3 de marzo de 2010

La ilógica de nuestros días

No se ustedes, pero me ha correspondido realizar durante mi vida un esfuerzo enorme por poner orden, finalmente considero que lo he logrado pero entonces es cuando fuera todo parece expresar desorden. ¡Qué contrariedad!

Ese desorden es la ilógica de nuestros días, como por ejemplo, que la Arquidiócesis de Washington haya debido retirar los beneficios en salud que ofrecía a las esposas de empleados nuevos y antiguos previendo no llegar a ser demanda por "esposas" de matrimonios gay que eventualmente la exigieran.

Una cosa ilógica, como es la unión homosexual bajo el término legal de matrimonio, produce algo también ilógico como es que la ley pueda llegar a considerar "esposa" a uno de los miembros de la pareja homosexual y por tanto sujeto en posición de exigir de las instancias de caridad de la Iglesia ayuda económica. Encima, una arquidiócesis que cumplia con su misión de caridad, se ve obligada a dejar fuera de los beneficios en salud a esposas de parejas heterosexuales.

Díganme por favor, no es esto ilógico?

Es ilógico que una "esposa" gay exija esa ayuda, pero es ilógico también que se le niegue si es persona necesitada. No es cierto? Pero más ilógico aún es que "paguen" la ilógica de estos asuntos las esposas "tradicionales" (que la verdad ya no se ni cómo llamarlas sin que por decir lo que quiero decir me vaya a caer una demanda).

El asunto, en síntesis, es que para evitar todo este entreveramiento que puede terminar en un problema aún mayor, se han suspendido esas ayudas.

Solo me pregunto, porque es lo que me desanima y entristece, por qué tienen que complicarlo todo? Es claro para mi que el orden genera orden, que el desorden nunca lo contrario. La Ley Moral Natural no es un invento de la filosofía, es lo que verdaderamente condujo al orden a la humanidad hasta este punto de la civilización en que, en aras de una libertad que tampoco nadie entiende, da la impresión que se revierte y que nos adentramos en una época tan oscura y confusa que parece que se nubla toda esperanza.

Pero no es cierto, esta época será oscura y confusa (como muchas otras que han habido), pero la Esperanza ahí está y la Ley Moral Natural también. No porque una manera de pensar -que obviamente es transitoria- las niegue significa que no tengan valor, que no existan o que están en vías de extinsión.

Eso digo yo, que soy persona de fe. Otra cosa muy diferente dirán muy animados los que no lo son, pero se verán defraudados, lo se.

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