10 de noviembre de 2010

Lo maravilloso de las "sectas católicas"

El otro día una señora católica con la que crucé algunos correos me dijo (supongo que haciendo alarde del mejor de sus insultos) que ella no hablaba con miembros de "sectas católicas", refiriéndose al intercambio que manteníamos y a mi participación en el Movimiento Comunión y Liberación.

Pues bien, sus palabras se quedaron rondando en mi mente y para cuando ayer leí el artículo de Alberto Artero en InfoCatólica caí en la cuenta de cuán maravilloso es que existan lo que esta señora llama "sectas en la Iglesia católica".

Pertenecer a una "secta católica", para esta señora (que además es alguien que se ufana de estudiar teología) es el que san José María haya atendido a la voz del Espíritu Santo, que el carisma de don Giussani esté dando frutos alrededor del mundo o que Kiko Arguello haya hecho lo suyo y que, para verguenza yo no se de quién,  el Camino Neocatecumenal haya sido uno de los movimientos eclesiales que estuvo presente en primera fila durante la visita del Papa en España y que además, así como otros jóvenes pertenecientes a otros movimientos alrededor del mundo, los del Camino estén trabajando duro para hacerse presentes en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid el próximo año.

Esta señora ha sido o bien muy soberbia o muy ignorante pretendiendo atacar lo que no conoce o no comprende. Me parece que no se percata de que a quien cuestiona en primer instancia es al Espíritu de Dios actuando en la Iglesia; por lo mismo, es muy probable que su siguiente paso, si no admite su soberbia o reconoce su ignorancia, será que la veamos fundar su propia iglesia.

Porque, estimados lectores, las sectas no surgen si no de personas que habiendo olvidado el principal objetivo del grupo al que pertenecen se adhieren y defienden objetivos secundarios, como lo sería el que un equipo de futból antes que el trabajo en grupo defendiera el color del uniforme o el diseño de los tacos.

Comportamiento sectario presentaría yo (o cualquier católico) si, por ejemplo, sustituyera la importancia de mi encuentro dominical con el Señor en la Eucaristía con el encuentro con mis amigos de Escuela de Comunidad en Comunión y Liberación.

A la Iglesia, señora, no se la puede defender con argumentos como los que usted utiliza y que expresa con sus comentarios en este portal y que innegablemente coloca por encima de lo que es el Pueblo santo de
Dios en su totalidad, y lo que es en su totalidad (ya que parece que no se ha enterado) es un conjunto de bautizados, hermanos y miembros del Cuerpo de Cristo que -gracias al Santo Espíritu- encuentran  en la Iglesia acogida para vivir su fe según los carismas recibidos.

Ser fruto de haber escuchado y haber sido fieles a la guía del Espíritu es lo maravilloso que tienen las "sectas católicas", estimada señora, que a diferencia de lo que usted hace y dice, crea comunión en la Iglesia en fidelidad a Cristo y a su Vicario, para mayor gloria de Dios y santificación de las almas.
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(Comprende ahora por qué razón le he pedido que se disculpe por llamarme, entre otras cosas, "abducida" y por qué razón también le he denegado su espacio entre mis contactos en facebook?)

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[Fotografías: Meeting de Rimini de Comunión y Liberación, Don Giussani con Juan Pablo II]

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