El otro día escuché la canción que les dejaré al final del post
mientras regresaba a casa de la visita improvisada que hice a mi prima
María Mercedes en otra provincia.
La noche anterior habíamos tenido una escena algo desgastante con
papá por lo que al día siguiente, como debía ir a un lugar cercano, la
llamé para saber si estaría en casa. Encantada me recibió, conversamos,
me escuchó, comimos rico, caminé por el jardín, tomé fotografías y
reflexioné sobre lo sucedido la noche anterior.
De regreso, encendí la radio (cosa que rara vez hago) y estaba
sonando esa canción la cual de inmediato me puso ligera el alma. No
entiendo portugués por lo que, ni idea de qué iba la letra, así que me
dije que procuraría buscarla en internet.
Ese mismo día, ya tarde, busqué a mi hermana en su habitación porque
recordé que la había visto algo alicaída y quería saber si necesitaba
hablar. Efectivamente, ambas lo necesitábamos. Fue tan oportuna la
conversación que -a la mañana siguiente- nos decíamos que deberíamos
hacerlo con mayor frecuencia.
Conversamos sobre nuestros sentimientos los cuales se nos estaban agolpando en el cogote. El sabernos de diversas formas inmovilizadas, inútiles, sin poder hacer lo que esperábamos y deseábamos, impotentes, ha
acarreado frustración la cual ha redundado en un estado emocional y
diversos problemas de salud nada convenientes. Este ha sido el triste
arco iris de nuestra vida desde el accidente de papá.
Sin embargo, ayer en la tarde, con el ánimo encendido tras la
conversación con mi hermana, me dispuse a buscar la canción. Recordaba
un “sol amarelo” por lo que la hallé de esa forma. La canción se titula
Acuarela y es del cantante y compositor brasileño Tonquiho quien, entre
otras cosas, dedicó buena parte de su vida a escribir canciones para
sus hijos. Me sorprendió agradablemente que tratara acerca de dibujar y
pintar.
Viene al caso mencionar que el otro día el padre Jorge en su blog
decía que había escuchado confesiones de hijos que destetan a sus padres
y que él, ahora que su madre tiene 90 años, cree comprenderlos. Pues
bien, sepan que comprendo al padre Jorge pero también a quienes alguna
vez se confesaron con él.
En respuesta al artículo del sacerdote le comenté que teniendo a mi
padre bajo mi cuidado he comprendido acerca de la importancia de
cuidarme para poder cuidarlo adecuadamente. Esto se lo comenté a mi
hermana en aquella conversación por lo que tomamos la decisión de hacer
ejercicio juntas así como retomar el cuidado de nuestra alimentación
tanto como la distracción y el entretenimiento, es decir, recrear el
balance que perdieron nuestras vidas debido a descalabro en la vida
nuestro padre.
En lo particular, desde que me levanto hasta que me acuesto, todo lo
que pienso y hago es puesto delante de la presencia del Señor y de mi
Madre, de lo cual espero vaya creciendo la audacia de la confianza que necesito poner en El para sobrevivir a los últimos años de mi padre.
Ahora bien. La canción que mencioné la he traído porque ha adquirido
un significado especial no solo porque es una canción brasileña de cuya
cultura percibo se toman la vida con mucha calma. No ha sido tampoco
únicamente porque trata sobre dibujar y pintar lo que ha sido mi mayor
pasión. Tampoco por el hecho de que sea una canción para niños con
quienes siempre me he sentido identificada, sino porque aquél solaz que
me ofreció durante el trayecto de regreso a casa después de aquella
noche atribulada, no fue producto de mi imaginación ya que, al conocer
más tarde la letra supe que fue pensada para infundir dulcemente coraje
en quien la escuchara lo que la hace, dadas las circunstancias, un
regalito que llegado del cielo venía, efectivamente, con mi nombre.
Un regalo del cielo, además del que poseo talento para dibujar, sin
contar con que tengo una hermana a mi lado y que ambas estamos del lado
del Señor y de María.
“Viendo la inutilidad práctica de mi vida pensaba en Jesús en la cruz: también El estaba inmovilizado y no podía hacer lo que hizo en su vida pública y, sin embargo, desde allí hizo lo más grande, redimirnos a los pecadores".
Van Thuan, obispo vietnamita, preso 20 años
Si desean ver los subtítulos en español vean el video directamente en youtube.