En este momento en que estamos pasando por una fase delicada y pendientes del desenlace no haré más que un par de pequeñas observaciones sobre una cuestión que he notado hoy tras leer un post en el blog Rorate Caeli en el que citan al padre Gaud de la FSSPX señalando el que no debería existir el ambiente tradicionalista.
Las razones que ofrece apegadísimas al Evangelio.
“Sin embargo, la fuerza de unir a las personas dentro de la Tradición católica está en la relación lógica entre nuestra fe y nuestra vida cotidiana. Esta coherencia debe reflejar nuestra convicción y nuestra sinceridad, y no sólo las reglas. La verdad católica es que realmente la luz vino por ella. Y esto es lo que atrae. Pero vamos a estar siempre lo más cerca posible de nuestros contemporáneos de buena voluntad. Por tanto, debemos ser firmes en lo que respecta a nosotros mismos, pero brillar con la misericordia y la comprensión hacia el prójimo. Entonces amarán nuestra firmeza!”
Padre Guillaume Gaud, FSSPX
La primera observación es que y, si bien podría ser solo debido a las circunstancias, leer algo escrito en este tono de parte de un miembro de la FSSPX me ha alegrado muchísimo ya que, desde luego, no debe ser la única alma que se exprese de esa forma.
El caso es que, dentro de mi circunstancia, no he leído a miembros de la Fraternidad hablar de esa forma, lo que me hace pensar que ha sido por ese motivo por lo que muchos, entre los que me incluyo, hemos reaccionado a la defensiva y hasta con violencia, debo admitirlo; lo cual y, como es obvio, de ninguna manera ha favorecido la comprensión mucho menos la comunión entre nosotros.
Ahora bien, así las cosas, lo segundo que quisiera resaltar es que noten los miembros de la Fraternidad y sus allegados, que –no obstante- el furor de nuestra parte, en el fondo yace intacto no solo el deseo vehemente de la comunión sino el amor.
Hemos amado no solo el tesoro que tan diligentemente, con tanto sacrificio y dolor han conservado sino y, sobre todo, a las personas firmes que Cristo en la liturgia ha hecho de ustedes.
La prueba está en que les hemos amado en su firmeza aún ante la carestía de misericordia y comprensión que hemos sufrido.
Si eso no es amor, entonces, no se lo que podría serlo.
Tras la carta de Mons. Bux, quería preguntarles: Es cosa mía o tal parece que finalmente hoy, si no mañana, brillará el sol?
Artículos relacionados:
Artículos relacionados:
“La humildad es fundamental para ser felices [ ] Pero no es que sirva como un medio, sino que la humildad vale debido a que posee una belleza inmensa".
Javier Barraca
Esa es la belleza de la humildad del sacrificio de Cristo que se actualiza en la Liturgia, esa belleza que ustedes aman y nosotros también.