Seré honrada, desconozco la vida privada de nuestra presidente Laura Chinchilla, la conocí de joven en la universidad y la recuerdo como una magnífica estudiante, también conocí bien a uno de sus hermanos y mi padre conoció a su padre y ninguno de nosotros podría afirmar nada negativo sobre su honestidad o la de su familia.
Cuando digo esto lo digo porque me doy cuenta que tengo reservas sobre su declaración ante la prensa como católica practicante más sin embargo me parece que con estas reservas ante lo que me encuentro es ante mis prejuicios ya que una y otra vez nuestra presidente ofrece señas seguras de su adhesión a los valores de nuestra fe.
Tal parece que tenemos a una presidente católica.
Dios así lo tenga dispuesto que buena falta que hace el testimonio de un político/mujer-católica en el mundo.
Conozcan los detalles en la siguiente nota del periódico la Nación:
Chinchilla reabre a obispos puertas de Casa Presidencial