Maricruz:Si quieres, puedes intentar hacer el trabajo contrario, dar algunas características de algo que podría llamarse un feminismo cristiano (nos guste o no el término, lo que me importa es el contenido). Por ejemplo:1) Plena igualdad en dignidad entre el hombre y la mujer.
Propuesta que acepto con agrado ya que me entusiasman los desafíos.
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(La presente es una edición de la respuesta "carrereada" que le ofrecí a Bruno,
editada en este blog por respeto a ustedes)
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Para responder preguntas del tipo: Qué nos hace mujeres, qué propósito puede tener nuestra condición de género, cuál es la finalidad de la maternidad o de la vocación a la soltería, cuál el objetivo de la diversidad entre los géneros, etc. una mujer católica habría de situarse ante la Revelación y buscar las respuestas (porque todas están allí).
Desde el estudio de ambos relatos del Génesis podemos decir que en situación ante Dios, ante si misma, sus semejantes y la creación, la mujer es criatura querida por Dios, parte de la creación y criatura buena. Como criatura es capaz de rechazar la ruta del proyecto divino y lo es en virtud de que ha sido creada para ocupar un lugar privilegiado en la creación. Es criatura capaz de establecer una relación vital con su Creador. La mujer, junto al varón, es fuente de vida humana. Es criatura creada en condición de igual dignidad y complementariedad con el varón.
Una mujer que se concibe de esta manera, actuará de acuerdo a ello y sus acciones irán encaminadas a conocer y profundizar en el sentido de su existencia. Para esto habría de proponerse conocer el proyecto divino con la intención de determinar en qué sentido ordenar su existencia: sus acciones, sus pensamientos.
Conociendo el proyecto divino y ordenándose a él, es posible para ella reconocerse como criatura buena, querida y amada, necesaria.
complementariedad.
Definitivamente, con éste, me sobra y basta.
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¡Si le bastó a María Santísima!