7 de mayo de 2011

"Un corazón no basta"

Varios días en silencio. A qué se debe, Maricruz?

Pues, qué te diré? Estoy plagada de objeciones. Tanto que he criticado a los que a todo le ven un “pero” y ahora estoy como ellos; pero no como ellos totalmente, porque busco y espero pronto hallar una salida.

Qué tipo de objeciones? Ay, mejor ni preguntes porque la lista es larga; pero ya que insistes, mencionaré un par.

Me puso malísima una discusión sobre abusos en la Liturgia la semana pasada en la cual un par de sacerdotes, a pesar de la evidencia en unas fotografías, afirmaban que no existía abuso en las celebraciones que presidían. Me puso mal darme cuenta que si ellos no ven abuso es porque no ha habido autoridad que se los muestre y aunque los laicos les refiramos al Magisterio ellos siempre encuentran una justificación para lo que hacen. ¡Caray!.

De berrinche también me puso que se dañó el monitor de mi computadora el día del Meeting de Blogeros en el Vaticano. Ni me lo digas! Fue de lo más frustrante. Al día siguiente, chichón y medio, porque no era el monitor sino la tarjeta de video y perdí otro día sin entrar en Internet.

Finalizado el Meeting de Blogeros y esperando información de alguno de ellos dirigida a los que no asistimos, pues, me quedé esperando; tal parece que para los 150 el resto no existimos. ¡Eso me ha puesto de madres!

A este par de tonterías súmale que no vinieron las personas que contraté para recolectar y vender el culantro, que mi único empleado se enfermó y tuvo que incapacitarse, que contratamos a otra persona que lo que hizo fue abusar de nosotros… Cielo santo, hasta aquí podrás imaginarte cómo llegué al jueves?

Llegué al jueves cansada y triste pero aún así lo dediqué a acompañar a mi padre al médico, exámenes de laboratorio y otras diligencias que me dejaron exhausta.

A este punto, ayer viernes y entre tantas otras cosas que sucedieron, ya no me sostenía. Cómo iba me iba a sostener ante tanto esfuerzo infructuoso, tanta mala noticia, tanta gente triste, enferma, perseguida, amargada, confundida, desolada, enfadada y temerosa como yo?

Cielo santo, Señor, cómo fue que llegué al “valle de lágrimas” en el que viven tantos que a todo ponen objeciones?

Ciertamente, como dijo mi amiga Chiara, “un corazón no basta para todo aquello que lo hace palpitar”

Permítele a mi corazón aferrarse al Tuyo, Señor, porque no basta mi corazón. ¡No basta!

Y es que, palpita mi corazón aferrado al Tuyo porque existes o para nada sirve la fe.

La fe sirve, lo se y existes, porque quién -sino Tu- es el que me sostiene?

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...