31 de octubre de 2009

Corrección fraterna

Abordamos ahora una de las obras espirituales de misericordia más importantes-la llamada "corrección fraterna"-. Santo Tomás le dedica en la Suma Teológica una cuestión entera dividida en ocho artículos (II-II 33, I-8).

De primeras ya podemos ver que no es un tema a tratar a la ligera.



¿Qué es la corrección fraterna?
Se entiende por tal la advertencia hecha al prójimo culpable en privado y por pura caridad para apartarle del pecado.
LA ADVERTENCIA, o sea, la admonición que se hace a una persona para que se abstenga o enmiende de algo ilícito, ya sea con la palabra o de otro modo equivalente (v.gr., con un gesto, con la tristeza en el rostro, etc.).

HECHA AL PRÓJIMO CULPABLE, sobre todo si lo es por ignorancia o negligencia más que por maldad, ya que, en este último caso, la probabilidad de éxito es mucho menor y acaso resultaría contraproducente.

EN PRIVADO, o sea, de hermano a hermano, sin que e enteren los demás, a diferencia de la corrección pública o judicial, de la que hablaremos más abajo.

Y POR PURA CARIDAD, y en esto se distinque también de la corrección judicial, que procede del superior en cuanto juez y se funda en la justicia; y de la corrección paterna-intermedia entre los dos-, que procede del superior en cuanto padre y se apoya en su autoridad de tal.

PARA APARTARLE DEL PECADO, o evitar que lo cometa si se encuentra en grave peligro de incurrir en él.

Y citando un texto del P. Noble (En La vie spirituelle, citado pro Beringer, Repertorio universal del predicador t.15 p.250) donde expone la doctrina del primer artículo de Santo Tomás:

"... La corrección fraterna procede únicamente de la caridad fraterna. No es, pues, la justicia quien la exige, sino el amor; ella procura la represión del mal en cuanto el mal perjudica al mismo que lo ejecuta, y no en cuanto perjudica al bien común o al bien de un tercero. Únicamente porque amo a mi prójimo y porque deseo el bien de su alma y de cuanto sea garantía de este bien primordial, me esfuerzo en corregir sus faltas, sus imperfecciones y sus extravagancias. Esta benévola atención que prestamos a los defectos morales del prójimo, cuando se inspira en la caridad y cuando se ejerce con suavidad y con oportunidad, es una forma excelente de la limosna espiritual".

Según nos indica el libro "Teología de la Caridad", de Antonio Royo Marín, O.P. en cuanto a la materia de la corrección:

"De suyo, la materia propia de la corrección fraterna son los pecados mortales ya cometidos-que ponen al prójimo en grave necesidad espiritual-y los futuros que puedan impedirse con la corrección. Pero también los pecados veniales, que por su frecuencia o por sus efectos especialmente nocivos, ya sea para el pecador (peligro de pecar mortalmente), ya para otros (escándalo, quebranto de la disciplina, etc), le constituyen también en verdadera necesidad espiritual.

En cuanto a los pecados materiales, cometidos con ignorancia invencible, deben corregirse cuando producen escándalo, peligro de contraer malos hábitos o afectan al bien común. Pero, si se juzga prudentemente que la amonestación no producirá ningún efecto, hay que omitirla, para no convertir los pecados materiales en formales, a no ser que el bien común exija la corrección".

Corrección fraterna al superior

Según nos indica el libro "Teología de la Caridad", de Antonio Royo Marín, O.P.:

Aunque la corrección fraterna debe ejercitarse, de ordinario, con los iguales e inferiores, puede y debe dirigirse a veces a los mismos superiores (II-II 33,4). Escuchemos al P. Noble exponiendo la doctrina de Santo Tomás:

"¿Podemos nosotros ejercer la corrección fraterna para con los superiores? Sí, porque el deber de caridad se extiende a todos los que están ligados por la caridad. La caridad fraterna no se da únicamente entre iguales, sino que sube y baja. Pero en todo caso debemos observar las formas. Aunque nos creamos autorizados para advertir caritativamente a nuestro superior, no debemos olvidar que es nuestro superior, y, por lo mismo, debemos hablarle con mansedumbre y con reverencia; jamás con dureza ni con orgullo.

Los superiores, desde el momento que se percatan de su responsabilidad y de los riesgos de su autoridad, saben muy bien que pueden equivocarse o que pueden ser inoportunos en sus mandatos. Ellos, pues, aceptarán con agradecimiento los avisos que deben orientarles. Si son virtuosos, serán los primeros en reconocer que se les dispensa un gran bien con advertirles y que no son intangibles en todo" (P. Noble, citado por Beringer, l.c., p.253).
 
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Sobre información adicional a los temas:
Quién hace la corrección fraterna?
A quién se hace corrección fraterna?
Condiciones que ha de reunir.
Modo de hacerla.
Refiérase a [AN] Corrección fraterna, Catholic.net
 
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Extracto tomado de Catholic.net
Redactado por el moderador: siempremaría
(Ver más información en el mencionado sitio)

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