22 de mayo de 2013

Todo, es decir, todo lo demás se les dará por añadidura.

La crisis financiera mundial nos hace temer más perder el confort que el perder la vida eterna. “Son los paganos los que van detrás de estas cosas” Mt 6, 32
Durante muchísimos años he venido triste porque pensaba que mamá murió luchando por la sentencia de los jueces en relación a una sesión de derechos que le daría tranquilidad económica al final de sus días. 

Conversándolo con papá nos parecía que mamá había fallecido dentro de una situación económica poco confortable por lo que lamentamos siempre de que no vivió para disfrutar de ese bienestar el que –al fin y al cabo- fue pasajero. 

He sido una tonta redomada pensando que eso le habría dado la tranquilidad que nos parecía andaba buscando. Mayor redomada tonta pensando que ese constituía el eje de su lucha.

No es cierto.

Mamá era mujer de misa diaria, rezaba el rosario, se sabía el catecismo al dedillo, leía la Palabra de Dios constantemente así como filosofía y teología, reflexionaba y oraba a solas en su habitación, practicaba obras de misericordia así como la mortificación de sus afectos y sentidos. Llevaba una vida interior muy intensa sin mencionar el que nos amó profunda e incondicionalmente. 

El domingo anterior al viernes que falleció celebraríamos el cumpleaños de papá y mío pero tuvimos una fuerte discusión antes de que se fuera a misa. 

Ese día pidió permiso al sacerdote para, después de la celebración, hablar a la comunidad para agradecerle a Dios por su familia y por el hecho de haberla traído a vivir a este lugar en donde había conocido gente tan hermosa. 

Cuando regresó, contándome muy contenta lo que después de misa había hecho, se me acercó para reconciliarnos con una paz que pocas veces recuerdo habérsela visto.

El día de hoy es que vengo a caer en la cuenta de que, lo único cierto, es que si mamá murió luchando no fue por la sesión de derechos sino en la búsqueda de una comprensión de la realidad a la que solo una estrechísima relación con el Señor puede dar sentido.

Perdón, mamá, por haber reducido el sentido de tu existencia a la lucha por el bienestar. Cuídame e intercede por mí, Tita, para que no haga lo mismo con mi vida.

“¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?” Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
Mateo 6, 31-33

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