18 de diciembre de 2012

Costa Rica está llamada a hacer historia

En nuestros días, quien se precie de llamarse cristiano, sabrá que el día a día se presenta como un desafío.
No faltará la lucha contra el propio pecado pero tampoco la batalla que le presenta el mundo.

Sin embargo, un cristiano que se precie de serlo, nunca escabullirá el bulto porque ha obtenido de su encuentro con Cristo que ilumina la razón aquellas certezas que constituyen sus armas para la batalla.

En este sentido, estoy haciendo un llamado a todo cristiano y persona de bien que en mi país me lea para que este 17 y 18 de diciembre del 2012 se unan a quienes se harán presentes en la barra de la Asamblea Legislativa para manifestar su parecer a los señores diputados que estarán discutiendo el Proyecto de Ley “Sociedades de Conviencia” parecer que, bien sabemos, no ha tenido la suerte de ser escuchado en otros países donde se han aprobado proyectos de ley que equiparan la unión de personas del mismo sexo con el matrimonio.

Es imperativo que, quienes podamos, dejemos por un momento nuestra rutina y nos hagamos presentes ya que los estadistas han demostrado que, por cada uno de nosotros que se manifieste, habrá siete que piensan de la misma forma por lo que estaríamos manifestándonos en su nombre.

Importantísimo es también, estimados amigos, que “hagamos barra” sino que lo hagamos a conciencia habiéndonos informado ampliamente.

Lo primero que hemos de tener claro lo ha dejado dicho el Papa en su Mensaje para Jornada Mundial de la Paz del 2013:

Los principios que defendemos “no son verdades de fe, ni una mera derivación del derecho a la libertad religiosa. Están inscritos en la misma naturaleza humana, se pueden conocer por la razón, y por tanto son comunes a toda la humanidad. La acción de la Iglesia al promoverlos no tiene un carácter confesional, sino que se dirige a todas las personas, prescindiendo de su afiliación religiosa. Esta acción se hace tanto más necesaria cuanto más se niegan o no se comprenden estos principios, lo que es una ofensa a la verdad de la persona humana, una herida grave infringida a la justicia y a la paz”.

Prueba de que no es una lucha confesional la encontramos en cuantas personalidades del ámbito religioso, artístico, político y económico alrededor del mundo, incluso siendo personas homosexuales, se han manifestado en contra de estas uniones.

Invitemos a nuestros amigos y conocidos y llevemos ante nuestros legisladores nuestro mejor aporte al mundo de hoy que es la paz. 

En nuestros días, quien se precie de llamarse cristiano, sabrá que el día a día se presenta como un desafío.
Hoy y mañana el desafío para los costarricenses será dar la cara ante nuestros legisladores. 

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