José Luis Restán comentando a Massimo Borghesi decía “Cualquier formación, plan o evento, que no conduzca a generar personalidades cristianas libres y llenas de razones, dispuestas a arriesgarse en medio del mundo, sólo servirá para aumentar nuestra melancolía” por lo que yo, estando llena de razones y sabiéndome libre no veo por qué motivo deba permanecer en la melancolía que me produce sentirme impotente ante la secularización de lo sagrado.
En esta fotografía verán un rótulo en el jardín del templo de La Merced en el centro de la capital pero allá, en el borde superior izquierdo de la misma, verán también asomarse la esquinita de un banner publicitario gigantesco que cuelga a todo lo alto del templo.
Después de esto ya no se que es lo que sigue, ¿quizá misas celebradas bajo el auspicio de patrocinadores?
En esta otra fotografía lo que están observando no es una lección de cambio de pañales dirigida a mamás novatas sino un aspecto de la celebración del rito del Sacramento del Bautismo en una parroquia de provincia en mi país.
Ya ven? ¡Y ustedes que pensaron que lo habían visto todo!
Qué seguirá después? Bien, yo les diré qué seguirá después: no será que la autoridad corrija a los responsables ni que reoriente en su formación a los laicos (como tendría que ser), seguirá que más de uno me acusará de soberbia y me llamará fanática. Eso seguirá, tan solo eso.
Yo solo espero, no digamos llegar a ver el día en que algunos católicos se conviertan (porque a lo mejor eso no será si no hasta la Parusía), espero estar viva para presenciar que algunos sean honrados consigo mismos y admitan que desde largo tiempo atrás dejaron de ser católicos y que, de paso, se llevaron a un chorro de almas consigo.
En esta fotografía verán un rótulo en el jardín del templo de La Merced en el centro de la capital pero allá, en el borde superior izquierdo de la misma, verán también asomarse la esquinita de un banner publicitario gigantesco que cuelga a todo lo alto del templo.
Después de esto ya no se que es lo que sigue, ¿quizá misas celebradas bajo el auspicio de patrocinadores?
En esta otra fotografía lo que están observando no es una lección de cambio de pañales dirigida a mamás novatas sino un aspecto de la celebración del rito del Sacramento del Bautismo en una parroquia de provincia en mi país.
Ya ven? ¡Y ustedes que pensaron que lo habían visto todo!
Qué seguirá después? Bien, yo les diré qué seguirá después: no será que la autoridad corrija a los responsables ni que reoriente en su formación a los laicos (como tendría que ser), seguirá que más de uno me acusará de soberbia y me llamará fanática. Eso seguirá, tan solo eso.
Yo solo espero, no digamos llegar a ver el día en que algunos católicos se conviertan (porque a lo mejor eso no será si no hasta la Parusía), espero estar viva para presenciar que algunos sean honrados consigo mismos y admitan que desde largo tiempo atrás dejaron de ser católicos y que, de paso, se llevaron a un chorro de almas consigo.