Unas pocas palabras nada más acerca de la encuesta de Pax Liturgique.
Los datos, ciertamente y de primera entrada, me han producido indignación y tristeza, pero yendo más allá del frío dato y abrazando la realidad en todos sus factores me veo en la obligación de admitir que mi tarea como laico es ir, poco a poco, hallando los resquicios por donde la hermenéutica de la continuidad pueda ir teniendo cabida.
En fidelidad a esto, los ticos por nuestro lado –ya que las condiciones en las que se encuentra el Motu Propio son semejantes a las españolas- hemos venido haciendo una labor de bajo perfil, nada desafiante, más bien alegre, dispuesta, generosa y no nos está yendo nada mal.
Y, no nos va mal –bendito Dios y entre otras cosas- porque hemos ido descubriendo cada día más y más sacerdotes que desean poder llegar a celebrar la misa y otros que por iniciativa propia se han ofrecido a hacerlo.
Los laicos miembros del pequeño grupo que promueve la misa en Costa Rica hemos -con sencillez, humildad y a nivel de nuestras posibilidades (las cuales, por cierto, son limitadas)- adquirido un video para que los sacerdotes aprendan el rito, las sacras, la patena, algunos misales para los fieles, estamos buscando los velos, deseamos próximamente adquirir el misal del altar y las dos casullas que nos hacen falta; también se nos han ofrecido músicos profesionales, profesores de latín, coleccionistas, en fin, que hasta el momento no nos ha faltado nada más que el templo para celebrarla.
No debo dejar pasar por alto el hecho que nos han apoyado muchísimo del extranjero nuestros hermanos mexicanos, argentinos y españoles pero también una congregación religiosa en nuestro país.
Y, cosa curiosa y alegre, es que los miembros del grupo –entre los cuales hay personas de todas las edades, niveles académicos y zonas geográficas- decidimos asistir a misa juntos, rezamos juntos vísperas y completas en las reuniones, surgen entre nosotros y espontáneamente cantos en latín y lo hacemos todo con tanta naturalidad y reverencia que parece que lo hemos venido haciendo de toda la vida.
Esto es así, aún cuando todavía no hemos celebrado ni siquiera la primera misa según la forma de extraordinaria del rito y que apenas uno o dos de nosotros alguna vez ha asistido a una en el extranjero.
A raíz de que el Misterio nos ha congregado alrededor de la Liturgia también nos hemos adherido de manera unánime a la iniciativa de ofrecernos para colaborar con lo que un párroco de la urbe necesitará para la reconstrucción del templo parroquial; a lo cual éste y buena gana ha aceptado, de tal forma que en los próximos días nos reuniremos para afinar los detalles.
Hablaban de Nueva Evangelización? Pues ahí está en buena parte la Nueva Evangelización que necesitamos. Quien tenga oídos y ojos que escuche y vea.
En relación a lo reacios que se ponen laicos y sacerdotes respecto a la misa en latín, pues ya nos hemos acostumbrado y aprendido a tomárnosla con calma ya que comprendemos que el rechazo es debido -entre otros- al desconocimiento (y la terquedad en muchos casos) pero eso no nos amilana sino al contrario, nos ayuda a reconocer que tenemos muchas y valiosas razones para estar en esto, para a estar con el Papa y del lado del Misterio que nos ha atraído hacia si en la Liturgia.
Como pueden ver en estos pocos detalles que les he narrado, que no son todos ni mucho menos, si bien la encuesta de Pax Liturgique arroja hasta cierto punto datos desalentadores, por otro lado el Espíritu nos anima, por eso por todo lo demás: ¡Deo omnis gloria!
NOTA: la fotita es de la segunda reunión del grupo y en ella falta quien tomó la foto que es Alberto, un hombre un poco mayor que yo (+50) pero también dos mujeres de entre 40 y 50 años, así como un señor de esa edad aproximadamente y una jovencita.
Esto, refiriéndome a que somos únicamente el grupo coordinador porque junto a nosotros caminan más de 140 personas; esa cantidad sin contar a sus hijos, sobrinos, nietos, padres y madres, hermanos y amigos.
Tomen en cuenta que la adhesión se expresa con estos números aún contando con el silencio que mantienen muchos alrededor del tema y la animadversión que causa; bajo estas condiciones esta cantidad de fieles en una población de poco más de 4millones, me parece significativa.
Los datos, ciertamente y de primera entrada, me han producido indignación y tristeza, pero yendo más allá del frío dato y abrazando la realidad en todos sus factores me veo en la obligación de admitir que mi tarea como laico es ir, poco a poco, hallando los resquicios por donde la hermenéutica de la continuidad pueda ir teniendo cabida.
En fidelidad a esto, los ticos por nuestro lado –ya que las condiciones en las que se encuentra el Motu Propio son semejantes a las españolas- hemos venido haciendo una labor de bajo perfil, nada desafiante, más bien alegre, dispuesta, generosa y no nos está yendo nada mal.
Y, no nos va mal –bendito Dios y entre otras cosas- porque hemos ido descubriendo cada día más y más sacerdotes que desean poder llegar a celebrar la misa y otros que por iniciativa propia se han ofrecido a hacerlo.
Los laicos miembros del pequeño grupo que promueve la misa en Costa Rica hemos -con sencillez, humildad y a nivel de nuestras posibilidades (las cuales, por cierto, son limitadas)- adquirido un video para que los sacerdotes aprendan el rito, las sacras, la patena, algunos misales para los fieles, estamos buscando los velos, deseamos próximamente adquirir el misal del altar y las dos casullas que nos hacen falta; también se nos han ofrecido músicos profesionales, profesores de latín, coleccionistas, en fin, que hasta el momento no nos ha faltado nada más que el templo para celebrarla.
No debo dejar pasar por alto el hecho que nos han apoyado muchísimo del extranjero nuestros hermanos mexicanos, argentinos y españoles pero también una congregación religiosa en nuestro país.
Y, cosa curiosa y alegre, es que los miembros del grupo –entre los cuales hay personas de todas las edades, niveles académicos y zonas geográficas- decidimos asistir a misa juntos, rezamos juntos vísperas y completas en las reuniones, surgen entre nosotros y espontáneamente cantos en latín y lo hacemos todo con tanta naturalidad y reverencia que parece que lo hemos venido haciendo de toda la vida.
Esto es así, aún cuando todavía no hemos celebrado ni siquiera la primera misa según la forma de extraordinaria del rito y que apenas uno o dos de nosotros alguna vez ha asistido a una en el extranjero.
A raíz de que el Misterio nos ha congregado alrededor de la Liturgia también nos hemos adherido de manera unánime a la iniciativa de ofrecernos para colaborar con lo que un párroco de la urbe necesitará para la reconstrucción del templo parroquial; a lo cual éste y buena gana ha aceptado, de tal forma que en los próximos días nos reuniremos para afinar los detalles.
Hablaban de Nueva Evangelización? Pues ahí está en buena parte la Nueva Evangelización que necesitamos. Quien tenga oídos y ojos que escuche y vea.
En relación a lo reacios que se ponen laicos y sacerdotes respecto a la misa en latín, pues ya nos hemos acostumbrado y aprendido a tomárnosla con calma ya que comprendemos que el rechazo es debido -entre otros- al desconocimiento (y la terquedad en muchos casos) pero eso no nos amilana sino al contrario, nos ayuda a reconocer que tenemos muchas y valiosas razones para estar en esto, para a estar con el Papa y del lado del Misterio que nos ha atraído hacia si en la Liturgia.
Como pueden ver en estos pocos detalles que les he narrado, que no son todos ni mucho menos, si bien la encuesta de Pax Liturgique arroja hasta cierto punto datos desalentadores, por otro lado el Espíritu nos anima, por eso por todo lo demás: ¡Deo omnis gloria!
NOTA: la fotita es de la segunda reunión del grupo y en ella falta quien tomó la foto que es Alberto, un hombre un poco mayor que yo (+50) pero también dos mujeres de entre 40 y 50 años, así como un señor de esa edad aproximadamente y una jovencita.
Esto, refiriéndome a que somos únicamente el grupo coordinador porque junto a nosotros caminan más de 140 personas; esa cantidad sin contar a sus hijos, sobrinos, nietos, padres y madres, hermanos y amigos.
Tomen en cuenta que la adhesión se expresa con estos números aún contando con el silencio que mantienen muchos alrededor del tema y la animadversión que causa; bajo estas condiciones esta cantidad de fieles en una población de poco más de 4millones, me parece significativa.