20 de septiembre de 2012

Acuarela

El otro día escuché la canción que les dejaré al final del post mientras regresaba a casa de la visita improvisada que hice a mi prima María Mercedes en otra provincia. 

La noche anterior habíamos tenido una escena algo desgastante con papá por lo que al día siguiente, como debía ir a un lugar cercano, la llamé para saber si estaría en casa. Encantada me recibió, conversamos, me escuchó, comimos rico, caminé por el jardín, tomé fotografías y reflexioné sobre lo sucedido la noche anterior.

De regreso, encendí la radio (cosa que rara vez hago) y estaba sonando esa canción la cual de inmediato me puso ligera el alma. No entiendo portugués por lo que, ni idea de qué iba la letra, así que me dije que procuraría buscarla en internet.

Ese mismo día, ya tarde, busqué a mi hermana en su habitación porque recordé que la había visto algo alicaída y quería saber si necesitaba hablar. Efectivamente, ambas lo necesitábamos. Fue tan oportuna la conversación que -a la mañana siguiente- nos decíamos que deberíamos hacerlo con mayor frecuencia.

Conversamos sobre nuestros sentimientos los cuales se nos estaban agolpando en el cogote. El sabernos de diversas formas inmovilizadas, inútiles, sin poder hacer lo que esperábamos y deseábamos, impotentes, ha acarreado frustración la cual ha redundado en un estado emocional y diversos problemas de salud nada convenientes. Este ha sido el triste arco iris de nuestra vida desde el accidente de papá.

Sin embargo, ayer en la tarde, con el ánimo encendido tras la conversación con mi hermana, me dispuse a buscar la canción. Recordaba un “sol amarelo” por lo que la hallé de esa forma. La canción se titula Acuarela y es del cantante y compositor brasileño Tonquiho quien, entre otras cosas, dedicó buena parte de su vida a escribir canciones para sus hijos. Me sorprendió agradablemente que tratara acerca de dibujar y pintar. 

Viene al caso mencionar que el otro día el padre Jorge en su blog decía que había escuchado confesiones de hijos que destetan a sus padres y que él, ahora que su madre tiene 90 años, cree comprenderlos. Pues bien, sepan que comprendo al padre Jorge pero también a quienes alguna vez se confesaron con él.

En respuesta al artículo del sacerdote le comenté que teniendo a mi padre bajo mi cuidado he comprendido acerca de la importancia de cuidarme para poder cuidarlo adecuadamente. Esto se lo comenté a mi hermana en aquella conversación por lo que tomamos la decisión de hacer ejercicio juntas así como retomar el cuidado de nuestra alimentación tanto como la distracción y el entretenimiento, es decir, recrear el balance que perdieron nuestras vidas debido a descalabro en la vida nuestro padre.

En lo particular, desde que me levanto hasta que me acuesto, todo lo que pienso y hago es puesto delante de la presencia del Señor y de mi Madre, de lo cual espero vaya creciendo la audacia de la confianza que necesito poner en El para sobrevivir a los últimos años de mi padre. 

Ahora bien. La canción que mencioné la he traído porque ha adquirido un significado especial no solo porque es una canción brasileña de cuya cultura percibo se toman la vida con mucha calma. No ha sido tampoco únicamente porque trata sobre dibujar y pintar lo que ha sido mi mayor pasión. Tampoco por el hecho de que sea una canción para niños con quienes siempre me he sentido identificada, sino porque aquél solaz que me ofreció durante el trayecto de regreso a casa después de aquella noche atribulada, no fue producto de mi imaginación ya que, al conocer más tarde la letra supe que fue pensada para infundir dulcemente coraje en quien la escuchara lo que la hace, dadas las circunstancias, un regalito que llegado del cielo venía, efectivamente, con mi nombre.

Un regalo del cielo, además del que poseo talento para dibujar, sin contar con que tengo una hermana a mi lado y que ambas estamos del lado del Señor y de María.

“Viendo la inutilidad práctica de mi vida pensaba en Jesús en la cruz: también El estaba inmovilizado y no podía hacer lo que hizo en su vida pública y, sin embargo, desde allí hizo lo más grande, redimirnos a los pecadores".
Van Thuan, obispo vietnamita, preso 20 años


Si desean ver los subtítulos en español vean el video directamente en youtube.

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