Pues miren, no más, hoy he dado con el sitio de Catholic Voices que es un grupo de laicos con magnífica formación en la fe que, como consecuencia del éxito obtenido al dar la cara en relación a los mitos y deformaciones que suscitó en la opinión pública la película El Código Da Vinci años atrás, se han unido de nuevo para, una vez más, dar la cara de frente a la visita del Papa al Reino Unido con motivo de la beatificación del Cardenal Newman.
Ha sido Zenit quien los ha citado en una noticia y colocado su enlace mediante el cual hallé su sitio web que explica con lujo de detalles la motivación para unirse, su propósito, la formación que reciben; allí también responden diversas preguntas que podrían generarse en torno a su participación al lado de las voces oficiales de la Iglesia y de los Obispos.
Me ha parecido una iniciativa fantástica que esperaría fuera emulada por muchos otros laicos alrededor del mundo.
Échenle un vistazo, ya verán cuán acertada ha sido su iniciativa. No dejen de echar un vistazo también a sus rostros.
Por cierto, creo que vale la pena incluir, para que se comprenda mejor su motivación, el texto del Cardenal Newman que es su lema:
Deseo “un laicado no arrogante, ni precipitado en sus palabras, sino hombres (y mujeres) que conozcan su religión, que entren en ella, que sepan dónde están, que sepan lo que sostienen y lo que no, que conozcan su credo tan bien que puedan dar razón de él, que sepan tanta historia que lo puedan defender. Quiero un laicado inteligente, bien instruido – deseo (…) ampliar su conocimiento, cultivar su razón, para lograr una visión de la relación de una verdad con otra verdad, para aprender a ver las cosas como son, para comprender cómo fe y razón están una junto a otra, cuáles son las bases y principios del catolicismo”.
Por cierto, creo que vale la pena incluir, para que se comprenda mejor su motivación, el texto del Cardenal Newman que es su lema:
Deseo “un laicado no arrogante, ni precipitado en sus palabras, sino hombres (y mujeres) que conozcan su religión, que entren en ella, que sepan dónde están, que sepan lo que sostienen y lo que no, que conozcan su credo tan bien que puedan dar razón de él, que sepan tanta historia que lo puedan defender. Quiero un laicado inteligente, bien instruido – deseo (…) ampliar su conocimiento, cultivar su razón, para lograr una visión de la relación de una verdad con otra verdad, para aprender a ver las cosas como son, para comprender cómo fe y razón están una junto a otra, cuáles son las bases y principios del catolicismo”.