Al iniciar un Nuevo Año, cuando una nueva página se escribe en el libro de la vida, yo te invoco, Señor y Padre mío, y suplico con espíritu humilde y confiado la gracia de dedicar, silenciosamente, mi vida al bien.
Concédeme, Señor, la facultad de ver, oír y sentir, y la libertad de pensar, hablar y obrar correctamente.
Atiende las necesidades de cada día y guía mis pasos en los caminos de la vida.
Padre del universo,te pido justicia para los hombres de todas las regiones de este mundo tan turbado y un poco de paz y tranquilidad para mí, a fin de conservar la fe y la confianza en mi corazón.
Tú, oh Rey Eterno, que creaste el cielo con las estrellas, que conduces los planetas en su trayectoria e iluminas a los sabios y a los hombres de ciencia, llena mis días con tu Luz, con tu Vida y con tu Amor.
Al decidir, Padre divino quien vivirá y quien morirá, quién estará tranquillo y quien luchará perturbado, quién se empobrecerá y quien enriquecerá, contémplame con la plenitud de tu gracia y bendición.
Dios nuestro y Dios de nuestros padres, Dios que reinas en el Cielo y mandas en la Tierra, que mi arrepentimiento, oración y súplica atraviesen la distancia y lleguen a tus oídos.
Que suban hasta tu presencia estas palabras sinceras para que bendigas este Año Nuevo con tu Gloria, Justicia y Pazen tu reino eterno que desconoce fronteras.
Amén
***
Fuente: Padre Juan Pablo Esquivel en facebook