10 de septiembre de 2012

“Los errores pastorales son consecuencia de errores teológicos”



No sólo los envió a predicar el Evangelio a toda criatura y a anunciar que el Hijo de Dios, con su Muerte y Resurrección, nos libró del poder de Satanás y de la muerte, y nos condujo al reino del Padre, sino también a realizar la obra de salvación que proclamaban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica.
Sacrosanctum concilium n. 6

Este fragmento de la SC contiene dos líneas fundamentales de la acción de la Iglesia: lo pastoral, como es la Evangelización pero también lo litúrgico-sacramental.

Son líneas diferentes sin embargo lo litúrgico ocupa lugar privilegiado ya que, como el mismo Sacrosanctum Concilium indica en el n. 10 “la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza”.

En relación a “lo pastoral” sabemos que se gestó poco antes y se consolidó a partir del CVII y que tiene su fundamento en la acción evangelizadora legada por los apóstoles. La línea litúrgica, teológica y doctrinalmente mucho más sólida y longeva, después de Trento buscó ser reformada y fomentada por el Concilio Vaticano II (SC n. 1)

Ahora bien, es evidente que tanto lo litúrgico como lo pastoral surgen en diferentes circunstancias por lo que ofrecen respuesta a diferentes necesidades, por lo mismo llevan caminos paralelos los que bajo determinadas circunstancias, podrían complementarse; sin embargo, me perdonan la simpleza, pero, por qué diantres hemos fundido lo pastoral con lo litúrgico? Por qué, incluso, lo pastoral lo hemos llegado a sobrevalorar imponiéndolo a lo litúrgico?

Basta para darse cuenta, leer en facebook los avisos de toda índole sobre actividades “pastorales” en las que ni siquiera se menciona lo litúrgico. A mí, eso de que le concedamos prerrogativas a lo pastoral por sobre lo litúrgico, que me lo expliquen con el ábaco, porque no lo entiendo. 

Acaso será que, si invitamos anunciando que tal o cual actividad dará inicio con una misa, tememos que no llegará nadie? Pero, es que acaso no es la misa lo fundamental? No es la que nos configura a Cristo, en la que adquirimos identidad como católicos y en la que tomamos forma como comunidad de bautizados? Para qué, entonces, anteponemos lo pastoral a lo litúrgico? Por qué es más importante estar como católicos muy juntitos y contentos, imaginando que eso significa estar en “comunión", si antes no hemos aprendido a ser católicos cosa que, nos dice la Iglesia, aprendemos a través de la Liturgia?

A lo que voy es que si lo pastoral está planeado para convocar alejados o formar a los que han de ser formados, por teología, por doctrina pero también por sentido común, el punto alrededor del cual tendrían que girar las actividades, en lugar de lo pastoral sería en lo litúrgico. 

Pongo un ejemplo: un domingo llegué a misa de 6pm a mi parroquia unos minutos antes como de costumbre. En eso, observé que salían del salón parroquial una gran cantidad de personas jubilosas. Caminaban en dirección al templo por lo que concluí que vendrían saliendo de alguna actividad pastoral y asistirían a misa. Efectivamente, más tarde supe que habían estado de convivencia todo el día. 

Ingresaron al templo sin haberse “desconectado” de lo pastoral. Toda la misa, párroco incluido, transcurrió de la misma forma: continuaron bailando, aplaudiendo, cantando a destiempo, orando espontáneamente, es decir, aquella celebración debido a las improvisaciones, fue un verdadero desastre; al extremo ciertamente grave, de que –al llegar al momento de la comunión- el sacerdote dijo: “Sé que muchos necesitan confesarse pero por esta vez lo dejamos pasar. Comulguen y luego me buscan para confesarse”

Cielos! Cuán infinita mayor ganancia hubiesen obtenido esas almas si el sacerdote no solo les hubiese motivado a desconectarse de “lo pastoral” para conectarse a “lo litúrgico” sino que también les hubiese dicho: “Sé que muchos necesitan confesarse, por lo mismo, aquellos que lo necesiten no comulgarán con el propósito de que comprendan lo que implica el pecado. Les recomiendo buscarme lo más pronto posible para confesarse”. 

Estando ahí fue la primera vez que comprendí la gravedad que entraña el que fundamos lo litúrgico con lo pastoral cuando lo primero, ni más ni menos, es de Cristo su “obra de salvación”; y, lo segundo… pues, lo segundo: nada más que instrumento. 

El padre Jafet Peytrequin nos lo repetía: “Los errores pastorales son consecuencia de errores teológicos”. Es claro que tiene razón.









Quienes no vean diferencia entre las imágenes, no digamos de forma sino de contenido, les recomiendo profundizar en su fe católica.

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