Patinamos los individuos, esos si que patinamos, y eso no más porque somos incapaces de sacudirnos el pecado de encima, pero la Iglesia no, esa no patina, porque la Iglesia es la Esposa de Cristo, su amada, a quien guía, guarda y acompaña hasta su venida gloriosa.
(¿Cuándo es que nos decidiremos a confiar, caray?)
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Romereports.com 8 abril 2010. El Vaticano prepara un conjunto de medidas más severas y eficaces para luchar contra los casos de abusos sexuales. Está previsto que se presenten en otoño, aunque debido a su importancia y urgencia es posible que puedan estar listas antes de esta fecha.
Estas medidas forman parte de lo que se califica como ’tolerancia cero’ de la Iglesia católica ante estos casos.
El objetivo es extender a todo el mundo buena parte de las normas aprobadas por Estados Unidos en 2002, que han dado resultados muy positivos. Por ejemplo, en los últimos dos años seis millones de niños han aprendido en los colegios cómo detectar y denunciar un abuso o un riesgo, y las personas que trabajan con menores deben mostrar sus antecedentes penales.
También son ejemplares las normas del Reino Unido o las que se empiezan a aplicar en Alemania y Austria.
Según publica la prensa italiana, el arzobispo jesuita Luis Ladaria, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, prepara estas nuevas normas. Entre ellas se prevé acelerar el procedimiento ejecutivo para reducir al estado laical a los sacerdotes responsables de abusos.
También incluye suspender temporalmente de sus cargos a los sacerdotes acusados. Será obligatorio denunciar los casos a la justicia así como colaborar con las autoridades, permitiendo el acceso a los documentos diocesanos.
A diferencia de las legislaciones civiles, en la Iglesia no prescribirán los casos de abusos sexuales por lo que estos delitos serán castigados incluso muchos años más tarde.
Para evitar de raíz estos problemas se hará una selección más rigurosa para entrar en los seminarios incluso con pruebas psicológicas sobre la madurez humana y afectiva.
Con estas nuevas medidas se pretende también que todas las conferencias episcopales asuman su responsabilidad en la prevención y lucha contra estos casos.
El Vaticano supervisará que los obispos apliquen estas directivas, y si las diócesis intervienen tarde u ocultan casos el obispo deberá rendir cuentas.
Estas normas se unen a los procedimientos que ya existen para luchar contra los abusos sexuales. Actualmente un departamento disciplinar de la Congregación para la Doctrina de la Fe se encarga de estudiar los casos graves, pero cuenta sólo con diez personas.
En los últimos nueve años han estudiado las acusaciones contra 3.000 sacerdotes por supuestos delitos cometidos en los últimos 50 años.
A medida que avanza la limpieza, el número de denuncias está bajando. En 2008 y 2009 han llegado sólo 250 casos por año. Es posible que en la realidad haya más, pues el departamento disciplinario lamenta que en algunos países como Italia todavía existe una cierta “cultura del silencio”. Una cultura con la que este documento quiere acabar.
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Gracias a Juanjo Romero por ponerme en contacto con esta noticia y el enlace que les presenté.