21 de enero de 2010

Primer mujer candidato presidencial en Costa Rica

La primer mujer candidato a la presidencia de mi país es Laura Chinchilla Miranda.

Somos de la misma edad y la recuerdo de la Universidad de Costa Rica, quemándose las pestañas en la Biblioteca Carlos Monge cuando estudiaba Ciencias Políticas y desde entonces estoy convencida que es persona de fiar.

Más tarde abandonó el país para especializarse en la Universidad de Georgetown de donde regresó y desde entonces ha ocupado importantes puestos en la administración pública.

Durante esta campaña se ha visto sometida lo indecible, a difamaciones y descalificaciones de todo tipo y desde todos los flancos y solo por pertenecer al Partido Liberación Nacional actualmente en el gobierno, críticas que promueven especialmente detractores de estos mismos grupos políticos.

Y menciono que es la primer candidata mujer pero no por eso votaré por ella, votaré por ella porque ha demostrado ser una mujer cabal, responsable y comprometida con su familia y su país. Votaré por ella además porque fue el único candidato de un grupo mayoritario que, cuando estuvo el debate en pleno, rehusó considerar eliminar el nombre de Dios de la Constitución de la República, lo haré también porque se que en el momento llegado defenderá -como lo hizo en esa ocasión- los valores cristianos en los que cree y de los que ha admitido son fundamento del ser costarricense.

Hoy ha salido en el períodico La Nación una entrevista en donde, finalmente (tiempo le había tomado), se ha defendido de infundadas acusaciones y desproporcionados cuestionamientos, que más que ir dirigidos en contra del partido o del gobierno de Oscar Arias (éstos han sido solo una excusa) han sido contra su persona y su condición de mujer; porque aunque no lo crean, en este país, que se jacta de haber alcanzado una conciencia clarísima sobre la igualdad de género, existen al día de hoy muchos hombres, pero también mujeres (muchas de ellas de esas que se hacen llamar "feministas") que no votarían por ella, ni por ninguna otra mujer solo por ser mujer.

A capa y espada la he defendido en diversos foros en internet, dejando claro que no la defiendo por ser liberacionista, ni por ser la primer mujer candidato presidencial, sino porque creo en la integridad de su persona, indiferentemente de su afiliación política y su condición de género.

¡He dicho, caray!

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