"Ciertamente, he tenido mejores días. Si, recuerdo que una vez fui felíz, no hace mucho tiempo, hace unas horas quizá, cuando todavía rondaba Luther por nuestro jardín y ni por asomo nos imaginábamos que alguien nos lo robaría. Ajá, eso fue no más hace unos días, todavía lo recuerdo. Ese monstruo peludo y atolondrado me hizo feliz. (¡Auch!)
(Hum...) Mejores días he tenido. Días como aquellos cuando las plantitas de chile estaban sanas y lozanas, con hermosas hojas y maravillosas flores adornándolas como una diadema blanca. Todavía lo recuerdo. En cambio ahora, (hum...) esas hojas manchadas, secas y marchitas... me hacen pensar que tendré que esperar a verlas de nuevo sanas y esperar, (cof, cof) Bien... esperar. Esperar nunca ha sido en mi una virtud, pero, tendré que hacerlo...
Además, lo se, he tenido mejores días, días como aquellos días en que venía a este blog a compartir mis cosas hasta dos veces al día, y hoy... (ejem, ejem...) no encuentro nada qué decir y pienso que si no tengo nada que decir, que mejor no digo nada.
Es mejor así, lo más sensato, antes de meter la pata..." (suspiro)