaborar un juicio y que éste conduzca a Cristo y en El a permitirle a uno colocarse ante la propia circunstancia desde Su perspectiva antes que de la propia y así poder ofrecer a ésta una respuesta cristiana, creativa.

Esto “trabajo” es parte fundamental de lo que don Giussani llama El Método de la Fe.

Continuo siendo, por mi circunstancia, de los que sonríen y consideran tiernos a los jóvenes dependientes que hablan como señoritas pero eso no me impide valorar y considerar los corazones reventados que han debido enfrentar por largo tiempo (y tendrán que continuar haciéndolo) a los jóvenes escandalosos y agresivos de las pelucas color arco-iris.

Esta entrada sirva para aclararlo.

14 de septiembre de 2010

De onomásticos y hombres viejos

Hoy fue día de cosechar lechugas, también fue día de admitir que soy un verdadero fracaso moderando blogs…

Pero sobre todo eso, ha sido el día en que la liturgia celebra La Exaltación de la Santa Cruz y como este es el día en que he elegido celebrar mi onomástico ya que me llamo María de la Cruz y no puedo imaginar ningún otro día mejor, deseo confesar que hubo un tiempo en que odiaba mi nombre (creo que a muchos nos ha pasado).

De un tiempo para acá, a decir verdad hace ya bastante tiempo, sencillamente, amo mi nombre.

El que me llegara a gustar tuvo que ver con lo que pensé el día en que caí en la cuenta de lo que celebramos el día de la Virgen de los Dolores. Desde ese día me dije: “Seré María al pie de la Cruz, entregaré así mi vida. Seré María de la Cruz”.

Y no fue cuento.

Ahora soy María de la Cruz una mujer nueva que les trae en el día de la Exaltación de la Santa Cruz (que “extrañamente” coincide con el día de su onomástico) y para celebrarlo una canción que se llama Batalla del hombre viejo de Claudio Chieffo.



La tristezza che c’è in me,
l’amore che non c’è
hanno mille secoli
il dolore che ti dò,
la fede che non ho
hanno mille secoli.

Sono vecchio ormai,
sono vecchio, sì
questo Tu lo sai,
ma resti qui.

lo vorrei vedere Dio,
vorrei vedere Dio
ma non è possibile:
ha la faccia che tu hai,
il volto che tu hai
e per me è terribile.

Sono vecchio ormai,
sono vecchio, sì
questo Tu lo sai,
ma resti qui.

Ascoltami,
rimani ancora qui
ripeti ancora a me
la Tua parola
ripetimi quella parola che
un giorno hai detto a me
e che mi liberò.

lo vorrei vedere Dio,
vorrei vedere Dio
ma non è possibile:
ha la faccia che tu hai,
il volto che tu hai
e per me è terribile.

La paura che c’è in me,
l’amore che non c’è
hanno mille secoli
tutto il male che io so,
la fede che non ho
hanno mille secoli.

Sono vecchio ormai,
sono vecchio, sì
ma se Tu vorrai
mi salverai.

Ascoltami,
rimani ancora qui ripeti
ancora a me
la Tua parola
ripetimi quella parola che
un giorno hai detto a me
e che mi liberò

-oOo-

Resalto una estrofa porque ha sido con la que mi corazón ha tenido mayor correspondencia el día que la canté junto a mis amigos de CyL por primera vez en nuestros recientes ejercicios espirituales.

Quisiera ver a Dios,
quisiera ver a Dios,
más no es posible.
Tiene el rostro que tu tienes,
el rostro que tu tienes,
y eso…
para mi es terrible.


Si alguno que sepa italiano la quiere traducir para los demás le estaremos enormemente agradecidos.

11 de septiembre de 2010

"Estamos juntos: ¡Avancemos más! ¡Subamos esa montaña! ¡Vayamos más hacia el fondo!"

Anoche veía un documental en History Channel sobre el atentado terrorista contra el World Trade Center. Los productores advertían regularmente a los espectadores sobre el contenido perturbador de las escenas que estarían a punto de observar. Tuve estómago para mirarlo de principio a fin y, cabeza además, para reflexionar un poco sobre el asunto.

El primer recuerdo que tengo de ese día fue que estaba en casa todavía en pijamas hablando con mis hermanos en la cocina, en un momento dado les dije que iría a ver noticias para ver qué nueva tragedia nos traerían; por supuesto que aquello fue una ironía pero mal me sentó, porque cuando encendí el televisor las torres estaban humeando. Quedé petrificada y no me separé del televisor en todo el día.

Cuando anoche miraba los rostros de los newyorkinos mirando a lo alto de las torres, perplejos, no creyendo lo que miraban sus ojos, reviví estos recuerdos y sus sensaciones.

Fue entonces que me dije que si esas imágenes tienen el poder para revivir el estupor, hasta cierto punto la indignación, impotencia, temor y todo lo demás, que yo –en ese instante- debía hacer una esfuerzo por retomarlos y extraer de ellos lo necesario para humanizarme.

Porque, saben? La mayoría de nosotros y por lo regular, nos quedamos rumiando el sinsabor de acontecimientos pasados, rara vez los utilizamos para indagar en nuestro interior lo que sucede y es fundamental hacerlo para enriquecer nuestra humanidad de forma integral.

Pues bien, me di a la tarea y fue entonces cuando me hice las siguientes preguntas: Qué tiene en común la destrucción de las Torres Gemelas con la quema tan anunciada del Coran? Qué tiene en común este acto destructivo con otros actos destructivos que presenciamos a diario? Pienso en leyes abortistas y en las que desfiguran a la familia; pienso en todas esas veces en que, por ser católicos, nos agreden y en aquellas otras que, como católicos, agredimos bajo la excusa de defendernos, como si tuviéramos que defendernos ante la realidad.

La más rápida conclusión a la que llegué fue que todos estos sucesos tienen demasiado en común como para que, con la mirada de Cristo, no nos propongamos obtener de ellos aquello que nos humanice. Demasiado tienen en común para que elijamos hacernos los tontos.

“Si a un niño caprichoso le pones delante un vaso y le dices: -“¿Verdad que es un vaso? Carlino, di que es un vaso. ¿Es un vaso?”. “¡No!”. “¿No es un vaso?”. Dice que no porque es caprichoso. Esta es la postura que adoptan los hombres ante el significado de la vida…” [1]

“A ver, Carlino, ¿el atentado del WTC es una oportunidad para humanizarte?. “¡No!. Es oportunidad para la indignación, la rabia, y -de ser posible o atreverme- la venganza”. “¿No es oportunidad para humanizarte?”.

Esta es la postura que, muchos de nosotros (de primera yo), adoptamos al traer a nuestra memoria el atentado contra el WTC. Tomando esta actitud elegimos revolcarnos en el dolor antes que hacer uso de él para hallarle sentido. Esta es la postura que adoptamos frente a todo lo que nos sucede, nos rehusamos construir un bien con nuestra indignación, la rabia e impotencia que nos provoca la injusticia.

Así procedemos al enfrentar los desmanes de los ateos, de los homosexuales, las abortistas, de los medios de comunicación y de los legisladores cuando arremeten en contra de nuestros valores y así es que, para cuando reaccionamos, lo hacemos no desde nuestra humanidad cristificada sino –como todo los demás- desde nuestra humanidad acorralada en sus propias heridas; lo hacemos desde nuestra humanidad que no parece haber recibido la gracia de la redención, que parece olvidar que Cristo ha resucitado y que, por lo mismo, es contemporáneo nuestro.

Así procedemos por lo regular.

Cuando dentro del documental hablaron un par de señores norteamericanos clamando por venganza y aniquilación caí en la cuenta de cuánto me he permitido parecerme a ellos.

Entiéndaseme bien, lo mío no es una llamada a la transigencia sino a actuar en correspondencia con las más profundas exigencias de nuestro corazón.

Concluyo citando a don Gius de nuevo:

“Si, se puede construir el pequeño acto cotidiano, pero sin la osadía de reconocer [ ] una presencia amiga a quien poder decir: “Estamos juntos: ¡Avancemos más! ¡Subamos esta montaña! ¡Caminemos más hacia el fondo!” Y uno que no tiene certeza, y que por esto no construye nada, se queda allí tembloroso sobre sus dos piernas hasta que -temblando, temblando, temblando- cae en tierra y muere. Muere. ¡Hombre, os deseo que sea lo más tarde posible!, pero muere; y que sea tarde o temprano, no importa mucho” [2]
-oOo-

Notas

[1]L. Giussani, ¿Se puede vivir así?, un acercamiento extraño a la existencia cristiana, pág. 35
[2] Ibidem

9 de septiembre de 2010

Un país con 5000 luteranos

Un país como el mio donde contamos únicamente con 5000 luteranos recibirá la visita del arzobispo Anders Wejryd, de origen sueco.

La “novedad” que trae el arzobispo Wejryd es que oficiará misa para personas homosexuales en Costa Rica.

Da la impresión de que una vez la Sala IV declaró inconstitucional el referendum con el que se pretendía votáramos a favor o contra de la unión de personas del mismo sexo, los portillos quedaron abiertos de par en par.

(Cuántos de los 5000 luteranos serán homosexuales, me pregunto)

Qué es lo que creen que se mueve detrás de esta visita?

No creo que necesiten más dedos de frente de los que tengo, que pocos tengo, para darse una idea.

-oOo-

Por qué me sentiré tan mal informándoles de estas cosas, eh? Será que no termino de aceptar que esta es la realidad que, para conseguir hallarle sentido, me corresponde abrazar?

Ejercicio de humanidad

¿En algún otro lugar del planeta, además de Costa Rica, los adultos celebrarán el Día del Niño como si fuera su día?

Tendrían que verlos: unos días antes se organizan; en facebook, por ejemplo, han decidido cambiar la foto de su perfil por una de cuando eran niños; la han cambiado periodistas, curas, todo tipo de profesionales, amas de casa, ateos, católicos o evangélicos, ancianos, jóvenes y niños.

Se desean “feliz día” como si celebraran sus cumpleaños y para cumplir como Dios manda, salen de compras para llevar por la noche un cariñito a casa a sus pequeños (a los verdaderos niños).

Los observo echándose porras y motivándose para no dejar de buscar en lo cotidiano la alegría de vivir.

No me extrañaría que en las oficinas lo celebren con un queque (torta o pastel), fresco de sirope, papitas y alguna canción de Cri-Cri o de Topo Gigio; raro no sería que hasta intercambiaran regalos y que los que aún no tienen hijos o los mismos ya están grandes, salieran a bailar o de parranda por la noche.

¡Estos ticos! ¿Ya ven por cuál otra razón nos consideramos la gente más feliz del mundo?

Y yo, desde aquí, observándoles sin hacer juicio, ejercitando en lo posible mi humanidad; en todo caso, preguntándome seriamente qué será lo que me impide unirme a sus juegos y gozar de su alegría.

Ticos queridos, no los comprendo y en realidad (al menos en este caso) me parece que no hace falta, por lo mismo, deseo sinceramente que en este día encuentren más de una razón para ser felices.

Debo admitir finalmente una cosa: me parece que es necesario un corazón atento y generoso para cuidar de uno mismo y de sus amigos con la ternura con que ustedes lo hacen. Caigo en la cuenta que ese corazón es el suyo, de hecho que si.

8 de septiembre de 2010

Novena de oración y ayuno por la visita del Papa al Reino Unido

El Catholic Herald.co.uk anuncia que arranca en las parroquias del Reino Unido la Novena de oración y ayuno por el éxito de la visita del Santo Padre.

A esta iniciativa nos estamos sumando algunos latinoamericanos y españoles en facebook y a la cual invitamos a aquellos que nos lean por este medio.

La oración de preparación es como sigue:

Dios de amor y verdad, que tu Hijo Jesucristo,
sea luz para todo aquél que te busca con sincero corazón.

Y nosotros, que procuramos con la ayuda de la gracia
ser fieles en hechos y palabras,
seamos también reflejo de la admirable luz de Cristo
y testigos para el mundo del amor y de la esperanza.

Padre, oramos por el Papa Benedicto XVI
y miramos con gozo su próxima visita a nuestros países.
Sea él un testigo de unidad y esperanza
para todas las gentes según tu deseo.

Te lo pedimos en nombre de Jesucristo Nuestro Señor.
Amén

Señora Nuestra, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
San Andrés, ruega por nosotros.
San Jorge, ruega por nosotros.
San David, ruega por nosotros.

7 de septiembre de 2010

¿Cómo decide un español por quién votar?

Esta entrada la he publicado dirigida especialmente a los lectores españoles en InfoCatólica, si alguno de los lectores de Blogger desean conocer las reacciones (porque supongo que las habrá) diríjanse a la entrada original.

-oOo-

Por estas tierras siempre ha sido bastante fácil saber por quién votar para elecciones presidenciales. Esto es así o porque los políticos son tan ingenuos como los votantes o porque no existe de por medio suficiente dinero como para que la mentira haya usurpado definitivamente el lugar de la verdad; el caso es que todavía hoy es muy fácil saber por quién votar, tan fácil que por eso un buen porcentaje de ingenuos han votado por Evos y Chavez sin mayor dificultad.

Ahora bien, me parece que en España es muchísimo más difícil, lo digo porque con la noticia sobre Rajoy unos comentaristas lo tildan de hipócrita y otros le defienden, todos presentan suficientes argumentos como para que alguien como yo quede definitivamente confundido sin saber quién la dice o dónde está la verdad.

Sospecho que algo así le debe pasar a la gran masa de votantes españoles que no investigan y que se lanzan sin más a las urnas electorales a votar por aquél candidato de cuyas ideas se enteró por medio de los titulares en los periódicos.

En este sentido, no estaría mal que los católicos españoles, esos que han adquirido mejor criterio para votar se propongan ayudar a los demás en su proceso de discernimiento, porque a como veo la cosa para España, o dilucidan quién o dónde está la verdad que les haga salir del atolladero moral en el que se encuentran o siguen de mal en peor.

Me disculpo por entrometerme con toda mi ignorancia y candidez en estos asuntos pero, como les digo, para un lector católico latinoamericano como yo el panorama político español es muy confuso.

Por lo mismo, les pregunto: ¿Cómo decide cada uno de ustedes por quién votar?

Sus respuestas espero que echen luz sobre aquellos que todavía no tienen idea de cómo hacerlo.

Gracias.

5 de septiembre de 2010

Lo bueno de abrir de par en par todas las puertas

Lo bueno de regresar a casa luego de haber pasado tres días en mis primeros ejercicios espirituales con la Fraternidad Comunión y Liberación es haber abierto de par en par todas las puertas, pero también es bueno haber abierto la puerta de mi casa y hallar a mis mascotas ladrando y saltando de alegría, bajar las maletas y desempacar muerta de cansancio para -después de una siesta- quedar lista para echarle el cuerpo de nuevo a esta vida maravillosa.

¡Qué tres días tan intensos, “mare” mía!

La síntesis de estos tres días y que expuse ante mis amigos fue la siguiente:

He decidido dejar de poner objeciones a la realidad, le haré frente tal y como se presenta, no por ingenuidad ni estupidez (como de forma bella y generosa lo ha señalado el padre Miguel) porque se bien que la realidad no me ahorrará dificultades.

Me he determinado a hacerlo porque es imposible para mi -sin entrar a contrariar a la razón- negar en mi vida Su presencia.

Y, menos mal que tomé hoy temprano esta determinación ya que, mientras escribía estas líneas, mi padre quedó dormido en su silla mientras leía, cayó de cabeza y tuve que llamar a los paramédicos.

-oOo-

“…o caminas por la realidad abierto a ella de par en par, con los ojos asombrados de un niño, lealmente, llamando al pan, pan, y al vino, vino, y abrazas entonces toda su presencia [la presencia de la realidad tal como te viene dada] acogiendo también su sentido; o te pones ante la realidad en una actitud defensiva, con el brazo delante del rostro para evitar golpes desagradables o inesperados, llamando a la realidad ante el tribunal de tu parecer, y entonces sólo buscas y admites de ella lo que está en consonancia contigo, estás potencialmente lleno de objeciones contra ella, y demasiado resabiado como para aceptar sus evidencias [no lo que no está claro, sino las evidencias] y sugerencias más gratuitas y sorprendentes [cuando vemos que sucede en nosotros resulta verdaderamente patético: gente que insiste en que no hay hechos, simplemente porque no está disponible a reconocerlos, no porque no existan].

Ésta es la opción profunda que nosotros realizamos cotidianamente ante la lluvia y el sol, ante nuestro padre y nuestra madre, ante la bandeja del desayuno, ante el autobús y la gente que hay en él, ante los compañeros de trabajo, los textos de clase, los profesores, el amigo, la amiga… [cada uno puede añadir lo que quiera]. Esta decisión que he descrito la tomamos de hecho ante toda la realidad, ante cualquier cosa.

En esta decisión está claro dónde está la racionalidad, lo enteramente humano [¡lo plenamente humano!]: en la postura del que está abierto y llama al pan, pan, y al vino, vino. Éste es el pobre de espíritu, aquel que no tiene nada que defender ante la realidad”.

Julian Carrón citando a don Giussani de su libro El sentido religioso en el documento de los Ejercicios Espirituales, página 43

-oOo-

Afortunadamente, mi padre está bien. Ahora duerme, esta noche vigilaré su sueño.

Efectivamente, en toda excepcionalidad, es posible hallar Su presencia.

He aquí, en mi, a uno de sus testigos

2 de septiembre de 2010

Ejercicios espirituales anuales CyL

Me despido por el fin de semana ya que ingreso mañana a mis primeros Ejercicios Espirituales con la Fraternidad Comunión y Liberación.

Estoy entusiasmadísima, como buena novata, porque conoceré a otros miembros de CyL de mi país así como a otros pocos miembros españoles que vendrán acompañando al padre al que llaman Miguelón (me disculpan, pero no he tenido la delicadeza de preguntar su apellido).

Me he leído el texto de los Ejercicios y está fabuloso, no puedo esperar el momento de profundizar en él.

Pues bien, a eso venía, me retiro de inmediato porque además esta ha sido una semana agotadora para la “agricultora de mi".

Les deseo un fabuloso fin de semana y espero volver a ustedes próximamente.

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