¡Es el Final de los Tiempos…!
¿Será, acaso, que no nos habíamos enterado?
¿Será, acaso, que no nos habíamos enterado?
La Historia (el tiempo), desde la perspectiva cristiana, está dinamizada por la acción de Dios, es decir, sus promesas la dinamizan hacia la plenitud.
Por esta razón, para el hombre de fe del Antiguo Testamento, su confianza encuentra sustento en el cumplimiento de las promesas del Padre, que son a la vez, las que dan sustento a su Esperanza.
El tiene Esperanza en su PALABRA (Dabar)
Génesis 15, 1-6
1 Después de estos acontecimientos, la palabra del Señor llegó a Abrám en una visión, en estos términos:“No temas, Abrám. Yo soy para ti un escudo. Tu recompensa será muy grande”.
2 “Señor, respondió Abrám, ¿para qué me darás algo, si yo sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer de Damasco?”. 3 Después añadió: “Tú no me has dado un descendiente, y un servidor de mi casa será mi heredero”. 4 Entonces el Señor le dirigió esta palabra: “No, ese no será tu heredero; tu heredero será alguien que nacerá de ti”. 5 Luego lo llevó afuera y continuó diciéndole: “Mira hacia el cielo y, si puedes, cuenta las estrellas”. Y añadió: “Así será tu descendencia”. 6 Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación.
Abrahán ha comprobado que su salida de las tierras de Ur se fundamenta en su Palabra.
El tiene Esperanza en su MISERICORDIA (Hesed)
Salmo 52
10 Yo, en cambio, como un olivo frondoso
en la Casa de Dios,
he puesto para siempre mi confianza
en la misericordia del Señor.
11 Te daré gracias eternamente
por lo que has hecho,
y proclamaré la bondad de tu Nombre
delante de tus fieles.
El salmista ha comprobado que la Misericordia de Dios permanece por encima de su pecado.
El tiene Esperanza en su FIDELIDAD (Emet)
Salmo 31, 6-9
6 Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
7 Yo detesto a los que veneran ídolos vanos
y confío en el Señor.
8 ¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!
Cuando tú viste mi aflicción
y supiste que mi vida peligraba,
9 no me entregaste al poder del enemigo,
me pusiste en un lugar espacioso.
El salmista ha experimentado que Dios es fiel a sus promesas.
Más tarde, el hombre del Nuevo Testamento hace un recuento y reflexión sobre el pasado y presente de la Historia y llega a la conclusión de que ha sido Cristo quien, a lo largo de toda la Historia de Salvación, ha dado sustento a su Esperanza.
Las promesas del Antiguo Testamento se realizan en Cristo
2 Tim 1, 1
1 Pablo, Apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, para anunciar la promesa de Vida que está en Cristo Jesús, 2 saluda a Timoteo, su hijo muy querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo.
La Palabra del Padre se cumple en el Hijo
y es el Hijo quien muestra la Misericordia
y la Fidelidad del Padre.
Romanos 5, 8-10
8 Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. 9 Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por él de la ira de Dios. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida.
Romanos 8, 31-39
31 ¿Qué diremos después de todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? 32 El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con él toda clase de favores? 33 ¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?
35 ¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? 36 Como dice la Escritura: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte; se nos considera como a ovejas destinadas al matadero. 37 Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó.
38 Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Con respecto al tiempo presente...
¿Qué está sucediendo?
Visto cómo es que, mediante la Encarnación del Hijo se cumplen en Cristo las promesas del Padre, podemos afirmar con toda seguridad, que estamos viviendo la Nueva Creación.
Visto que, como Nueva Creación, somos conducidos por Cristo a la plenitud, podemos afirmar sin lugar a dudas, que estamos viviendo la Plenitud de los Tiempos.
Y dado que estamos viviendo la plenitud de los tiempos, podemos decir sin temor a equivocarnos, que estamos viviendo el Tiempo de Salvación.
Y este, nuestro tiempo de salvación, no es otro sino que el Kairós, o como acostumbramos llamarlo:
El Final de los Tiempos.
Que no es otra cosa que el momentuum de oportunidad, ante el cual tenemos la opción de tomarlo o pasar de el, eso si, bien enterados ahora de que es una oportunidad que no se volverá a presentar en la Historia nunca más.
***
Oración
Padre, tu, que desde la creación del mundo has dado cumplimiento a cada una de tus promesas y las has llevado a cumplimiento pleno en tu Hijo amado, te rogamos, Oh Padre, que la confianza en tu Palabra, en tu Misericordia y tu Fidelidad, sean para los cristianos de todos los tiempos el sustento de su Esperanza.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén