24 de febrero de 2014

Cuando algunos se salen del canasto

Bien, no voy a negar que, como a muchos, se me quedaron los ojos cuadrados cuando me dieron aviso de las siguientes dos situaciones.
La primera, el Padre José Díaz Cantero realizando, contra toda norma y sentido de la prudencia, actividad política en su perfil de Facebook.


















La segunda, un correo también publicado en Facebook que me llegó firmado por Grace Ulate, Directora de la Escuela de Teología y de la Cátedra Emmanuel Mounier de la Universidad Católica de Costa Rica dando su adhesión al partido Frente Amplio de médula izquierdista.




















Ambos frecuentan “salirse del canasto” tal como en España lo hacen algunas monjas, sacerdotes y teólogos progresistas.
No dudo que a ambos les hayan llamado la atención ya que los diversos escándalos que han provocado han sido bastante sonados y algunos con graves consecuencias para varias personas.
El caso es que me quedo observándolos tal como cuando observo a Forcades, Caram, Vidal o al mismo Masiá, y no consigo que provoquen en mí ese tipo de indignación tan útil para escribir muy airado despotricando contra esta ¡dichosa realidad eclesial tan incomprensible e ingobernable!.
Quisiera, efectivamente, que los corrigieran ahora y todas las veces que sea necesario no solo por el bien de sus almas sino por la de quienes los siguen y acompañan, sin embargo, debido a que estoy segura que se les ha corregido pero están y seguirán tan felices en sus cuatro me doy cuenta que, tal como muchos tradicionalistas de tinte radical, son caso perdido.

Perdido pero no en el sentido que sobre ellos arrojo condena, nada de eso, sino en el sentido de que se encuentra completamente fuera de las manos de cualquier mortal hacerles entrar en razón.
Lo dramático es que sus acciones los hayan catapultado tan fuera y lejos del canasto que han perdido algunos de los más importantes vínculos con la realidad en la que están insertos.
Están muy fiel y obedientemente al servicio de una fe ideologizada de la que esperan derive la Iglesia hecha a su medida.
Sí, estoy de acuerdo con ellos, una Iglesia rigurosamente razonada, fundamentada en esto y aquello seleccionado del Magisterio, incluso apoyada en las palabras del Evangelio y hasta en las del papa Francisco, pero una Iglesia prácticamente vacía a la que asisten los mismos cuatro gatos de siempre rumiando ideales de una Iglesia liberada y grandiosa cuando son en realidad arquetipos de esclavitud y mezquindad.
Si, me hubiese dado una gran satisfacción haberme airado en su contra pero no puedo y me doy cuenta que no debo ya que comprendo que su extravío al salirse del canasto es expresión de la búsqueda insaciable de quién les satisfará cuando Lo encuentren.
No por el momento habrán de hallarLo. Está visto. Algún día será.
Se les respeta su búsqueda y al Señor su tiempo.
¡Faltaba más!


NOTA: esto lo he escrito para colaborar con mis hermanos en el activismo provida en la comprensión de la realidad eclesial que nos ha correspondido vivir. Son ellos a quienes estas situaciones dejan más desconcertados. Que no nos escandalice la forma en que hacen uso de su libertad las personas.

Hoy el papa Francisco me apoyó en lo que he dicho desde su residencia en Santa Marta.
Habráse visto cuánta coincidencia!
Sentir, pensar, querer, dentro de la Iglesia

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