1 de febrero de 2010

Camino neo-catecumenal: la vida vivida como proeza

Interés, curiosiodad, atracción, yo no se qué, exactamente, provoca la gente del Camino, pero como lo mencioné en una entrada anterior, a mi (para quien la mitad de las personas con las que convivo hace poco más de 30 años pertenecen al Camino) no me resulta gente fuera de lo común, para mi son gente que veo a diario o casi a diario. 

Pues bien, como existe esta demanda por conocerles estoy dispuesta a ir presentando poco a poco a uno que otro de ellos. En la entrada anterior les presenté a la familia de Vicente y Mari, esta vez les presentaré a las hermanas de Mari.

Resulta que la mamá de Mari pertenece al Camino, la señora ha de tener alrededor de 70 años -quizá un poco más- y está un poco mal de salud según me contó Marta, una de sus hijas, el otro día que las vi en el centro de salud, sin embargo, a la señora se le ve sonriente y como dicen en mi pueblo "echando pa´lante".

Ella tuvo -como es de esperar- bastantes hijos, si mal no recuerdo son: Mari, Marta, Roxana, Marjorie, tres varones y dos hermanas más de quienes no recuerdo sus nombres en este momento, esto suma: nueve, nueve hijos, en total: ocho hermanos de Mari.

Los hermanos de Mari todos son del Camino excepto, porque no me consta, uno de los varones, todos los demás son o han estado por largo tiempo en la Comunidad.

La mitad de ellos tienen su casa en el lote donde el papá cultivaba plantas aromáticas, viven uno al lado del otro, como en condominio pero a la manera del tercer mundo: con gallinas, cerdos, perritos, patos y pollitos circulando por todas partes, dentro y fuera; niños moquientos y descalzos correteando en el jardín durante el verano y saltando charcos durante el invierno. Primas "grandes" que cuidan a los primos chicos cuando los padres van a la Eucaristía, ropa que se hereda, problemas que también, risas, fiestas, quinceaños, graduaciones y bodas que no pasan desapercibidos para ninguno.

Es curioso, viven tan cerca uno de otro y jamás he escuchado a ninguno levantando la voz o inmiscuyéndose en los asuntos de los demás, creo que entre ellos bien se cumple aquello de: cada uno en su casa y Dios en la de todos, pero en el buen sentido, porque como dije, son cooperadores y fraternales.

Se que en ese lote vive Marjorie, Marta y Mari así como uno de los varones; en otro lugar lejos de allí, viven Roxana, otras dos hermanas y otro de los varones, porque el tercero murió hace algunos años.

Betty, ya lo recordé, Betty es una de las que vive cerca de Roxana. Betty tiene un niño especial así como un marido violento y dos hijos más. Betty está en el Camino y dos de sus hijos lo han estado también, el niño especial les acompaña a muchas de las actividades. Betty trabaja en el sector salud y está fuera todo el día, por eso a su hijo especial lo cuidan sus hermanos cuando no van al trabajo o a la universidad, las hermanas de Betty o sus sobrinos. En más de una ocasión se ha dado el caso que, estando en casa de Roxana, ésta me dice que debe dejarme ir porque tiene que sustituir a su hija que está en casa de Betty cuidando a su primo.

Saben qué? Me he detenido a leer lo que he escrito hasta aquí y ha cruzado por mi mente la duda acerca de si -realmente- podría ser del interés de alguien conocer lo que hacen y cómo viven los del Camino neo-catecumenal,  pero es que de todas formas me digo que, si no divulgo la manera sencilla y cristiana de conducirse por la vida de la gente del Camino cuál otra persona -que no sea la hija de mi madre- va a tomarse el tiempo para hacerlo? Nunca he sabido de nadie que narre estas proezas, porque eso son, proezas, no es verdad?

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...