Ante lo que he observado que sienten y piensan sobre las agresiones que sufrimos los cristianos en las universidades españolas tengo una pregunta:
¿Ha servido vuestro cristianismo para que estas personas sientan fascinación por quiénes son y cómo viven?
Pues, pienso yo que, si esta pregunta encuentra eco en su interior y les hace descubrirse en la necesidad de buscar otro tipo de respuesta a esas agresiones, por ahí tendrían que empezar: por hacer un juicio sobre la forma en que viven su cristianismo; juicio que, tomado en serio, haría brotar de seguido algunas otras preguntas:
Cómo es nuestro cristianismo?
En torno a qué o a quién gira?
Qué es lo que arroja como producto al exterior?
En torno a qué o a quién gira?
Qué es lo que arroja como producto al exterior?
Yo, que les veo de fuera de España tengo claro que no es el moralismo ni el voluntarismo lo que puede llegar a salvar al cristianismo en España, tiene que ser algo más; hallarlo es el trabajo que esta serie de acontecimientos les está exigiendo, que la realidad les presenta, que nuestro Señor ha puesto en sus vidas como provocación.
Échenle el cuerpo ahora y no se aflijan, conseguirán hacerlo, tienen la Gracia, la inteligencia, la capacidad de amar, la voluntad, gozan de libertad y de Su compañía.
Eso si, pónganse a la tarea, pero ya.
Nota: No es una idea remota pensar que alguno se sentirá ofendido por esta entrada o que pueda considerar que estoy saliéndome de la ortodoxia o invitando a salir de ella; por lo mismo, le ruego a quien así piense que -antes de hablar- considere con prudencia lo que va a decir, porque esta entrada no va en busca de una cosa ni de la otra, ni siquiera se trata de lo que yo pienso sino de lo que piensan los lectores católicos españoles sobre si mismos.
Nota: No es una idea remota pensar que alguno se sentirá ofendido por esta entrada o que pueda considerar que estoy saliéndome de la ortodoxia o invitando a salir de ella; por lo mismo, le ruego a quien así piense que -antes de hablar- considere con prudencia lo que va a decir, porque esta entrada no va en busca de una cosa ni de la otra, ni siquiera se trata de lo que yo pienso sino de lo que piensan los lectores católicos españoles sobre si mismos.