En mi país se acostumbra a utilizar el término "poquitico" para referirse a las personas tímidas, remilgadas o melindrosas. Encuentro que es tierno el término y hasta cariñoso, porque cierto es que, las personas tímidas, remilgadas o melindrosas, no tienen la culpa de ser así y se debería ser con ellas considerado y cariñoso.
Se le puede decir a un hombre de 50 años, como lo es Wacha, que es muy "poquitico" porque llora fácilmente cuando alguien injustamente lo enfrenta en un tono de voz al que no está acostumbrado; pero Wacha no se ofende, sabe que es la verdad, el es "poquitico".
A Wacha le dicen Wacha, no porque se llame así, sino porque en Costa Rica, si somos mundialmente famosos por ser el país más feliz del mundo o por el "Pura Vida", deberíamos serlo también por la facilidad con que le cambiamos su nombre de pila a las personas de confianza. Wacha en realidad se llama Walter, pero si usted pregunta en la calle por Walter Araya, nadie va a saber quién es, pero si en cambio pregunta por Wacha, todo el mundo sabe quién es y dónde vive.
Walter llora y llora a mares y es dificilísimo consolarlo; cuando se pone así, hablar con este hombre de 50 años es como tratar de razonar con un niño a quien su madre ingrata le ha negado una golosina, no hay forma de hacerlo entrar en razón, mejor dejarlo que se le pase y más tarde, más calmado, hablar con el.
En otros lugares del mundo, a la gente que es "poquitico" se les llama ñoños, ñoño por estos lados se refiere más a una persona insulza, sin gracia, torpe, chabacana. A Wacha no le importa que le digan que es "poquitico" pero si que se ofendería que le dijeran "sin gracia", porque gracia es lo que le sobra y el lo sabe.
Cuál es su gracia? Su gracia es que es un hombre sencillo, casi anafabeta, al que sus padres -por lento- lo sacaron de la escuela y que desde entonces, a golpe de tambor, le ha sacado a la vida su rítmo (le encanta bailar) y además, siempre, con una sonrisa en la boca.
Se que su papá murió cuando era joven y que su mamá sacó a sus hijos adelante -que son muchos, por cierto-, se que cuando era joven y atolondrado, por andar "de precisas" en el aserradero donde trabajaba, se llevó el índice de la mano izquierda, se que se casó con una mujer de carácter fuerte y se que adora a sus hijos, especialmente a Anthony, el benjamín de la casa.
La gracia de Wacha es que es el mismo, se conoce bien, sabe que es lento y sencillo, servicial, generoso, y eso, eso, no se lo quita "naide"; el otro día, por ejemplo, lo llegué a buscar cuando tomaba su cafecito de la mañana y me compartió de un pan riquísimo que había traído para merendar.
La gracia de Wacha es que, además de hacerme el jardín, siembra en mi terreno y comparte conmigo los frutos de su esfuerzo, le pido que me deje un ayotito y se lleva el ayotote para hacerle "dulce de ayote" a su mamá que le gusta mucho; le pido media docena de elotes y se lleva un carretillo lleno de mazorcas para su Anthony a quien le ilusionan las "chorreadas". Si la cosecha ha sido abundante y supera nuestra capacidad de consumo, me pide permiso -como si lo necesitara- para repartir las verduras entre los vecinos más pobres.
Otra gracia de Wacha es que le encanta la plata, "invierte" en juegos de azar nada más que lo necesario (y siempre gana); trabaja siete días a la semana aunque lo esté matando la ciática, aunque esté colorado y medio insolado por llevar sol, o aunque la colitis le haya hecho pasar una mala noche. Y después de todo esto, al final del domingo, lo ve uno muy bien "mudado" saliendo de la mano con su señora para misa.
Su gracia es esa, el mismo, una belleza de persona, admirable, la verdad que si.
Un día de estos, visitando un foro en el que había un concurso, una mujer se refirió a algunos de los particpantes como ñoños y sentimentales, a mi me dió -la verdad- mucha rabia, porque desde niña siempre me ha hervido la sangre cuando las personas tratan mal a los Wachas del mundo, que no son pocos, dicho sea de paso.
Así que, con la sangre hirviendo me dejé corregirla y hacerle ver de qué mal gusto era su observación. Claro, a la señora no le gustó, pero menos me gustó a mi su actitud, así que la dejé hablando sola, por engreída.
He venido pensando en Wacha y en esta señora, he venido pensando en que los "poquitico" son personas que no tienen nada que sea "poquitico" en su corazón, porque de lo que abunda en su corazón habla su boca, ¡su vida toda!.
Por eso, hoy, a todos los Wacha del mundo, les dedico esta ñoña y sentimental canción.
Si llegase a vivir para siempre
y todos mis sueños se hiciesen realidad,
mis recuerdos de ñoñerías y sentimientos serán sobre ti...
(y será un honor para mi recordate así)