Hace unos minutos estaba el padre Juan Pablo furibundo con uno de esos grupos de facebook que reclaman acerca de las riquezas del Vaticano.
Un grupo de católicos, en cuenta el padre, aducían que las riquezas del Vaticano ya están en África, y es cierto, la Iglesia mantiene en ese continente 964 Hospitales, 5.018 Dispensarios, 270 Leproserías, 655 Hogares para ancianos y minusválidos, 791 Orfanatos y 2.036 Jardines de Infantes… y no hablo solo la infraestructura y los recursos, sino sobre todo de esa multitud de personas que atienden en los hospitales, dispensarios, leproserías, ancianatos, orfanatos, jardines de infantes…toda esa gente que, movida por amor a Cristo, ama y entrega su vida en atención de sus semejantes.
Y como en destacar lo obvio me especializo, esta no es solo una multitud de seres innominados, sino gente con nombre y apellidos, cristianos, católicos para ser precisos, hombres y mujeres que oran, que buscan ser santos, que siguen las actitudes propias del Evangelio, que nos muestran como ser cristianos, que nos hacen sentirnos identificados con el “ser” de la Iglesia, que nos disponen –con su actitud y entrega- a hacer lo que Dios quiere.
Esta gente es Liturgia viva.