En nuestros días, quien se precie de llamarse cristiano, sabrá que el día a día se presenta como un desafío.
No faltará la lucha contra el propio pecado pero tampoco la batalla que le presenta el mundo.
Sin embargo, un cristiano que se precie de serlo, nunca escabullirá
el bulto porque ha obtenido de su encuentro con Cristo que ilumina la
razón aquellas certezas que constituyen sus armas para la batalla.
En este sentido, estoy haciendo un llamado a todo cristiano y
persona de bien que en mi país me lea para que este 17 y 18 de diciembre
del 2012 se unan a quienes se harán presentes en la barra de la
Asamblea Legislativa para manifestar su parecer a los señores diputados
que estarán discutiendo el Proyecto de Ley “Sociedades de Conviencia”
parecer que, bien sabemos, no ha tenido la suerte de ser escuchado en
otros países donde se han aprobado proyectos de ley que equiparan la
unión de personas del mismo sexo con el matrimonio.
Es imperativo que, quienes podamos, dejemos por un momento nuestra
rutina y nos hagamos presentes ya que los estadistas han demostrado que,
por cada uno de nosotros que se manifieste, habrá siete que piensan de
la misma forma por lo que estaríamos manifestándonos en su nombre.
Importantísimo es también, estimados amigos, que “hagamos barra” sino que lo hagamos a conciencia habiéndonos informado ampliamente.
Lo primero que hemos de tener claro lo ha dejado dicho el Papa en su Mensaje para Jornada Mundial de la Paz del 2013:
Los principios que defendemos “no son verdades de fe, ni una mera derivación del derecho a la libertad religiosa. Están inscritos en la misma naturaleza humana, se pueden conocer por la razón, y por tanto son comunes a toda la humanidad.
La acción de la Iglesia al promoverlos no tiene un carácter
confesional, sino que se dirige a todas las personas, prescindiendo de
su afiliación religiosa. Esta acción se hace tanto más necesaria cuanto
más se niegan o no se comprenden estos principios, lo que es una ofensa a
la verdad de la persona humana, una herida grave infringida a la
justicia y a la paz”.
Prueba de que no es una lucha confesional la encontramos en cuantas
personalidades del ámbito religioso, artístico, político y económico
alrededor del mundo, incluso siendo personas homosexuales, se han
manifestado en contra de estas uniones.
Invitemos a nuestros amigos y conocidos y llevemos ante nuestros
legisladores nuestro mejor aporte al mundo de hoy que es la paz.
En nuestros días, quien se precie de llamarse cristiano, sabrá que el día a día se presenta como un desafío.
Hoy y mañana el desafío para los costarricenses será dar la cara ante nuestros legisladores.
Así es como, de a poco, el cristianismo ha hecho historia.
Otras referencias:
Catecismo de la Iglesia Católica n. 2357-2359
Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales
“Por el respeto al matrimonio y a la familia” Mensaje de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
Decenas de diputados británicos publican una carta contra el matrimonio homosexual
Otras referencias:
Catecismo de la Iglesia Católica n. 2357-2359
Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales
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Decenas de diputados británicos publican una carta contra el matrimonio homosexual