19 de mayo de 2010

Me han callado la boca


“Callar la boca” en mi país quiere decir que te hacen "cerrar el pico", eso me sucedió hoy y nunca me ha dado tanto gusto que alguien me “callara la boca”.

Me calló la boca un cura, un cura de un poblado que visitamos, de quien nos habían dicho tiene gran predilección por la tradición litúrgica de la Iglesia.

No voy a disminuir el temor y la emoción con la que llegamos a la cita. Temor, porque sabemos por experiencia lo que piensan la mayor parte de los sacerdotes diocesanos con quienes hemos hablado; emocionados, porque bien, era la primer cita de este tipo que teníamos Andrés y yo como representantes de un grupo y no sabíamos ni cómo transcurriría ni su desenlace. Las expectativas eran grandes y nos sobrepasaban en cierta medida.

Cuál no fue nuestra gratísima sorpresa que este cura no tuvo reparos en que Andrés perteneciese a la Fraternidad San Pío X ni que John fuese del Opus Dei o yo fuese una señora más o menos superficial y algo torpe para expresarse.

Las “calladas de boca” sucedieron en varios momentos y sobre diversos comentarios o situaciones sobre los que daba mi parecer. Fue más de una, y les aseguro que fue un deleite.

A ver, entendámonos, lo que llamo “callada de boca” consiste en que, simplemente, me corrigió de mis errores, provocó en mi arrepentimiento y el espíritu de enmienda.

La belleza de sus “calladas de boca”, radica en que este consagrado tiene muchísimo más claro que muchos de nosotros que es a Cristo hacia Quien han de tender todos nuestros afectos, pensamientos y acciones. Hacia Cristo tendemos y desde Cristo y solo de El (ni siquiera de las formas de la Misa Tradicional o de cualquier misa), es desde Quien todo se renueva, encuentra su sentido y su plenitud.

El amor a Cristo Eucaristía que ha cultivado por casi tres décadas de sacerdocio ha dado como resultado que este hombre ame la Liturgia porque entiende bien que ella es “soporte material” mediante el cual se hace presente Aquél que vive en su interior, a quien ama por sobre todas las cosas y le plenifica.

Es clarísimo que la ama, porque antes es él un enamorado de Cristo y segundo, por el entusiasmo, la vehemencia de sus argumentos, sus cuidados, pero por sobre todo, por la naturalidad y sencillez con que se relaciona con ella, y, claro, por la naturalidad y sencillez con las que me calló la boca.

***

Dios, Padre de Bondad,
que tus consagrados, por su amor a Cristo,
consigan callar la boca a los soberbios,
que estos se arrepientan y enmienden su vida.

Te bendigo Padre y te doy gracias por este sacerdote,
por Andrés y John, por mis amigos de facebook,
ticos y extranjeros que nos han acompañado
y por todos y cada uno de los que se nos han unido en el grupo
que desea la Misa Tradicional.
Que en la Sagrada Liturgia,
todos comprendamos (y nunca olvidemos),
que es a Cristo a quien deseamos.

Virgen Santísima, llévanos a Cristo.
San José, permanece con nosotros.
San Miguel Arcángel, sé tú nuestro amparo.



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