30 de marzo de 2010

El gran colisionador de hadrones

Aunque perdiera su apuesta de $100 acerca de la existencia del bosón de Higgs, de qué le serviría a Steven Hawking que los científicos hallaran, muy a su pesar, la partícula de Dios?

Ni con su partícula de Dios en el bolsillo lograrán jamás explicar el origen sobrenatural de esta fenomenal sonrisa.
 

Odelin Joanis, fraile terciario capuchino, cuya labor apostólica consiste
en ayudar a re-estructurar su vida a jóvenes y adolescentes con problemas de conducta.

***
Disculpen, necesitaba una buena excusa para compartirles esta fotografía que me conmovió muchísimo más que cualquier gran colisionador de hadrones.

(¿Habían visto ustedes antes algo más radiante que esta sonrisa?)

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