Anoche, la actividad Noche por la Vida, estuvo maravillosa; no hubo la concurrencia que se esperaba pero la que llegó armó bulto y no se veían nada mal.
En ella hubo una buena dosis de todo: intervenciones de políticos, médicos, sacerdotes, expertos en bioética, testigos, cantos, malabares, etc. lo cual hizo que las más de tres horas que estuvimos allí pasaran volando y nos dejaran más que contentos y satisfechos.
Fue muy agradable para mí porque me encontré por primera vez con personas con las que por largo tiempo colaboramos en diversas actividades en las redes sociales, pero también porque me encontré con viejos amigos y conocidos con los que estuve hablando de tantos temas que nos interesan.
Uno de esos temas fue el nombramiento del sucesor de Monseñor Hugo Barrantes el cual ha sido tardado y sobre lo cual estuvimos especulando como es natural pero con conciencia plena de que quien sea nombrado por la Santa Sede será justamente el Obispo que necesitamos; no obstante, soñar no hace mal a nadie y soñando fue cuando caímos en la cuenta de lo hábiles y rápidos que seríamos para plantear una terna al Vaticano y además encabezada por un sacerdote que conocemos que no solo reúne sino que supera nuestras expectativas.
Este sacerdote de nuestra “terna soñada” del cual les quiero hablar no es más que un simple párroco y ni siquiera viejo, más bien joven pero que ha dejado por donde ha pasado tantas muestras de ser un buen candidato a Obispo que nos ha dejado pasmados. Ya les cuento:
Este párroco, por sobre todo es pastor y luego, en lo que mantiene en un equilibrio fenomenal: es magnífico administrador, diplomático, experto en pastoral, amante del Magisterio, la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y de la Liturgia; tal cual es natural que sea, pero el caso es que lo deja ver esplendorosamente.
Si se le observa de cerca, este consagrado es hombre que ora y motiva a otros a orar con el, es amigo de Obispos y sacerdotes además de su solidario compañero; lo estiman sus parroquianos y lo respetan, colaboran con el aunque haya sido trasladado, ha echado a andar y sacado prácticamente de la nada parroquias enormes y difíciles, sigue siendo abierto con todos los movimientos eclesiales, se desvive por la formación de los laicos y observamos que gusta y promueve el latín así como los signos litúrgicos que remiten a la tradición litúrgica de la Iglesia.
Por supuesto que no tenemos la menor idea de cuántas cosas más habría que considerar para presentar una terna, pero como tan solo estábamos soñando, no veo que sea mayor problema el que por nosotros mismos hayamos armado una.
Así, así, como quien no quiere la cosa, un poco como soñando y otro como implorando al cielo se nos fue un buen rato de la noche de ayer conversando sobre la famosa terna la cual –definitivamente- estaría encabezada por este sacerdote, que –siento tan solo un simple párroco- y a pesar de “ser un Obispo soñado” es total y absolutamente de carne y hueso.