3 de junio de 2011

¿Es que se ha confundido Cristo?

“¿Es que Cristo, queriendo incidir en la historia, se ha confundido de método creando la Iglesia en vez de un partido político?”
J. Carrón

“Durante la campaña electoral he vivido esta experiencia de verificación de la fe [ ] Una mañana fui a repartir el manifiesto en un mercado en el que la mayoría de la gente era escéptica o bien estaba enfadada (habitualmente, las dos cosas van juntas); en un momento dado, una señora empezó a meterse conmigo desde lejos; entonces yo empecé a responderle desde lejos y poco a poco nos fuimos acercando, y ella echó sobre mí toda su rabia ante la situación política, etcétera. En un momento dado, en medio de su rabia, la paré y le dije: «Está bien, señora, pero en medio de todo esto, ¿cuál es el problema? Es decir, ¿por qué está tan enfadada?». Y entonces ella empezó contarme que sus dos hijos han perdido el trabajo, y que no tienen dinero para mantener a sus familias. Entonces se produjo esto en mí: me sorprendí experimentando una vibración ante la necesidad de esta mujer que era inimaginable un momento antes, que no es algo que programas, porque lo máximo que puedes alcanzar cuando programas es dilatar el sentimiento que tienes en ese momento. Pero ahí se produjo otra cosa, fue una pasión por su destino que es algo que muchas veces querrías poder vivir delante de la persona que amas, y que sin embargo no te pasa. Entonces, con mucha sencillez, le dije: «Señora, haré todo lo que esté en mi mano por usted, y me comprometo a buscarle una entrevista de trabajo para sus hijos». Entonces se paró, dejó de insultarme, me abrazó, empezó a estrecharme las manos y se puso a llorar: “Nadie me ayuda, nadie, en cambio tú sí”. Y entonces sorprendes, dentro de la experiencia, lo que puede taladrar ese escepticismo que parece muchas veces infranqueable: esta vibración de uno mismo delante del otro, que se da sólo desde que me he encontrado con Cristo, desde que yo mismo he sido mirado así. Puedo estar delante de una necesidad así porque yo he conocido a Aquél que llena esta necesidad, y por eso el primer criterio con el que me he movido a partir de ahí es sostener con todas las energías que tengo, yendo a repartir manifiestos, a aquéllos que permiten a este lugar que es la Iglesia, el movimiento, poder vivir libremente y proponerse como respuesta a la necesidad del hombre.

¡Es increíble que uno pueda sentirse insultado así y que esto no prevalezca como reacción, sino que uno se sorprenda viviendo esta vibración delante de la necesidad, esta pasión por el destino de otro hasta el punto de que se abre una posibilidad de diálogo!”


Apuntes de la Escuela de comunidad con Julián Carrón
Milán, 25 de mayo de 2011

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