29 de abril de 2011

Fluffy Tapioca Pudding

Pues bien, la verdad no tengo muy claro de qué manera ponerlos al corriente del desenlace y mis conclusiones acerca de la discusión sobre abusos en la Liturgia de facebook.

Los hechos son los siguientes: el administrador, que se mantuvo anónimo, borró todos los comentarios y aunque mantiene las fotografías ha configurado el sitio para que nadie comente.

En fin, quién sabe qué es lo que estará pasando por su cabeza, el caso es que fue una experiencia un tanto aterradora que me ha interpelado de muchas formas pero especialmente en el aspecto de la unidad.

Siendo realistas, nuestra crisis es una crisis de unidad ante la cual, no se ustedes, pero yo tendré que tomármela muy en serio aunque no tan en serio haya decidido exponerles mis conclusiones.

Vamos a ver: Conocen la tapioca? La tapioca la venden en mi país únicamente como producto de importación por lo que es un producto algo caro pero, claro, a mi padre le encanta así que constantemente la compra y me pide que se la prepare.

Le gusta tomarla como la preparaba mi madre, con su receta del Fluffy Tapioca Pudding, la cual es básicamente la receta del Tapioca Pudding pero con un ingrediente adicional que le imprime el aspecto Fluffy.

Ese ingrediente adicional consiste en la sencillez de clara de huevo batida a punto de nieve, la cual no solo provoca que aquellos diminutos gránulos de tapioca se adhieran unos a otros mucho mejor sino que introduce entre ellos el aire suficiente para que aquella mezcla aumente en su volumen pero sobre todo en su textura atractiva y delicada al paladar.

Ayer en la tarde, mientras preparaba la receta de mi madre y luego de haber leído un interesante artículo en que el autor entre otras cosas analiza de manera muy realista la ruptura de nuestra unidad eclesial, caí en la cuenta de que la receta que propone el autor y la receta del Fluffy Tapioca Pudding tienen algo en común: la clara de huevo.

Of course, desde un estricto punto de vista culinario nuestro punto en común es literalmente la clara de huevo batida la cual, tanto para mi receta como para la unidad eclesial y desde el punto de vista del autor, equivale a la sencillez.
Van a ver:
“Para sostener esa unidad el Señor colocó a Pedro y a sus sucesores como el nudo más sólido de la red [ ] La unidad no es cuestión de estrategia ni de negociación, es cuestión de sencillez (de clara de huevo, lo ven?) [ ] Pedro es la roca, a pesar de su patética desproporción y de su vulnerabilidad evidente” por lo que “Hoy como siempre, la unidad no vendrá de que discutamos y hagamos congresos, sino de que cada uno se adhiera con sencillez (con la sencillez de la clara de huevo) a Pedro que habla y actúa”.
Gente como uno que tiene como responsabilidad, entre otras cosas, saludar a cuatro perros cada mañana no solo para que se sientan queridos sino para evitar que hagan demasiado desastre durante el día, es gente que quizá tiende a simplificar excesivamente las cosas pero es que, honradamente, la forma más razonable para abrazar la realidad siempre ha sido, es y continuará siendo esa sencillez atractiva y delicada que podemos encontrar hasta en la receta del Fluffy Tapioca Pudding de mi madre.

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